En México, hace dos meses asesinaron al periodista Javier Valdez. Desde Bruselas, en la conmoción de este crimen que se sumaba a seis anteriores en el Parlamento Europeo se planteó una 'resolución de urgencia'. A pesar de la que ni impunidad ni el nivel de violencia han cambiado, la resolución europea se hace esperar.

¿Qué son las resoluciones?

Las resoluciones de urgencia son un instrumento de la Eurocámara para denunciar, hacer presión, exhortar al cambio e incluso amonestar.  No tienen  valor legislativo. 

No obstante, a ningún país le gusta ser objeto de una resolución de éstas dejando constancia de violaciones o irrespetos a los derechos humanos, algo de lo que Unión Europea se proclama defensora.

En el caso del asesinato de Javier Valdez en México pasó la sesión plenaria de junio, también la de julio y no la  hubo.  ¿Por qué?  

Hay que escoger

Hay que entender, así fuentes acreditadas, que las "urgencias” por derechos humanos son muchas.

Si bien matar sistemáticamente a periodistas en México es muy malo, los 1.200 muertos de Burundi en los últimos dos años o el cáncer terminal del activista chino Liu Xiabao –las urgencias de este julio 2017- son peor aún. Los presidentes de los grupos políticos deciden, sesión a sesión, a nombre de los parlamentarios de los 28 países de la UE.

"Son tantos los casos que hay que, lamentablemente, establecer prioridades”, explica a DW Elena Valenciano, eurodiputada española, del bloque socialista, con larga trayectoria en derechos humanos y en políticas de género.

No obstante, apunta Valenciano, el grupo socialista  -el segundo peso de la Eurocámara - propondrá en septiembre sacar una resolución de urgencia sobre México, recordándole al gobierno sus compromisos en materia de defensa de activistas y de periodistas.

¿El buen momento?

Hay que decir que la posibilidad de pasar esta resolución abogando por la defensa de derechos humanos en Mexico, coincide con la cuarta ronda de negociaciones de la modernización del "Acuerdo Global" entre  la UE y México.

Este acuerdo, clave en la liberalización de los mercados de comercio e inversiones, se acelera en la situación hostil de la administración Donald Trump en Washington hacia México. En la inminente cumbre del G20 en Hamburgo, la UE se pondrá junto con su socio México del lado del multilateralismo.

Todo esto coincide en la misma semana con una denuncia en La Haya por 200.000 asesinatos y 32.000 desapariciones entre 2009 y 2016. La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) acredita las cifras. 

"Creo que los acontecimientos en México merecen una respuesta medida del PE, pero hay que encontrar el momento”, explica a DW Ramón Jáuregui, copresidente de la Asamblea Euro-Latinoamericana.

En su opinión, una resolución del Parlamento no va a evitar que el narcotráfico mate a periodistas. No obstante, lograr un buen acuerdo con México sería un buen escenario para ejercer influencia sobre ese país. "La denuncia, testimonial,  a veces no sirve”, acota Jáuregui.

"Resolución o no”, dice a DW Teresa Jiménez Becerril, presidenta de la delegación para la relaciones entre la UE y México, "lo más importante es que establezcamos el diálogo con México, que no se rompa", agrega.

Efectos negativos en la negociación

¿Una resolución del Parlamento Europeo exhortando a buscar responsables tendría efectos negativos en la negociación?

A esto responde Beatriz Becerra Basterrechea, vicepresidente de la subcomisión de derechos humanos, eurodiputada española del grupo Alde: "Si hubiese amenazas extra parlamentarias de ruptura de negociaciones, la participación del parlamento en ese proceso de negociaciones es más importante que nunca. México quiere avanzar en derechos humanos. De ninguna forma queremos creer que al gobierno de México no le preocupa.  Por eso mismo, no podemos   mantener ese discurso antiguo de que si me señalas con el dedo estás desmontando mis valores”.

Y con respecto a México, "precisamente porque eres fuerte, porque eres grande y porque eres vanguardia en tantas cosas para América Latina no puedes permitirte tener esas grietas sangrantes terribles de impunidad”, concluye Becerra.