UE duplicará ayuda de emergencia para refugiados en Grecia
10 de septiembre de 2016
Con el dinero se espera equipar los albergues que acogen a inmigrantes y asilados para enfrentar el próximo invierno.
Publicidad
115 millones de euros en ayuda de emergencia es el montó que le entregará la Unión Europea a Grecia para mejorar las condiciones de vida de los refugiados que se encuentran atrapados en ese país. Con esto se duplica el apoyo monetario con el que se comprometió la UE.
El dinero se canalizará a través de las organizaciones humanitarias para mejorar la infraestructura de los refugios y asegurar el acceso de los niños refugiados a la educación.
“El nuevo financiamiento tiene el objetivo principal de mejorar las condiciones de los refugiados en Grecia y marcar la diferencia antes del próximo invierno”, dijo el comisionado de ayuda humanitaria Christos Stylianides.
Además, el dinero se destinará a crear un sistema de cupones para que los refugiados puedan comprar víveres y productos básicos para sus familias, algo que de paso servirá para ayudar a la economía local, añadió Stylianides.
Casi 60 mil refugiados e inmigrantes están atrapados en Grecia después de que sus intentos de dirigirse a Europa central y del norte fueran impedidos por el cierre de fronteras en los Balcanes al inicio del año. Muchos están alojados en fábricas o campamentos militares abandonados y en vísperas del invierno resulta una situación muy preocupante para las autoridades griegas y de la Comunidad Europea. Por lo mismo ya se trabaja en mejorar las condiciones de las instalaciones sanitarias y en proveerlos de sistemas de calefacción.
MN (efe, dpa)
Inusual campo de refugiados en Grecia
En la península griega del Peloponeso existe un inusual albergue para refugiados. Myrto Papadopoulos fue hasta allí para conocerlo de primera mano.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Conexión con el exterior
Un adolescente navega al atardecer por Internet. Los celulares inteligentes suponen en la mayoría de los casos la única conexión de los refugiados con el mundo exterior.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Equipamiento básico
Estos bungalows alojan a ocho personas en dos dormitorios. En cada casa hay un cuarto de aseo y una cocina pequeña equipada con una cocinilla de camping y un fregadero, pero no hay agua caliente ni frigorífico.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Descansando
Ranee Mousa, de 27 años, posa con su bebé de 8 meses, nacido en Siria poco antes de que Renee y su esposo huyeran hacia Grecia.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Momento de paz y tranquilidad
Mujeres del campo llevan de paseo a un grupo de niños por las afueras del pueblo de refugiados. Antes de que comience la temporada turística en junio, los alrededores de Myrsini son relativamente tranquilos y poco frecuentados.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Reflexionar sobre el futuro
Un grupo de hombres charla durante la puesta de sol en la playa a las afueras del campo de refugiados. En el campo viven menos de 60 hombres acompañados por sus mujeres e hijos.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Un hogar lejos de casa
Mujeres y niños sentados bajo la luz del atardecer frente a los bungalows turísticos. En total, hay 340 habitantes en el pueblo, 209 de ellos tienen menos de 18 años y 69 son mujeres.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Vida de familia
Una mujer siria posa frente a su alojamiento con su bebé de 6 meses en brazos. Algunas mujeres del campo que ya tienen niños pequeños están de nuevo embarazadas.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Una bendición para la economía local
Tarek Alfelou acude junto a sus hijos Wedad, de 11 años, y Ziad, de 7, al pequeño supermercado de Myrsini, situado a una media hora a pie del campo. La ciudad ha experimentado un pequeño auge económico gracias a las compras de los refugiados.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Un rostro conocido
El alcalde de la ciudad de Andravida, Nabil-losif Morant, procede de Siria. Asegura no ser el único alcalde de origen no griego en Grecia y que la idea del campo fue suya. El consejo municipal la aprobó de forma prácticamente unánime.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Cultivo de fresa
Un trabajador de Bangladés en su granja de fresas, situada cerca del campo de refugiados. Muchos trabajadores de las granjas de la región son migrantes del sur de Asia sin papeles válidos. Durante la temporada de recogida de la fresa, reciben entre 22 y 25 euros por ocho horas de trabajo.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Ayuda local
Giorgos Aggelopoulos es un habitante de Myrsini que colabora como voluntario en el campo de refugiados y ha trabado amistad con algunas de las familias. Asegura que la oposición de la gente contra el pueblo de refugiados ha amainado considerablemente después de que los habitantes vieron que se trataba, sobre todo, de familias con niños.