Refugiados: UE confía en que acuerdo con Turquía sea legal
10 de marzo de 2016
El concepto de "país seguro" es clave para asegurar la legalidad del plan, puesto que no se puede enviar a un peticionario de un país en guerra, como Siria, a otro que no garantice criterios mínimos en procesos de asilo.
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Los ministros europeos del Interior confían en que el acuerdo final con Turquía para la deportación de refugiados e inmigrantes irregulares desde Grecia cumplirá con la legalidad internacional y comunitaria.
Los Veintiocho temen que el cierre de la ruta de los Balcanes occidentales derive en el surgimiento de otras vías de entrada irregulares a la UE, por ejemplo por Albania o incluso que llegue al Mediterráneo occidental, apuntó el ministro español de Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz.
"Las mafias que trafican con personas van a utilizar otras rutas", aseguró el titular español, que reclamó una política migratoria y de asilo "común e integral", que "atienda a las causas y no solo a las consecuencias". En este sentido subrayó la necesidad de que las medidas que adopte la UE "no hagan que se cierren unas rutas y se abran otras" porque esto no contribuye a solucionar el problema y puede acabar derivando en un problema en el Mediterráneo occidental.
La presidencia holandesa de turno del Consejo de la UE dijo que los ministros se limitaron a tomar nota del principio de acuerdo sellado con Ankara el lunes en una cumbre entre los líderes comunitarios y el primer ministro turco, Ahmet Davutogulu. Explicó que será una vez se adopte el pacto final cuando los titulares de Interior se encarguen de su implementación.
Turquía no es aún un país seguro
El ministro holandés de Inmigración, Klaas Dijkhoff, apuntó que aún quedan algunos pasos para que Turquía pueda ser considerada un "país seguro" al cual enviar a los refugiados. Explicó que todo país seguro debe "respetar el principio de no devolución en caliente, dar la posibilidad de optar a procesos de asilo y ofrecer unas condiciones a las personas a las que dé protección que cumpla ciertos umbrales".
Dijkhoff aseguró que Turquía ya cumple algunos de estos requisitos, pero admitió que se necesitan "mejoras", por ejemplo, en relación a las condiciones que se ofrecen a los refugiados, algo que espera que ayude a mejorar la financiación comunitaria otorgada al país -por ahora solo 95 millones de euros de un monto inicial de 3.000 millones acordado el año pasado-. "Entonces podremos considerar que es un tercer país seguro", recalcó.
El comisario europeo de Migración e Interior, Dimitris Avramópulos, coincidió con el titular holandés, pero aseguró que el acuerdo final con Turquía respetará la legislación de la UE y la internacional. El propio presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, reiteró que el pacto está avalado por la legislación comunitaria -Grecia considera país seguro a Turquía y la deportación se realizaría sobre la base de ese acuerdo bilateral-.
Juncker admitió, no obstante, que es probable que Grecia y Turquía aún tengan que aprobar algunas leyes para demostrar que están cumpliendo con los requisitos básicos de la Convención de Ginebra.
JOV (efe, dpa)
El negocio con los refugiados (29.10.2015)
Miles de refugiados atraviesan Serbia rumbo a los países occidentales de Europa. Para los comerciantes en las proximidades de los campamentos representan un negocio lucrativo. Diego Cupolo reporta desde los Balcanes.
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Conductor de autobús o coyote?
En los Balcanes, el negocio del transporte crece vertiginosamente. En la entrada del campamento de refugiados en Presevo (Serbia), el albanés Liridon Bizazli ofrece un servicio de transporte en autobús a Croacia por 35 euros. Como mesero solo gana unos ocho euros al día. Con la venta de boletos de autobús entre 50 a 70 euros.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos se ayudan
Pese a la ganancia que genera su negocio, Bizazli no está orgulloso de él. Asegura que a veces también transporta gratuitamente a familias con niños que no tienen dinero para pagar el pasaje. “Yo también fui un refugiado”, cuenta. “Los viajes en autobús deberían ser gratuitos. Europa da dinero a Serbia para que ayude a los refugiados, pero el Gobierno no hace nada.”
Imagen: DW/D. Cupolo
Demanda y oferta
Cada día, entre 8.000 a 10.000 refugiados arriban a Presevo. Debido a la creciente demanda, los negocios en la región han extendido sus horarios de apertura. A las tiendas de alimentos y cocinas rápidas no les faltan clientes. Los precios se han duplicado, en algunos casos hasta triplicado. “En ningún otro lugar en Serbia he visto una hamburguesa tan cara como aquí”, dice Bizazli.
Imagen: DW/D. Cupolo
Desde tarjetas SIM hasta carretillas
Aparte de comida, lo primero que los refugiados buscan en un nuevo país son tarjetas SIM para poder comunicarse con sus familias y amigos. Por ello, cerca de los campamentos de refugiados, muchos habitantes venden tarjetas telefónicas prepagadas. Pero también ofrecen otros objetos útiles, como esta carretilla para transportar a las personas débiles, como esta mujer kurda de Siria.
Imagen: DW/D. Cupolo
Vendedor de zapatos
Pese a la inminente llegada del invierno y el aumento de las lluvias, muchos refugiados continúan su camino descalzos. Stefan Cordez, coordinador para el sur de Serbia de Médicos Sin Fronteras, explica que por ello muchos sufren infecciones de la piel y se lastiman los pies. Bajo estas condiciones, la venta de calzado y calcetines es un negocio lucrativo.
Imagen: DW/D. Cupolo
Documentos de segunda mano
Los países a lo largo de la Ruta de los Balcanes deben registrar a todas las personas nuevas que arriban. Frente a algunos campamentos de refugiados las filas son kilométricas. La voluntaria Daniela Gabriel, de Presevo, cuenta que algunos conductores de autobuses recogen los documentos de las personas que han transportado a Croacia para vendérselos a las personas que no quieren hacer fila.
Imagen: DW/D. Cupolo
Falsas informaciones
En tanto, algunos taxistas y choferes de autobuses llevan a los refugiados que han pagado pasaje hasta Croacia a ciudades serbias, donde sus documentos son tramitados en oficinas de registro inexistentes, prosigue Gabriela. A fin de evitar que los refugiados sean víctimas de falsas indicaciones, reparte información al respecto en el campamento.
Imagen: DW/D. Cupolo
Robo en las autopistas
Otros ayudantes, que prefieren permanecer en el anonimato, cuentan que han sido amenazados de muerte por advertir a los refugiados de taxistas peligrosos. Alexander Travelle, voluntario de Presevo, relata que una familia fue asaltada con arma de fuego, después de haber pagado 80 euros por persona para ser transportada a Croacia.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos reciben su pedazo del pastel
Bizazli admite que paga cien euros de "mordida" o coima a la semana a la Policía local para poder vender sus boletos de autobús enfrente del campamento de refugiados en Presevo. “Simplemente les das lo que piden y te dejan en paz”, dice. También otros ayudantes saben de taxistas que sobornan a los agentes policiales.
Imagen: DW/D. Cupolo
Precios exagerados
Con la caída de las temperaturas, cada vez más hoteles ofrecen hospedaje a los refugiados. Sin embargo, aquellos que no pueden pagar los precios exagerados de las habitaciones son rechazados.