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UE quiere frenar desperdicio de toneladas de alimentos

Christina Ruta / RML14 de diciembre de 2012

En Europa, millones de toneladas de alimentos terminan cada año en la basura. En consecuencia, los precios de los productos suben en todo el mundo. La UE, la sociedad civil, la academia y la industria quieren intervenir.

Imagen: picture-alliance/dpa

Ochenta y nueve millones de toneladas de alimentos se desechan cada año, sobre todo en los hogares y comercios minoristas, además de en las escuelas, hospitales y comedores de centros laborales de la Unión Europea (UE). Las papas, el pan o los espaguetis del día anterior, el yogurt recién caducado, las verduras que ya no están frescas porque se compraron demasiadas, o porque se almacenan mal.

Derroche, de principio a fin

En la UE, el desperdicio de alimentos tiene lugar en cada eslabón de la cadena de producción y consumo: "Todo empieza desde el campo. Si los pepinos no crecen rectos, si las zanahorias quedaron muy pequeñas o no tienen el color preciso, terminan como desecho”, critica Selina Juul, fundadora del movimiento danés Stop Wasting Food (Paremos de Derrochar Comida). Luego, “la industria del empaque despilfarra además, un 20 por ciento de los alimentos”, agrega la activista.

Un proceder más cuidadoso no sólo ahorraría mucho dinero, sino contribuiría también a la seguridad alimentaria a escala global, afirma Juul: "No podemos enviar los restos de comida a África, eso es imposible. Pero, teóricamente, mientras más comida se desperdicia, más suben los precios de los alimentos en todo el mundo."

Con financiamiento de la UE

La UE ha reconocido por fin el problema y se propone reducir este derroche en un 50 por ciento hacia el año 2025. Para ello, financia desde agosto el proyecto FUSIONS (Food Use for Social Innovations by Optimising Waste Strategies). En él participan, además, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), así como diversas ONG, empresas y unas 20 universidades europeas.

Toine Timmermans, coordinador de FUSIONS.Imagen: WageningenUR

“Entre el 25 y el 30 por ciento de los productos pensados para el consumo humano se pierden en la cadena de distribución”, dice el coordinador de FUSIONS, Toine Timmermans, de la Universidad de Wageningen, en Holanda. El derroche es mayor en países como Francia o Gran Bretaña, donde la preocupación por temas de sostenibilidad es comparativamente menor que en las naciones escandinavas, y donde muchas personas viven en grandes ciudades.

FUSIONS quiere sensibilizar a los consumidores europeos; además de proveer a los políticos y a la industria de datos fiables y comparables, por ahora sólo disponibles de forma limitada. Adicionalmente, se trata de "intercambiar experiencias sobre buenas prácticas y desarrollar estudios de factibilidad“, explica  Toine Timmermans en entrevista con DW.

Todos podemos hacer algo

La cadena de supermercados escandinavos REMA 1000, por ejemplo, tuvo una buena idea: "Ahora venden alimentos a punto de caducar en un mostrador aparte, con una rebaja del 70 por ciento", cuenta Selina Juul, que participa en FUSIONS con su ONG Stop Wasting Food. Ambas partes se benefician con este trato: los consumidores pagan menos y la cadena obtiene ganancias con la venta de productos que probablemente hubiesen quedado en las estanterías.

Toine Timmmermans y considera que la política está obligada, por ejemplo, a imponer mejoras en el etiquetado de los productos alimenticios. Pero justo en Navidad, la época del año en que más se derrocha, cada uno de nosotros podría hacer algo, aseguran Timmmermans y Juul: planificar mejor las compras, probar en pequeña escala cuánto rinde una nueva receta antes de prepararla para 20 invitados, servirse porciones menos exageradas en el plato, o innovar con los restos al día siguiente. Con este espíritu, una idea creativa acaba de inaugurarse por estos días en Alemania: el portal de Internet foodsharing.de permite ahora regalar o intercambiar alimentos.

El desperdicio ocurre en cada eslabón de la cadena de producción y consumo.Imagen: DW

Autora: Christina Ruta / RML

Editor: José Ospina Valencia

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