La UE declaró por primera vez su intención de adoptar una postura común sobre la inmigración y el asilo político en 1999, pero los diferentes puntos de vista sobre soberanía nacional, derechos civiles y capacidad financiera para absorber la inmigración han obstaculizado el progreso de imponer soluciones prácticas comunes para la lucha contra la inmigración ilegal. El objetivo es mejorar los controles sobre las fronteras externas de la UE, lo que podría llevar a una guardia fronteriza común.

Sólo juntos lograrán una solución

La Comisión Europea dice que unas 680.000 personas inmigran legalmente a la Unión Europea cada año. Otro medio millón de inmigrantes entra cada año ilegalmente al bloque de las quince naciones.

La Unión Europea busca formas prácticas de reforzar las fronteras de la UE, compartiendo las cargas financieras y policiales de protección de las fronteras.

Pero los controles fronterizos conseguirían poco a no ser que la UE estandarizase los visados y pasaportes, utilizando sistemas infalibles para controlar las huellas digitales o fotografías por ordenador.

Según los especialistas es muy importante que se trabaje en base a incentivos financieros, no castigos, para cooperar en la lucha contra la inmigración ilegal.

Europa necesita a los inmigrantes

Se planea sin embargo, la imposición de "consecuencias económicas" para los países terceros que deliberadamente fracasen al impedir los flujos de inmigrantes ilegales.

El esfuerzo conjunto va dirigido a ayudar a los países a mejorar los controles de la inmigración y recompensar a aquellos gobiernos que cooperen.

Hay consenso en que Europa necesita la inmigración legal para suplir a su envejecida fuerza laboral y contratar especialistas en tecnología. Cuantos menos inmigrantes ilegales haya, más posibilidades se abren a la inmigración legal.