En Buenos Aires y en La Habana hay un acuerdo con la UE en ciernes. Si en Argentina se trata de aprovechar el momento favorable para avanzar con el Mercosur, con Cuba se podría aprovechar para dar las últimas puntadas.
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Primero Argentina, luego Cuba: la Alta Representante de las Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Federica Mogherini, estará en Buenos Aires y La Habana entre el 9 y el 11 de marzo. Las fechas parecen escogidas para anticiparse al presidente de Estados Unidos. Barack Obama, que estará en La Habana el 21 y 22 y en Buenos Aires el 22 y el 23.
Es la visita de más alto nivel de la UE que Argentina recibe en la última década. Que Federica Mogherini se encuentre con el presidente argentino, Mauricio Macri, se entiende en círculos europeos como un espaldarazo a la apertura argentina, a favor de las negociaciones sobre el acuerdo de la UE con el Mercosur. Antes que Mogherini, el presidente francés, Francois Hollande, y el primer ministro italiano, Mateo Renzi, pasaron en febrero por Buenos Aires.
De los integrantes del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y últimamente Venezuela), sobre todo Buenos Aires pisaba el freno de las negociaciones en los últimos años, desde que se retomaron en 2010.
¿Cercano intercambio de ofertas?
“La UE y Argentina se proponen aprovechar las oportunidades actuales para avanzar significativamente en su cooperación, tanto bilateral como birregional en foros como el Mercosur y la CELAC”, dice la información oficial. En cuanto a las negociaciones con el Mercosur, el momento actual lo marca, según información de la Comisión Europea, la preparación de un pronto intercambio de ofertas. Por otra parte, el hecho de que la presidencia del Mercosur esté en manos de un Uruguay favorable a avanzar en el acuerdo ofrece una oportunidad digna de aprovechar.
Y hay una cierta urgencia temporal: a partir de julio, la presidencia rotativa del gran bloque sudamericano la ostentará Venezuela. Si bien Caracas no hace parte de las negociaciones del acuerdo, los europeos parecen no esperar de ella impulsos favorables hacia el libre comercio con el Viejo Continente.
Últimas puntadas
Con Cuba se trata de dar un último empujón al acuerdo de asociación que se viene negociando con la isla caribeña desde abril de 2014. Los hechos hablan por sí solos acerca del abierto respaldo de la diplomacia europea a la normalización de las relaciones: este es el segundo viaje de Mogherini a la isla desde que asumió el mandato en noviembre de 2014. En Bruselas se ha encontrado una vez con el canciller cubano, Bruno Rodríguez. Entretanto ha habido siete rondas de negociaciones -la última hace una semana- y, al parecer, queda poco más que hacer.
Contrariamente a lo que podría parecer, no se trata de una carrera con Estados Unidos, subrayan los negociadores de este acuerdo. Washington y Bruselas parten de dos puntos completamente diferentes: Washington tiene que negociar lentamente casi todo en el restablecimiento de sus relaciones; a Europa –cuyos países sí tienen acuerdos bilaterales con Cuba- sólo le falta un acuerdo a nivel de toda la UE.
Su firma acabaría de sellar el ataúd donde se encuentra la “Posición Común”, de 1996, que condicionaba todo acuerdo con el gobierno cubano a avances significativos en materia de derechos humanos. En el acuerdo que se negocia se prevé un capítulo especial para dialogar al respecto. “Contar con sistemas políticos multipartidistas no consta en la declaración de los derechos humanos”, comentaba un funcionario de la UE, haciendo alusión a que la UE no pretende dar lecciones.
"Ha sido un error haber tenido por tanto tiempo descuidada a América Latina", dijo a DW el eurodiputado Gianni Pitella, líder de la bancada socialdemócrata del Parlamento Europeo, subrayando su esperanza de que la Alta Representante haga todos los esfuerzos para que el acuerdo con la isla acabe de firmarse pronto.
Así las cosas, la UE parece ahora querer recuperar el tiempo perdido y aprovechar los vientos de cambio. Logrando el acuerdo con Cuba, no habría país de toda la CELAC que no tuviese acuerdo de asociación o de cooperación con el bloque del Viejo Continente.
La Embajada de Estados Unidos en Cuba: 54 años después
Imagen: Rafael Vilches
Renovación
La Embajada de los Estados Unidos estará en el mismo edificio que desde 1977 es sede de la Sección de Intereses de Washington en La Habana. Construido por los arquitectos Harrison-Abramovitz fue inaugurado en 1953, reabierto en 1977 y renovado en 1997. Como ya se anunció, se impone otra renovación para el óptimo funcionamiento de la primera embajada norteamericana en Cuba luego de 54 años.
Imagen: Claudio Fuentes Madan
Marineros muertos
La Embajada está ubicada en la Avenida del Malecón, en una zona de gran simbolismo para la Revolución: el Monumento a las Víctimas del Maine, construido en 1926 en honor a los marineros muertos en la explosión del buque estadounidense Maine en 1898, pretexto de Estados Unidos para entrar en la "Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana" y apoderarse de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam.
Imagen: Rafael Vilches
De águilas e intervenciones
El monumento a las víctimas del Maine estaba coronado por un águila americana. Tenía tres bustos de políticos estadounidenses: William McKinley, quien declarara la guerra a España; Leonard Wood, primer interventor en la Isla, y Theodore Roosevelt, presidente en ese momento. Considerado un símbolo intervencionista, el 18 de enero de 1961, Fidel Castro ordena retirar el águila y las estatuas.
Imagen: Rafael Vilches
La Habana - Washington vía Praga y Berna
Luego de años sin relaciones directas desde 1961, en 1977 James Carter anunció la apertura de oficinas de intereses en La Habana y Washington. La cubana funcionaría como parte de la embajada de Checoslovaquia y la norteamericana, de la misión suiza en La Habana, radicando en el edificio donde había estado la embajada de Estados Unidos hasta 1961. El 1 de septiembre se inauguraban ambas oficinas.
Imagen: Alina-Sardina
Legales e ilegales
Cubanos esperan por su turno para visas: Desde 1961 hasta el 2012 han emigrado 1,38 millones de personas a Estados Unidos, aunque las entradas ilegales acercan esta cifra a los dos millones. Cifras recientes indican que el 74% de estos emigrantes posee ciudadanía norteamericana y el 48% vive en Miami Dade.
Imagen: Alina-Sardina
Entradas: éxitos y fracasos
Ante el lento flujo migratorio de las visas concedidas por la actual Sección de Intereses en La Habana, más de 20.300 cubanos arribaron a los Estados Unidos durante el año fiscal 2014, ya sea atravesando el mar hacia las costas de la Florida o a través de la frontera con México. La segunda cifra más alta en la última década fue en el 2007, cuando 18.200 entraron a los EEUU o intentaron hacerlo.
Imagen: Alina-Sardina
Avenida de seis carriles...
La Embajada está ubicada en el famoso Malecón, amplia avenida de seis carriles y un larguísimo muro que se extiende sobre toda la costa norte de la ciudad a lo largo de ocho kilómetros, que comenzó a construirse en 1901, durante el primer gobierno provisional norteamericano en la isla, y se concluyó en 1952, con el tramo hasta la desembocadura del río Almendares.
Imagen: Claudio Fuentes Madan
El Muro de la Vida
Niños lanzándose al mar desde el muro, vendedores de maní, músicos callejeros, viejos pidiendo dinero a los turistas de paso, muchachas que prostituyen su cuerpo (las conocidas "jineteras"), amantes furtivos, pescadores que intentan sacar a la profunda costa algún pescado con el que saciar la carencia de sus mesas, o simples caminantes, acuden al muro cada día.
Imagen: Rafael Vilches
Un niño en medio de dos mundos
En 1999 el niño Elián González sobrevivió al naufragio de una embarcación en la que su madre lo sacaba ilegalmente de Cuba rumbo a los Estados Unidos. Su padre, que desconocía la salida de su hijo, solicitó de inmediato su repatriación, con el apoyo de Fidel Castro. El presidente William Clinton aceptó devolver al niño, pero los parientes y los grupos anticubanos de Miami apelaron la decisión.
Imagen: Claudio Fuentes Madan
"Tribuna antiimperialista"
Un pionero cubano ideó organizar una protesta frente a la Sección de Intereses para pedir la devolución de Elián el 5 de diciembre de 1999. Al siguiente día, fecha del cumpleaños de Elián, se levantó una tribuna allí y Fidel Castro planteó la idea de construir una tribuna abierta permanente. El 13 de abril del 2000 quedó inaugurada frente al edificio la Tribuna Antimperialista José Martí.
Imagen: Claudio Fuentes Madan
Al Malecón lo llaman "El gran sofá"
Generaciones enteras de cubanos se han sentado allí noche y día para contarse sus sueños, sus esperanzas, sus penas, o simplemente para mirar la belleza de ese mar que baña los arrecifes, al otro lado del muro. El único tramo donde es raro encontrar a alguien sentado es justamente allí, frente al edificio de la Sección de Intereses de Estados Unidos.
Imagen: Rafael Vilches
"Símbolo de la lucha contra el terrrorismo"
Tras 80 días de trabajo con jornadas de 24 horas y del esfuerzo de cerca de dos mil obreros, técnicos, arquitectos e ingenieros, el majestuoso monumento quedó listo. Desde el 6 de febrero del 2006 incluyó varios arcos de acero y un monte de 138 banderas negras con una estrella blanca que son un símbolo de la lucha de Cuba contra el terrorismo.
Imagen: Alina-Sardina
Martí y otras esculturas
José Martí, Héroe Nacional de Cuba, apunta su dedo de condena hacia el edificio donde estará la Embajada: El 19 de mayo de 2000, en el 105 aniversario de la caída en combate de Martí, se colocó en la Tribuna Antimperialista esta escultura, que carga en un brazo a un niño. El autor es Andrés González, artista cubano que también esculpiera el busto al Ché del Palacio de Gobierno en Brasilia.
Imagen: Alina Sardina
La caída de un mito
Aunque aún hoy los cubanos se quejan de la lentitud de los cambios económicos y sociales que supone la nueva era, la apertura de la embajada es uno de los hitos más importantes en la política exterior estadounidense y la caída del mito de Estados Unidos como posible invasor de la isla. Quizás por eso los cubanos miran hacia el edificio, esta vez sin ver al enemigo, por primera vez en décadas.
Imagen: Claudio Fuentes Madan
El anuncio de la apertura de las embajadas ocurre cuando aun quedan asuntos importantes que discutir: los derechos humanos, la compensación por la confiscación de propiedades norteamericanas en Cuba y por los daños que a la isla causa el embargo, más el levantamiento del embargo. ¿Recuperará este edificio el protagonismo político que tuvo para los cubanos y los norteamericanos antes de 1961?