Desde el verano, los ministros de Energía de la Unión Europea (UE) se reunieron varias veces para hablar sobre un límite al precio del gas en el bloque comunitario. Ahora, poco antes de fin de año y en medio de la temporada invernal, tomaron una decisión: no se fijará un límite general para el precio del gas, sino que solo se le impondrá un freno de emergencia.

15 Estados miembros habían solicitado un límite al precio del gas, pero Alemania y otros países lo rechazaron, ya que consideraron que así se pondría en peligro la seguridad de abastecimiento, en caso de que los proveedores le vendieran el gas a clientes que pagaran mejor. De ese debate surgió un compromiso basado en las propuestas de la Comisión Europea (CE).

El límite mágico de 180 euros

En comparación con años anteriores, los precios del gas natural en la bolsa de referencia TTF (Title Transfer Facility) en los Países Bajos se ha multiplicado por diez este año. Ahora el tope al precio del gas será de 180 euros por megavatio/hora, pero solo si ese es el precio que se pide tres días seguidos en el TTF. Además, el precio en el TTF debe ser unos 35 euros más alto que en los centros de comercio de gas licuado comparables en otras partes del mundo.

Si ese tope de emergencia hace que se reduzcan las ventas de gas a Europa, poniendo así en peligro el suministro, entonces el precio se volverá a liberar. Eso se debe a que no se puede obligar a los vendedores y compradores de gas a hacer sus negocios a través de la bolsa TTF en los Países Bajos. Las ventas también son posibles fuera del mercado sometido al freno de emergencia. "Este no es un límite de precio fijo, sino un límite dinámico", explicó Josef Sikela, el ministro checo de Energía, y presidente de la ronda de ministros.

¿Cómo se determina el precio del gas?

Luego de mucho negociar, los ministros y ministras de Energía acordaron ese tope de 180 euros por megavatio hora. Actualmente, un megavatio hora cuesta 115 euros. En noviembre, el precio estaba por debajo de los 100 euros. En agosto, cuando los mercados entraron en pánico con motivo de la suspensión de envío de gas por parte de Rusia a través de los grandes gasoductos, el precio fue unos 350 euros, una suma astronómica, si se la compara con los 10 a 20 euros en 2019 y 2020.

El gas comenzó a aumentar en el otoño boreal de 2021 porque la demanda creció a causa de la buena coyuntura tras la pandemia de coronavirus. La guerra rusa contra Ucrania y la falta de provisión de gas ruso produjeron una rápida escasez de gas y enormes aumentos de precios. Entretanto, la situación en el mercado del gas se ha estabilizado en un nivel alto debido a la reducción de la demanda y a que los depósitos de gas están llenos. Sin embargo, los expertos creen que es posible que vuelva a aumentar en la primavera europea, cuando los tanques de almacenamiento de gas deban rellenarse nuevamente. Entonces el tope al precio de ese producto se tornaría un factor importante. 

En Bruselas, la comisionada de Energía de la UE, Kadri Simon, dijo que "ese mecanismo presenta ventajas, pero también riesgos”. Se teme que los oferentes impulsen los precios del gas al alza hasta poco menos del límite de emergencia, porque ahora saben que la UE está dispuesta a pagar 180 euros por megavatio hora, según dijeron funcionarios de la CE el lunes (19.12.2022). Todo el procedimiento es un "gran experimento de política económica”, señalaron, ya que en la UE casi no ha habido intervenciones de mercado de este tipo. "Si resulta que la intervención del mercado no es oportuna, entonces espero que encontremos la fuerza política para cuestionarlo nuevamente", dijo con escepticismo el ministro de Energía alemán, Robert Habeck.

Un límite no es lo mismo que un tope

El "Mecanismo de la UE para la corrección del mercado”, como se denomina oficialmente al freno de emergencia, se aplicará a partir del 15 de febrero. No tiene nada que ver con los topes o los límites de precios que los Estados miembros de la UE han impuesto individualmente en sus propios mercados. En Alemania, el gas será subsidiado por el Estado en el futuro hasta un consumo del 80 por ciento de los años anteriores. Eso significa que no es el precio de compra del gas para las empresas de servicios públicos lo que está limitado aquí, sino el gasto del consumidor. El Estado paga la diferencia. Alemania ha presupuestado una suma de hasta 200.000 millones de euros para esto. En España, se ha fijado un tope en el precio del gas utilizado para generar electricidad. Esta intervención está financiada por un impuesto para todos los consumidores de electricidad.

Los ministros de Energía del bloque de la UE también acordaron crear una plataforma común de compras para las empresas de gas europeas. El poder de mercado de los consumidores debe unificarse para lograr precios más bajos en el mercado mundial. Se prescribirá la compra conjunta del 15 por ciento del volumen de almacenamiento en las instalaciones nacionales. Además, la expansión de las energías renovables debe promoverse más y más aceleradamente que antes. Los procedimientos de aprobación de turbinas eólicas, por ejemplo, se acortarán y simplificarán. El objetivo es pasar del costoso gas al agua, al viento y a la energía solar lo más rápido posible.

(cp/ers)