Como se preveía, de la cumbre bilateral UE-México ha salido la voluntad refrendada de iniciar negociaciones sobre la modernización del acuerdo global hasta finales de año. Lo estratégico de la relación con un México cuya economía va en ascenso se resalta claramente.

Muchas ventajas

La UE es el segundo inversionista en México y es su tercer socio comercial. Lograr posiciones conjuntas en temas globales como migración, agenda post 2015, lucha contra el narcotráfico y conferencia de cambio climático –tema en el que México y la UE cooperan estrechamente- también se resalta.

La modernización del acuerdo, así los tres líderes reunidos en Bruselas, facilitaría mucho este diálogo y permitiría, así el presidente mexicano, mejorar los vínculos a la economía mundial, mejorar los flujos de inversión y aprovechando las reformas estructurales de México, facilitar el acceso al sector energético, mayor apoyo a la pequeñas y medianas empresas, colaborar en la agenda digital y en la cultura. El mensaje fue claro, no modernizar el acuerdo que une a México a la UE sería un error.

Derechos humanos

La tensión por los trágicos acontecimientos de Ayotzinapa no han tenido cabida en estos diálogos, al parecer. Para los líderes europeos, todos comparten visiones comunes, también en cuanto a derechos humanos.

“Nuestra conversación en derechos humanos es altamente prioritaria. Hemos hecho un compromiso puntual y formal sea una asignatura para seguir trabajando”, respondió a la prensa el presidente mexicano. Al parecer, no queda la menor duda que la frágil situación social en el país no condicionará la modernización del acuerdo. “Son de la mayor prioridad y estamos comprometidos en este esfuerzo”, subrayó Peña Nieto.

“Basta de simulación. Es un gobierno que prometió cambios, que prometió que iba a hacer justicia. Pero en mi país hay todos los días desapariciones forzadas”, dijo a DW Silvia Ávalos, una de las organizadoras de una manifestación a favor de los derechos humanos en México que recibió a la comitiva presidencial el miércoles de esta semana en Bruselas.

“¿Cuántos muertos más debe haber para que la comunidad internacional y la Unión Europea digan algo?”, dice la artista y activista mexicana, añadiendo que a la movilización acudieron colectivos ciudadanos de varias ciudades de Bélgica, Holanda y Alemania.

No es que la UE y sus instituciones hayan callado. Cuando los sucesos de Ayotzinapa la eurocámara condenó los hechos que llevaron a la desaparición de los 43 estudiantes, el caso más sonado de violación a los derechos humanos.

Pero la propuesta de ciertos parlamentarios de condicionar la modernización de las relaciones comerciales a claras muestras de avance en materia de respeto a los derechos ciudadanos, no es compartida por la mayoría. Sería injusto condenar a un país que sufre los efectos del crimen internacional, es la opinión consensuada en la eurocámara.

Como fuere, al parecer nada se opone ya a la modernización de un acuerdo que tiene como meta facilitar el comercio y estrechar los lazos tanto como para que, como ya lo han acordado ya Chile y Colombia, México también pueda participar en las misiones europeas de gestión de crisis, es decir envío conjunto de militares a operaciones de paz.