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UE: finaliza presidencia de Irlanda

mb30 de junio de 2004

Irlanda finaliza su turno al frente del Consejo Europeo con un balance muy positivo, en el que el acuerdo en cuanto a la Carta Magna y la ampliación son los principales rubros.

Termina el turno. ¿Contento a casa?Imagen: AP

El Gobierno irlandés finaliza su turno en la presidencia de la UE. El elogio a su gestión es generalizado, pues el balance positivo ostenta rubros de peso: la ampliación de la UE a 25 estados miembro y la adopción de la Constitución Europea. La noche en que sancionaron la Carta Magna, Romano Prodi, el presidente saliente de la Comisión, había vaticinado que esta presidencia sería recordada por mucho tiempo.

La Carta Magna: la más grande tarea

El 1 de enero, cuando a Dublín le tocó asumir el sexto turno presidencial de la UE, el proyecto de la constitución parecía a punto de perecer. Las diferencias sobre el reparto de poder -España y Polonia contra Francia y Alemania- y la impotencia de la presidencia italiana, habían conducido al sonado fracaso de diciembre y pocos apostaban por un reinicio inmediato de las negociaciones. Bertie Ahern se propuso promover la voluntad política para reabrir la Conferencia Intergubernamental (CIG).

Personal seleccionado

Ahern añadió ayer a su gran triunfo el de la renovación y nombramiento de Javier Solana, como futuro ministro de Exteriores de la UE, así como la designación de José Manuel Durao Barroso, como próximo presidente de la CE. Esta última elección -lograda tras un duro pulso entre Francia y Alemania, Inglaterra y España- fue particularmente difícil. Bajo una increíble presión, Ahern hizo lo suyo para lograr el acuerdo en un portugués, capaz de obtener el respaldo unánime de los mandatarios.

Una ampliación anunciada

En cuanto a la ampliación de la Unión, de 10 a 25 miembros, a Irlanda le tocó sólo terminar el trabajo de todos sus antecesores. Y marchó sobre ruedas. Sin embargo, la escasa presencia de los europeos en las elecciones por el Parlamento Europeo en junio, es calificada por ciertos analistas como una penalización a los políticos y a su escaso contacto con su electorado.

Esta abulia frente a Europa, por otro lado, no es algo de lo que tenga que responsabilizarse la presidencia del Consejo sino la institución europea en sí. La presidencia irlandesa entrega la antorcha en esta carrera de relevos con sus deberes mayormente cumplidos.

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