Uli Hoeness: "El FC Bayern es una marca global"
9 de octubre de 2017DW: Señor Hoeness, ¿qué opina de que se le vea como "el alma del FC Bayern"?
Uli Hoeness: Me alegra enormemente, pero naturalmente, no puede esperar de mí que evalúe tal cosa. Eso lo deben hacer otros. Si usted así lo considera, me parece algo bonito. Pero espero haberme ganado tal atributo con la forma como trabajo y colaboro aquí.
¿Cómo describiría entonces su propio papel en el Bayern?
Sin duda he puesto mi grano de arena para este éxito, pero un club tan grande necesita a muchas personas. Naturalmente, hemos aprovechado el hecho de tener siempre a personas que han jugado al fútbol y que cuentan con un enorme carisma. Es el caso de Franz Beckenbauer, Karlheinz Rummenigge, Paul Breitner, Gerd Müller, o Sepp Maier. Todos han contribuido a esto, incluso después de finalizada su carrera deportiva. Como gerente, miembro del Consejo y presidente del club, he vivido todas las fases. Así que como es natural, muchos piensan que mi contribución es especialmente grande.
En 1979, usted se convirtió en gerente, con tan solo 27 años. ¿Tenía ya desde entonces una visión en su mente?
Siempre la tuve. Siempre pensé que el Bayern Múnich debía ser transformado de un club más pequeño a una marca global. Muchas cosas debieron pasar para ello. En todos lados había cosas que ajustar. Entonces, el Bayern tenía un volumen de ventas de 12 millones de marcos, de los cuales 85 por ciento provenía de los ingresos por las entradas del público. No había un margen demasiado grande para realmente competir con los grandes del mundo, que en esos días eran principalmente los italianos y los españoles. Por eso, desde un principio intenté atenuar la dependencia que teníamos de los ingresos por las entradas. Actualmente, los ingresos por entradas representan quizá el 10 por ciento de los 630 millones de euros del volumen de ventas.
Desde el principio, me esforcé en forzar la independencia financiera del club. Viajé a Estados Unidos y observé las ligas profesionales de fútbol americano y de baloncesto. Visité Manchester, porque entonces ahí había un mercado especialmente bueno. Deportivamente estaba bien lo que hacíamos, pero desde el punto de vista financiero estábamos a un nivel muy distinto de muchos clubes internacionales. Tuvimos que andar en esa dirección, y lo hicimos sin mecenas.
Hoy tenemos tres socios accionistas con 8,3 por ciento de participación cada uno, pero con esas excepciones, no hay dinero externo en el club. Estamos especialmente orgullosos de que 75,1 por ciento pertenece a nuestros miembros. Así es como somos amos de nuestras propias decisiones, y en el club no se mueve una hoja sin la directiva.
Riñas acaloradas
Usted ha dicho que, cuando hay dos posiciones duras enfrentadas, siempre se decide por la perspectiva humana. ¿Hay alguna filosofía específica detrás de su estilo de liderazgo?
En mi trabajo no sigo ningún manual. Jamás fui a una universidad para aprender lo que sé, sino que desde el comienzo trabajé según el principio de "aprender haciendo las cosas". Nunca he dado el segundo paso sin haber completado el primero. Siempre he intentado hacer crecer a este club de manera lenta, pero segura. Al principio, por supuesto que tuve que dar algunos codazos. Como gerente, quise elevar a este club. En el camino, seguramente hubo riñas acaloradas. Sobre todo, hubo sonadas disputas cuando alguien trató de ofender al equipo o humillarlo.
Mientras el Bayern, y también yo mismo, conseguíamos la independencia económica, más me concentraba en dejar que otros formaran parte del club. Me preocupé porque el Bayern no se transformara en un elefante indiferente a su entorno. Por eso es que hemos apoyado a muchos clubes cuando tienen dificultades, sobre todo en el este de Alemania. El Bayern acudió casi siempre que fue requerido. Esto nos distingue como equipo, y creo que también a mí como persona. Nunca me doblegué ante los de arriba ni maltraté a los de abajo, sino al contrario. He intentado ayudar a los más débiles y atacar a los grandes. Esto no a todos les agradó. Pero quienes me conocen, rara vez hablarán mal de mí.
Un vuelo para Kuffour
Por ejemplo, el exjugador Sammy Kuffour. Él dice que usted fue como un padre para él.
¿Qué puedo decir? Sammy vino como un mozalbete de 16 o 17 años desde Italia, donde no lo trataban bien. Él fue asistido de manera intensiva por mi secretaria y por eso cayó bajo mi custodia. Recuerdo una situación que no le deseo a nadie: regresé de unas vacaciones de Navidad que pasé esquiando. Me encontraba leyendo el periódico en el sofá, cuando me llamó mi secretaria. Ella lloraba y me decía que la hija de Sammy Kuffour se había resbalado en una piscina en África, y había fallecido. No había vuelos hasta la noche siguiente, por lo que Sammy no podía volar a Ghana.
De inmediato renté por 80.000 euros un avión privado para que pudiera ir a su país esa misma noche. El avión permaneció en Ghana todo el tiempo, hasta que Sammy y su esposa estuvieran en condiciones de regresar. Son cosas que no figuran en ningún manual. Y las harías tantas veces como fuera necesario.
Poder, justicia y tradición
¿Qué significa para usted la familia?
Tanto en los tres años que permanecí en la cárcel como en mi vida fuera de ella, me he dado cuenta de cuán importante es tener una familia. Ésta me ayudó mucho a superar esa situación tan difícil. En prisión me percaté de lo difícil que es para todos esos hombres que han perdido a sus familias. La mayoría no logra recuperar una vida digna luego de salir.
¿Y la justicia?
Es un aspecto muy importante. Siempre intento evitar enriquecerme a costa de los demás, o estafarlos. Claro que alguien puede decir 'evadió impuestos y eso es en gran medida una estafa al Estado." Pero, esto aparte, asumí las consecuencias y admití haber cometido un enorme error. La justicia es un elemento muy importante en nuestra sociedad.
¿Y la tradición?
Trato de mantenerla, a pesar de la rapidez del mundo actual. Un club como el FC Bayern Múnich es un actor global con intereses en China, en el norte y sur de América, en todo el mundo. Pero no debemos olvidar que nuestras raíces también están en la parte baja de Baviera, en Freyung-Grafenau o en Deggendorf.
¿Y el poder?
En nuestra sociedad, esa palabra tiene una connotación muy negativa. Yo no lo veo así. Cuando uno usa bien el poder, es algo bueno, pues sin poder uno no puede decidir nada, ni cambiar nada. Sin un poder humano y bien aplicado, nada sucede, ni en la sociedad, ni en la política, y tampoco en una institución de fútbol.
La importancia del propio esfuerzo
¿Cómo explicaría el fenómeno "Mia san mia" en el Bayern Múnich?
Para comprenderlo hay que conocer la cultura, las personas y los paisajes de Baviera: cuando uno está sentado a la orilla del lago Tegernsee, o cuando se está en un Biergarten donde no le dicen a uno 'no, este lugar está ocupado' sino 'ven, aquí te hacemos lugar', o cuando te tomas una cerveza con absolutos extraños y acabas pasando una tarde maravillosa. Si yo necesito un electricista en domingo, éste viene en domingo, y no solo para Uli Hoeness, sino para todos los que viven en este pueblo.
Así que por un lado está la disposición a ayudar, y por otro, a ser quejumbroso, a cuestionarse muy a menudo. Todo esto es muy importante. Esta insatisfacción, y al mismo tiempo, la capacidad de aceptar que tuvimos la fortuna de haber nacido en esta tierra, en Baviera. Podría usted quizá despertarse en Alepo. Y si alguna vez lo hace, jamás volverá a sentir que aquí nos va mal.
¿De dónde viene ese "Mia san mia"?
Creo que nace a partir de la política que los antiguos ministros presidentes Franz-Josef Strauß y Edmund Stoiber aplicaron aquí. Ellos convirtieron a un estado agrario cuyas finanzas no eran demasiado sanas, en un paraje altamente moderno desde el punto de vista político. Con una buena mezcla de técnica y Lederhosen, lograron consolidar un estado que actualmente es el más próspero de toda Alemania, y que con su dinero apoya a muchos otros estados a través del pacto federal.
Así mismo ha evolucionado el FC Bayern. El club ni siquiera estuvo en la fundación de la Bundesliga, a principios de los años sesenta; tuvo que lograr el ascenso desde la Liga Regional del Sur, y era solo el segundo club preferido de los muniqueses, luego del 1860 Múnich. Con esfuerzo propio se fue logrando el ascenso. Con esa confianza de que lo lograríamos gracias a nuestra ambición y nuestro esfuerzo. Nos arremangamos e hicimos de un club de fútbol una familia de 280.000 miembros.
"Familia postiza"
El Bayern Múnich polariza grandemente. Despierta gran amor, o rechazo contundente. No hay punto medio. ¿Cómo se lo explica?
Entre tanto, no lo veo de modo tan extremo. En los últimos tres o cuatro años he visto cosas que antes hubiera tenido por imposibles. Por ejemplo, en la prisión de Landsberg recibí cerca de 5.000 cartas, entre ellas, muchas de hinchas de otros clubes que me decían: "Por variadas razones no me gusta el Bayern, pero le deseo a usted lo mejor." Todo ha cambiado. También lo vemos cuando jugamos como visitantes. Antes podía suceder que en el estadio del Werder Bremen 35.000 personas me gritaran obscenidades. Hoy ya no es así. En enero hubo un juego que apenas pude ver, pues muchos querían un "selfie" conmigo. Creo que la gente respeta que sin ayuda externa, sin sacarnos la lotería o sin una herencia millonaria hemos convertido a un pequeño club en un equipo mundial con 8.000 miembros y con nuestras propias manos. Además, hemos demostrado que tomamos muy en serio nuestra responsabilidad social hacia otros clubes porque vemos más allá de nuestras narices. Karl-Heinz Rummenigge acaba de ayudar con 100.000 euros a las víctimas de las inundaciones en baja Baviera. Es decir, consideramos que el FC Bayern no es solamente un club de fútbol, sino una institución social que para muchos es como una familia postiza o una especie de patria.
En retrospectiva, ¿cómo ve usted a aquel Uli Hoeness combativo, siempre dispuesto a lanzarse a la defensa de sus colaboradores y de su club?
Es una lástima que hoy no pueda hacer tanto como antes, pues luego de mis problemas fiscales se ha vuelto más difícil decir abiertamente mi opinión. La popularidad, la combatividad, y también el rechazo que inspiro, tienen que ver con que nunca me he amodorrado y nunca he ocultado mis opiniones. Actualmente estoy en un dilema: por una parte, quisiera seguir del mismo modo, pero por otra, no puedo borrar los años recientes de mi pasado ni hacerme pasar por el que lo sabe todo mejor que nadie. A partir de ese momento, mi vida sufrió una fisura de la cual no podrá librarme en un futuro previsible. Es una lástima porque justo ahora, cuando el mundo parece descarrilarse, hace falta gente que ponga el dedo en la llaga, sin anteponer a la propia persona.
Uli Hoeness, nacido en 1952, comenzó a jugar en el Bayern Múnich a los 18 años, Como jugador profesional, ganó tres veces la Copa Europa de Campeones Nacionales, tres veces el campeonato del fútbol alemán, una vez la Copa Alemana y una vez la Copa Mundial de clubes. Con la selección alemana fue campeón europeo en 1972 y campeón mundial en 1974. A los 27 años se convirtió en gerente del Bayern Múnich, luego de que se viera obligado a retirarse debido a una lesión en la rodilla. En 2009, los miembros del club lo eligieron como presidente del mismo. En su etapa como directivo, el Bayern Múnich ha ganado dos veces la Liga de Campeones, una vez la Copa UEFA, 19 veces el campeonat de la Bundesliga, y 11 veces la Copa Alemana. En 2014 fue sentenciado a tres años y seis meses de prisión. En febrero de 2016 fue dejado en libertad condicional.