UE-Colombia: apoyar y monitorear la paz
5 de noviembre de 2014En caso de que se firme la paz en Colombia, el posconflicto requerirá de apoyo político y financiero. El papel que cumpla en él la UE se está esbozando. “Ahora los europeos tienen que ser protagonistas en la terminación del último conflicto armado en todo el hemisferio occidental”, decía el presidente Santos durante su visita al Parlamento Europeo en Bruselas.
¿El apoyo político que solicita –y a todas luces tiene mayoritariamente- se va a transformar en apoyo financiero. esta por verse si será en forma del fondo fiduciario que esboza Bogotá o en forma de créditos para la reconstrucción o acuerdos de cooperación. Los detalles aún no se filtran, la paz aún no está firmada y la violencia sigue siendo una realidad en el país latinoamericano.
Situación preocupante
Colombia ya no está en la lista negra de derechos humanos, recalcaba ante eurodiputados el presidente colombiano resaltando lo que ha logrado el país en cuatro años. No son pocos los diputados europeos que elogian los avances.
Sin embargo, “el proceso de paz nos preocupa”, afirma Javier Couso, eurodiputado español por la Izquierda Plural, “pues en 2013 hubo 72 asesinatos a sindicalistas, 45 en lo que va de este año. La Unión Europea no puede limitarse a apoyar sin exigir el cumplimiento de las normas internacionales teniendo a las víctimas en la centralidad del proceso”.
“Aunque tiene todo nuestro apoyo, la preocupación es que este proceso pueda ocultar y perdonar todo tipo de barbaridades y situaciones límites”, sostiene Jordi Sebastía, eurodiputado español por la coalición Primavera Europea.
“En Colombia donde la situación de los derechos humanos es muy precaria, donde hay mucha violencia se debe actuar. Y la UE tiene la capacidad económica, estratégica, técnica y logística para poder hacerlo, para visitar a las víctimas para apoyarlas, para ver que el gobierno esté dando los pasos necesarios para desmovilizar a los paramilitares para controlar que no se está dando lugar el acaparamiento de tierras….Puesto que se va a apoyar el proceso de paz, y nosotros consideramos que se debe hacer se debe exigir también que el proceso sea completo”, explica a DW Sebastiá.
Dudas que vienen de lejos
Según dijo Jürgen Klute, politólogo alemán, especializado en procesos de paz, y ex miembro del Parlamento Europeo, el apoyo económico debe estar ligado a condiciones. “Los 100 millones de euros en crédito para Colombia que el Banco Alemán para la Reconstrucción ha aprobado se supone que debe ser utilizado para la restitución de tierras a la gente que perdieron sus tierras durante el conflicto pues las victimas tienen que ser apoyadas”, afirma Klute insistiendo en que se debe acordar también el monitoreo y realizarlo.
No es nuevo que existan dudas acerca del cumplimiento de los derechos humanos en Colombia: el largo procedimiento para la aprobación del tratado de libre comercio se debió en gran parte a graves vulneraciones humanitarias y laborales en Colombia.
“Para nosotros ese tratado de libre comercio no fue el final de un proceso sino el comienzo, sobre todo en cuanto a derechos laborales se refiere”, apunta Bernd Lange, eurodiputado socialdemócrata alemán, recordando que antes de la firma del tratado comercial se acordó una hoja de ruta –si bien no vinculante- para monitorear los avances en derechos humanos. Y con ello la estabilización de Colombia.
El problema de la restitución
Así, aunque el mandatario colombiano fue convincente en aseverar que los derechos de las víctimas están en el centro de su mira y que no son negociables, lo poco que se ha avanzado por ejemplo en la restitución de la tierra a los desplazados hace dudar a algunos.
“No es muy fácil en una sociedad que más de cincuenta años ha estado en guerra civil. Hay intereses diversos, también intereses de no cambiar nada”, afirma Klute. Tanto él como otros eurodiputados que expresaron sus dudas en rueda de prensa, teme que –por ejemplo- las tierras que deberían ser restituidas nunca vuelvan a sus dueños.
“Cuando se trata de que haya cambios se necesita no sólo fondos sino acompañamiento de fuera. Y el gobierno colombiano, por su propio interés, debería aceptarlo”, concluye Klute.