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UE - Venezuela: ¿de asistencia humanitaria al diálogo real?

9 de junio de 2020

La situación en Venezuela es grave y la pandemia la empeorará. El acuerdo entre oposición y gobierno para permitir ayuda en la pandemia es bueno, pero, desde Bruselas, se lo querría ver como un augurio de diálogo.

Kolumbien Maicao Hilfe für Flüchtlinge aus Venezuela
Imagen: DW/Eline van Nes

 La situación dentro de las fronteras venezolanas se agravará. "No hemos llegado a la situación de Brasil, México o Ecuador.  Pero no conocemos exactamente la situación porque no hay un seguimiento técnico como en otros países”, dice a DW Calixto Ávila, representante en Europa de la ONG Provea, el Programa venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos.

 

Los pronósticos son alarmantes. Según cálculos de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, en la primera semana de junio los casos podrían aumentar hasta 4000 diarios. En su informe, desacreditado por el gobierno de Caracas, la Academia detecta como una de las mayores fuentes de contagio, precisamente, que la población más vulnerable no pueda mantener las medidas de cuarentena.

"La situación es peor de lo que aparece en los noticieros. Nos llegan, a diario, entre 40 y 60 pedidos de ayuda: casos de gangrena y cáncer; también por secuestros”, dice a DW, Christian Hohn, de Venexus, organización de la sociedad civil registrada en Portugal. Lleva cinco años enviando, mayormente, medicamentos y alimento infantil a Venezuela, y con la pandemia ha visto incrementar el precio del transporte de las ayudas 9 a 12 euros el kilo.

Medidas básicas 

En esta situación, ¿cómo se recibió el anuncio del acuerdo entre la oposición y el gobierno para aceptar la asistencia internacional?  La Unión Europea lo ve con buenos ojos, organizaciones como Provea también. Organizaciones de "calle”, como Venexus, advierten de los canales usuales, interceptados por la corrupción. Cabe recordar que lograr la entrada de ayuda humanitaria ha sido la piedra de toque entre la comunidad internacional y el gobierno de Venezuela.

Imagen: DW/Eline van Nes

Como fuere, el acuerdo, más bien técnico, prevé la detección de casos activos, el tratamiento de los casos confirmados, el aislamiento de casos confirmados, la protección del personal de salud, la verificación de las cifras epidemiológicas y campañas de comunicación para proteger a la población.

Pero al impacto en la salud y el sistema sanitario, hay que sumar  sobre todo en Venezuela  la inminencia del aumento del hambre. Urge tomar medidas, a corto plazo. Pero a mediano y largo plazo, también. Así se entiende que este fin de semana, poblaciones rurales del occidente venezolano recibieran semillas de tomates, pepinos, berenjena, cilantro, pimiento y cebollinos. En el marco del Plan de Asistencia Humanitaria de la FAO (la organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas), y con financiamiento de la Unión Europea, se trata de asegurar la agricultura familiar de 387 familias, en 30 poblaciones.

"Por la escasez de gasolina, por un lado se están perdiendo cosechas, y por otro no hay acceso a las semillas y no se puede sembrar”, cuenta el representante de la ONG venezolana Provea, una organización que lleva más de tres décadas documentado la situación de derechos humanos en el país.

¿Qué les pasa a los que vuelven?

Los efectos de la pandemia son devastadores: las remesas desde el extranjero han bajado, los venezolanos que emigraron vuelven por miles. Sólo entre marzo y mayo, Migración Colombia contó 55.888 retornados. Por otro lado, según el Programa Mundial de Alimentos, en Colombia, Ecuador y Perú, el número de migrantes venezolanos en grave inseguridad alimentaria puede ascender en los próximos meses de 540.000 a más de un millón.

"Hay que tener en cuenta que muchos se mueven por la frontera verde que es muy permeable”, sigue Ávila.  Si bien hay medidas de acogida en albergues para pasar la cuarentena, éstas son insuficientes, la alimentación precaria y el agua escasa.

"Es positivo que las organizaciones internacionales están presentes en las fronteras”, agrega Ávila. También con fondos europeos, para migrantes y refugiados hay en marcha servicios médicos de emergencia, ayuda alimentaria, albergues, apoyo legal y medidas de protección, en particular contra la violencia de género, son brindados, a través de Naciones Unidas y de la Cruz Roja.

La asistencia se ubica sobre todo en la zona fronteriza con Colombia y a lo largo de las principales rutas migratorias, informan fuentes europeas. En la Conferencia de Donantes (26.05.2020), se anunció 67,7 millones de euros adicionales para aliviar la situación en la región, en las fronteras y en las comunidades de acogida.

Imagen: DW/Eline van Nes

"Lo que se avecina va a ser muy delicado. El gobierno no va a poder hacerle frente”, dice Ávila, celebrando el acuerdo en nombre de decenas de organizaciones venezolanas. "Llevamos mucho tiempo pidiendo acuerdos humanitarios. Es un primer paso”, agrega recordando a la UE su compromiso de intensificar su mediación para que se abra de verdad el diálogo político en Venezuela.

Al respecto, se pronunció Josep Borrell, Alto Representante de Política Exterior de la UE: “Insistimos en la urgente necesidad de una solución pacífica y democrática. Para ello, todos los actores deben mostrar compromiso con un proceso de negociación inclusivo y deben trabajar conjunta y constructivamente para aliviar el dramático sufrimiento de los venezolanos que ha sido agravado por la pandemia. En este contexto, el reciente acuerdo acerca de asistencia humanitaria es un paso positivo”. 

(jov)

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