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¿UE estancada en una raíz cuadrada?

Mirra Banchón19 de junio de 2007

La presidencia alemana de la UE amenaza acabar sin un reavivamiento de la Constitución. Polonia propone tener en cuenta no el número de habitantes de cada país, sino sólo su raíz cuadrada. ¿De qué se trata?

Los hermanos Jaroslaw (izq) y Lech KaczynskiImagen: picture-alliance/ dpa

Dos días antes de la cumbre del Consejo de la Unión Europea en Bruselas, la tensión entre Polonia y sus vecinos europeos es evidente. Se trata, en general, de lograr un acuerdo para hacer avanzar el proyecto del nuevo tratado según el cual va a funcionar la UE.

Después del fracaso de la Constitución Europea en los referendos de Francia y Holanda, los miembros de la UE han ido creando puentes entre las diversas posturas. De esta manera, después de un largo período de reflexión, los dos grandes grupos -los 18 que han aprobado la Constitución y los 11 que faltan- se encontrarían a punto de culminar sus negociaciones y de lograr un nuevo acuerdo.

Así por ejemplo, ya no se habla más de una Constitución para la Unión Europea, sino simplemente de un nuevo tratado, que al igual que el vigente de Niza (en vigor desde 2004) o el anterior de Maastricht (1992) regule los órganos y las políticas de una unión, que de otra manera resultará a cortísimo plazo ingobernable.

El ejemplo más claro de ingobernabilidad es precisamente el punto que tiene detenido el proceso de aprobación del nuevo tratado: la forma de tomar decisiones en el Consejo de ministros de la Unión Europea, el órgano de mayor decisorio de la UE.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, visitó Polonia para allanar el caminoImagen: AP

La ponderación de votos según Niza

Dado que la unanimidad en la toma de decisiones se tornaría una misión imposible en una Unión Europea ampliada, después de largas negociaciones en el Tratado de Niza se estableció un sistema manejable que prevé una doble mayoría: la de votos y la de Estados miembros.

Los votos se repartieron en Niza de la siguiente forma: 29 para Alemania, Reino Unido, Francia e Italia; 27 para España y Polonia; 13 para los Países Bajos; 12 para Grecia, República Checa, Bélgica, Hungría y Portugal; 10 para Suecia y Austria; 7 para Eslovaquia, Dinamarca, Finlandia, Lituania e Irlanda; 4 para Eslovenia, Estonia, Chipre y Luxemburgo y 3 para Malta.

A través de la mayoría de Estados, los países más pequeños también tienen su peso en Niza.

En el proyecto de Constitución se acordó nuevamente una doble mayoría, pero algo modificada: los votos de los países representan el porcentaje de población. La doble mayoría se alcanza con el 65 % de la población y el 55 % de los países. Los votos de Alemania (82 millones de habitantes) son más que, por ejemplo, los de Francia (unos 60 millones). Los países más pequeños siguen teniendo importancia, ya que para aprobar una moción se requeriría el 55 % del total de Estados.

El 29.05.2005 los franceses pararon el proceso con su nonImagen: AP

La raíz cuadrada

Pero los hermanos Kacyzinski, uno presidente y el otro primer ministro de Polonia, no están de acuerdo con ese sistema. Si bien podrían llegar a aceptar el sistema de doble mayoría, exigen que en todo caso la población no se tenga en cuenta por su número real, sino por su raíz cuadrada. ¿Qué consecuencia tiene ello? De acuerdo con el cálculo de raíz cuadrada, un país con 9 millones de habitantes, por ejemplo, tendría 3 votos y un país con 4 millones de habitantes -menos de la mitad- tendría 2 votos, es decir sólo uno menos.

Ello afectaría sobre todo el número de votos de Alemania. Con 82 millones de habitantes, el país tendría, si se aprueba el cálculo según el proyecto de Constitución, 16 votos. Polonia, con 40 millones de habitantes, tendría 8. De acuerdo con la propuesta polaca de la raíz cuadrada, la relación de votos sería de 9 a 6.

La propuesta de la raíz cuadrada no proviene originalmente, a propósito, de los polacos, sino de un matemático alemán, que la retomó a su vez de otros cálculos anteriores. Para muchos matemáticos, el sistema de raíz cuadrada es más justo que el del número absoluto de población.

Los porqués de la postura polaca se encuentran, sin embargo, sobre todo en la convulsa historia de Polonia con Alemania. Diversos analistas ven en la postura de los Kaczinsky más bien la oportunidad de pasarle a Berlín una larga cuenta de malísima vecindad, aunque no se descarta que los líderes polacos concedan una importancia descomunal al peso decisorio que pueda ganar Polonia con un sistema de ponderación de votos basado en la raíz cuadrada de su población.

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