Los encargados de diseñar el plan son el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, el presidente del Consejo, Herman van Rompuy, el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.

El objetivo es que presenten sus conclusiones a los líderes de la UE en la cumbre de fines de junio en Bruselas. La nueva "hoja de ruta" quedaría aprobada antes de fin de año. Será "un documento revolucionario", asegura "Welt am Sonntag" sin mencionar fuentes.

El plan podría articularse en cuatro campos: reformas estructurales, unión bancaria, unión fiscal y unión política.

Según el diario, la nueva Europa aligeraría sus sistemas sociales para hacerse más sostenible a largo plazo y reforzaría el mercado interno para aumentar la competitividad.

Además se crearía un organismo común de vigilancia bancaria. El bloque tendría también más poder sobre los presupuestos nacionales y avanzaría en la unificación de políticas fiscal, impositiva, exterior y de seguridad.

Una agenda para los próximo diez años

"Welt am Sonntag" señala que lo que se pretende es elaborar una "euroagenda" para los próximos cinco a diez años.

El precio podría ser alto: desde un mayor distanciamiento entre los 17 socios del euro y los otros diez países de la UE hasta una verdadera ruptura del bloque o una "Europa de dos velocidades".

"Tenemos que profundizar la eurozona para estabilizarla", cita el diario a uno de los ideólogos del plan, sin dar su nombre. "La eurozona debe llevar el rol protagónico", dice otro. Un funcionario del banco central asegura que "debe producirse un cambio de estrategia" en Europa.

El informe se conoce después de dos semanas de escalada en la crisis, con el futuro de Grecia aún abierto, la prima de riesgo española en máximos históricos y el euro en caída libre.

dpa
Editor: Pablo Kummetz