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UE-Irán: ¿negocios sin trabas gracias a INSTEX?

Chase Winter
31 de enero de 2019

El propósito del Instrumento para el Fomento de los Intercambios Comerciales (INSTEX) es permitir que Europa e Irán continúen haciendo negocios a pesar de las sanciones unilaterales que Washington le impuso a Teherán.

Symbolbild Kündigung Atomabkommen mit Iran durch USA
Imagen: Imago/Ralph Peters

Falta poco para que entre en funcionamiento el sistema de pago respaldado por la Unión Europea. Este permitirá a sus socios seguir comerciando con Irán como lo han hecho desde 2015, cuando Alemania y los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) firmaron el Plan de Acción Conjunto y Completo con miras a levantar las sanciones que pesaban sobre Teherán, a cambio de que los iraníes redujeran el enriquecimiento de uranio en sus instalaciones nucleares.

¿Por qué ahora?

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró el apoyo de su país al pacto atómico sellado con Irán, en 2018. De ahí las expectativas que genera el Instrumento para el Fomento de los Intercambios Comerciales (INSTEX), cuyo objetivo es facilitar que europeos e iraníes continúen haciendo negocios, esquivando las medidas punitivas unilaterales impuestas por Washington sobre Teherán. El INSTEX fue diseñado para que funcionara como un sistema separado totalmente del sistema financiero global dominado por Estados Unidos.

¿Para qué?

Al menos al principio, el plan es que el intercambio comercial se concentre en bienes esenciales exentos de sanciones, como los productos fabricados con fines humanitarios, los medicamentos o la mercancía agroindustrial, por ejemplo. No está contemplado que el INSTEX proteja las transacciones relacionadas con el sector petrolero iraní, que de por sí se han reducido considerablemente desde el año pasado. El comercio de productos ligados al ámbito petrolero es la principal fuente de divisas extranjeras para la nación asiática.

¿Quiénes estarán a cargo?

Como Alemania, Francia y Gran Bretaña son los países comunitarios que firmaron el acuerdo nuclear con Irán en 2015, serán éstos los que controlarán el mecanismo en cuestión. El centro de operaciones estará en París, pero el INSTEX contará con el respaldo financiero y gubernamental de las tres naciones. Al resto de los integrantes del club de los 28 se les ha pedido que apoyen esta moción para demostrar su confianza en el convenio atómico con Teherán y presentar un frente unido contra posibles represalias de Washington.

De derecha a izquierda, los mandatarios de Alemania (Merkel), Gran Bretaña (May) y Francia (Macron).Imagen: picture-alliance/dpa/AP/G. Vanden Wijngaert

¿Puede funcionar el INSTEX?

Teóricamente, el canal de pago blindará a las compañías europeas pequeñas y medianas contra las penalidades asociadas a las sanciones estadounidenses sobre Irán. Sin embargo, independientemente de su tamaño, las empresas comunitarias y los bancos que hacen negocios con Estados Unidos podrían mostrarse renuentes a hacer negocios también con Irán, temiendo ser castigadas. De hecho, no son pocas las firmas europeas que han salido de Irán desde el año pasado. Se espera que el volumen de intercambios comerciales sea pequeño.

La respuesta estadounidense

La Casa Blanca asegura que continuará ejerciendo "máxima presión” sobre Irán debido a los riesgos que le atribuye a su programa misilístico y a su creciente influencia en el Medio Oriente. Pero, aunque Washington ha advertido que empresas y bancos europeos podrían ser blanco de severas penas si violan sus sanciones, cabe dudar que Estados Unidos castigue directamente a los Gobiernos que respaldan al INSTEX. Si lo hiciera, sus tensiones con Alemania, Francia y Gran Bretaña desatarían también turbulencias financieras.

La respuesta iraní

Si bien Teherán ha exhibido abiertamente su frustración de cara a la lentitud con que el bloque comunitario reacciona ante la reimposición de sanciones por parte de Estados Unidos, el Estado iraní se ha comprometido a seguir cumpliendo las obligaciones adquiridas en el marco del Plan de Acción Conjunto y Completo con la esperanza de recibir los beneficios económicos prometidos por Europa. La pregunta de rigor es cuánto pueden esperar: si no pueden vender su petróleo ni hacer negocios libremente, de poco les sirve el pacto de 2015.

El presidente iraní, Hasán Rohaní, está bajo presión de los líderes religiosos de su país y de los políticos de línea dura en materia de seguridad y defensa, quienes lo instan a romper el trato sellado con Occidente, Rusia y China. Al mismo tiempo, Teherán vuelve la mirada precisamente hacia Moscú y Pekín con la intención de mantener los nexos comerciales y financieros con ellos, en abierto desafío a las sanciones de Estados Unidos. La exportación de petróleo hacia China se desplomó hace tres años y no se ha recuperado. Rohaní necesita un milagro.

(erc/ers)

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