El partido Alternativa para Alemania (AfD) escogió como sus representantes a la economista liberal Alice Weidel y al ultranacionalista Alexander Gauland.
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Después del anuncio de Frauke Petry de no repostular como líder de Alternativa para Alemania (AfD) en las próximas elecciones internas de septiembre, los militantes del partido de ultraderecha alemana debieron escoger a quienes serán las caras visibles del conglomerado.
Luego de la evidente división interna del partido que quedó de manifiesto en su congreso de este fin de semana (22-23 de abril). La postura más moderada que pretendía darle Petry al Afd fue finalmente desechada al finalizar el encuentro con un duo que representa al ala más extrema del partido. Se trata del ultranacionalista Alexander Gauland y la euroescéptica Alice Weidel.
Tanto Weidel como Gauland lograron encender con sus respectivos discursos de patriotismo exacerbado a sus correligionarios, apuntando como adversaria directa a la canciller Angela Merkel y su política migratoria. "Defenderemos al país que heredamos de nuestros padres y nuestros abuelos", afirmó Gauland, exmiembro en la Unión Cristianodemócrata (CDU).
Dentro de las resoluciones del congreso, AfD aprobó con un 92 % de los votos un programa electoral en que se proclama que el "islam no forma parte de Alemania", se defiende el cierre de las fronteras a la inmigración y la expulsión de los extranjeros que cometan delitos de cierta gravedad. También se contempla en el la salida de Alemania de la zona euro.
Si bien la primera jornada del congreso resultó compleja tanto por las manifestaciones y disturbios que rodearon el lugar donde se concentraron los ultraderechistas, como por la desacreditación que tuvo que padecer la actual líder del partido, Frauke Petry. La segunda jornada discurrió entre debates interminables sobre múltiples aspectos que finalizaron con la proclamación del nuevo programa y los nuevos dirigentes de Alternativa para Alemania, de cara a las elecciones de octubre donde esperan ganar un cupo en el Bundestag, el Parlamento alemán, algo que hasta ahora no logró ningún partido de ese espectro.
MN (efe,dpa)
¿Por qué toda Alemania habla tanto de AfD? (15.03.2016)
El partido de extrema derecha apeló a un discurso antiinmigración y obtuvo excelentes resultados en las últimas elecciones regionales alemanas.
Imagen: Getty Images/A. Hassenstein
Al comienzo era el euro
En abril de 2013 se realizó en Berlín el primer congreso del partido Alternativa para Alemania (AfD), que acababa de ser fundado en febrero. Bajo el liderazgo del profesor de Economía de la Universidad de Hamburgo Bernd Lucke, el partido surgió como una variante un poco a la derecha de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y tuvo como principal tema la crítica a la política de rescate del euro.
Imagen: Reuters
Los "euroescépticos"
El objetivo de AfD era convertirse en una alternativa real a los partidos de centro. Numerosos militantes de la Unión Cristianodemócrata (CDU), del partido liberal FDP e incluso de La Izquierda se plegaron a la propuesta, que buscaba el fin de los millonarios rescates financieros, el retorno de las monedas nacionales y la disolución de la eurozona. La prensa empezó a llamarlos "euroescépticos".
Imagen: Reuters
Los tres presidentes
Lucke compartió la presidencia del partido con la empresaria Frauke Petry y Konrad Adam, un reconocido periodista que había trabajado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Con las bases listas para competir, se presentaron en las elecciones federales de 2013 con Lucke como principal rostro. Obtuvieron el 4,7 por ciento, muy poco por debajo del 5 por ciento necesario para ingresar al Bundestag.
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Los primeros éxitos electorales
Tras un fracaso en las elecciones regionales de Hesse, AfD comenzó a dar sus primeros golpes electorales en 2014, cuando obtuvo el 7 por ciento en las elecciones al Parlamento Europeo, lo que permitió que Lucke y otros seis militantes se convirtieran en eurodiputados. Luego obtuvo asientos en los parlamentos de Sajonia, Turingia y Brandeburgo, donde alcanzó un 12,2 por ciento de la votación.
Imagen: picture-alliance/dpa
Las dos almas se separan
Pese a nuevos éxitos en Bremen y Hamburgo, las dos almas del partido poco a poco empezaban a chocar. Por un lado, los liberales económicos capitaneados por Lucke, y, por el otro, los ultraconservadores tutelados por Frauke Petry. En el congreso de julio de 2015, Petry fue elegida presidenta y se produjo un cisma. Cinco de los siete europarlamentarios dejaron el partido, entre ellos Lucke.
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Giro a la derecha
Lucke se llevó consigo a unos dos mil militantes de AfD, algo así como el 10 por ciento del total. Con muchos de ellos fundó ALFA, Alianza para el Progreso y el Resurgir. Petry organizó el giro hacia la derecha de Alternativa para Alemania. Hubo reuniones con los islamófobos de Pegida e incluso Petry dijo que la policía debería usar armas de fuego, como último recurso, para proteger las fronteras.
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Discurso antiinmigración rinde frutos
El discurso contra la política de refugiados propugnada por la canciller Angela Merkel, así como la radicalización en distintas áreas, las soflamas nacionalistas y la cercanía con la ultraderecha rindió sus frutos. En las elecciones regionales de Baden-Wurttemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt (13.03.2016), la AfD obtuvo sus mejores resultados históricos.
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El tiempo hablará
Nadie quiere negociar con ellos. Pero la AfD se ha convertido en un actor de la política alemana, sin que le afectaran las críticas por la cercanía con Pegida o las apariciones de miembros del partido en manifestaciones junto a neonazis.