Los países de la Unión Europea fueron incapaces este jueves (23.02.2023) de cerrar el acuerdo sobre el décimo paquete de sanciones contra Rusia, pese a su objetivo de que las nuevas medidas entren en vigor mañana viernes, coincidiendo con el primer aniversario de la invasión de Ucrania.

Los Veintisiete llevan semanas discutiendo esta nueva ronda de sanciones y en estos momentos, el único punto que impide el acuerdo es el posible veto a la comercialización con Rusia de goma sintética, aseguraron a EFE varias fuentes diplomáticas.

El asunto de "la goma sintética requiere aún consultas políticas de alto nivel que se producirán entre hoy por la tarde y mañana por la mañana", dijo una de las fuentes, que no obstante, se mostró "optimista", en que el décimo paquete de sanciones se apruebe a tiempo para el aniversario de la guerra.

El resto de las medidas, ya pactadas, suponen el veto a 47 componentes electrónicos que Rusia puede utilizar en sus sistemas armamentísticos, como pueden ser drones, misiles y helicópteros, de tal manera que teniendo en cuenta los nueve paquetes anteriores se habrá prohibido ya todos los productos tecnológicos encontrados en el campo de batalla, según dijo la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.

Además, se sancionará a siete empresas iraníes vinculadas a la Guardia Revolucionaria que fabrican los drones que Teherán está dando a Moscú para bombardear Ucrania. También se incluirá en la lista de sancionados a un centenar de individuos y empresas rusas, a quienes se congelarán sus activos en la UE y se les impedirá entrar en cualquier país comunitario.

Una lista que incluye ya a más de 1.500 personas, entre ellas al presidente ruso, Vladimir Putin, y al ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, desde la primera semana de la invasión. El décimo paquete pone de nuevo el foco en la necesidad de evitar que tanto Rusia como los oligarcas eludan las sanciones y se ha acordado estudiar la posibilidad de utilizar los activos del Banco Central ruso congelados en la UE para la reconstrucción de Ucrania.

Sin embargo, diversos países albergan dudas legales sobre la posibilidad de usar los fondos para la reconstrucción y piden el máximo consenso internacional. Polonia y los países bálticos han seguido insistiendo en la necesidad de sancionar a Rosatom, la empresa estatal rusa encargada del desarrollo de la energía nuclear, tal como pide Ucrania, pero Hungría se ha opuesto.

Tampoco ha logrado vetar la comercialización de diamantes rusos, una posibilidad a la que se sigue oponiendo Bélgica por la importancia que tiene el sector en la ciudad de Amberes. (EFE)