A un año de la desaparición del submarino ARA San Juan y en medio del dolor y la incertidumbre, familiares de los tripulantes no pierden la esperanza, quienes comparten sus temores con DW y exigen no detener la búsqueda.
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"Nuestra vida se paralizó el 15 de noviembre de 2017”, confiesa Lucía Zunda, hermana del teniente de fragata Adrián Zunda, uno de los 44 tripulantes del ARA San Juan, el submarino argentino desaparecido ese día. Por razones que se desconocen, la nave dejó de aparecer en los radares a unos 430 kilómetros de la costa, a la altura de Puerto Madryn.
La tripulación había zarpado desde el puerto argentino de Ushuaia, en Tierra del Fuego, una semana antes. La tripulación, entre la que se contaba una mujer, debía navegar por el Atlántico rumbo al norte, con destino a Mar del Plata.
"Tengo mucho dolor e incertidumbre, la misma que cuando me avisaron que habían perdido comunicación. Lucho por saber dónde está, llegar a la verdad y tener alguna hipótesis válida. Nadie me ha dado una prueba de lo que le pasó al submarino”, dice Marcela Moyano, esposa del maquinista Hernán Rodríguez.
Es el mismo sentimiento de Lucía Zunda: "Esta es una fecha muy difícil. Es increíble que estemos a un año y no sepamos absolutamente nada. Hay una mezcla de emociones: mucha tristeza y angustia. Además de la incertidumbre que agudiza más el dolor, están las mentiras, los engaños de los políticos y de la Armada, la falta de interés del estado y el abandono a los 44 y a la familia”.
Decepcionados de las autoridades
Lucía Zunda y Marcela Moyano son parte del activo grupo de familiares que ha presionado por mantener las labores de búsqueda, que el gobierno suspendió a los 15 días de la desaparición del ARA San Juan. Más tarde se han reanudado en diferentes etapas y con apoyo internacional. Sin embargo, hasta ahora no hay evidencias que indiquen dónde está y qué le pasó al submarino.
"El presidente nos ha dado la espalda desvergonzadamente, y más triste es que quieren hacer creer que los responsables eran los tripulantes, cuando el submarino no estaba en condiciones para hacer un viaje tan largo y con nada de insumos, en caso de emergencia”, afirma Lucía Zunda.
"Tengo el sentimiento de que el gobierno podría haber hecho más. Lo que se ha hecho es siempre por lucha de los familiares, que durmieron seis meses en la base naval, acamparon 52 días en la Plaza de Mayo, y han seguido insistiendo por todos los medios que no los abandonen, que los sigan buscando”, agrega Marcela Montoya.
Ahora que concluyen las labores de rastreo a cargo del barco Seabed Constructor, de la empresa Ocean Infinity, los familiares tienen temor de que no se reanuden en los próximos meses, como estaría previsto. "Se va la empresa y quedamos de nuevo en la nada misma. Tampoco nos han informado la Armada ni del gobierno quién los va a buscar o si hay posibilidades de una renovación en febrero de 2019. Si se va a hacer está bien, pero que va a pasar antes de ello. Nadie busca a Hernán”, lamenta Moyano.
La mujer de Hernán Rodríguez alerta que las embarcaciones de la Armada argentina "están en precarias condiciones, no cuentan con tecnología para salir rastrear en la profundidad del mar, y tampoco es bueno seguir arriesgando gente”, advierte.
La lucha por conocer la verdad
Entre las hipótesis que manejan las autoridades están que el submarino haya sufrido una explosión o una falla. "El cuerpo llego a doler del cansancio, del hostigamiento y la manipulación que sufrimos por nuestra vulnerabilidad. Nos querían silenciar para que no nos moviéramos y no se supiera nada. Hasta que decidimos acampar en Plaza de Mayo y el tema tomó más fuerza”, asegura Lucía Zunda.
"Mi esperanza es encontrarlos y voy a luchar hasta saber la verdad”, afirma Moyano. Por eso su llamado al presidente, Mauricio Macri, y al ministro de Defensa, Óscar Aguad: "No dejen abandonado a Hernán en el mar. Él partió por su trabajo que amaba, por cuidar la soberanía, navegar, ser submarinista y maquinista. Búsquenlo, necesitamos llegar a la verdad de lo que pasó”.
En medio de la incertidumbre, cunde la desconfianza y las familiares consultadas no descartan que la verdad sea tapada para proteger a eventuales responsables. "Uno no sabe qué esconden detrás de todo esto. Evidentemente, hay falta de interés del gobierno en encontrarlos. Pero la pregunta es por qué. Por eso la investigación es tan importante”, afirma Lucía Zunda.
"Queremos que la búsqueda continúe hasta que los encuentren. No vamos a bajar los brazos ni parar hasta saber la verdad. No queremos vivir con esta incertidumbre toda la vida. Después la justicia argentina se encargará de los culpables”, apunta la hermana de Adrián Zunda, quien opina que el ministro de Defensa debiera haber sido removido de su cargo.
Con todo, aseguran que el amor y el recuerdo de sus familiares las mantiene en pie, mientras intentan seguir con sus vidas y con la lucha. A un año de la desaparición del ARA San Juan, siguen esperando saber qué pasó con los 44 tripulantes.
(jov)
El último intento de hallar el Ara San Juan
El buque noruego Seabed Cronstructor zarpó el 7 de septiembre del Puerto de Comodoro Rivadavia con altas expectativas de encontrar el Ara San Juan. Se rastrillaran los tres lugares donde se escucharon las implosiones.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Ocean Infinity
Seabed Constructor, la última esperanza
El 7.09.2018 zarpó el buque noruego en busca del submarino. Es la nave más avanzada en el mundo y es operada por la empresa estadounidense Ocean Infinity. Pesentó un presupuesto de 7,5 millones de dólares que solo cobraría si cumple la misión. Entre los tripulantes se encuentran 4 familiares de los desaparecidos que monitorearán la búsqueda para garantizar la transparencia de las tareas.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Ocean Infinity
¿Cómo será la nueva búsqueda?
Se rastrillarán tres áreas ubicadas a 430 kilómetros de Comodoro Rivadavia, donde se perdió la comunicación con el submarino. El Seabed Constructor está equipado con 5 naves autónomas (AUV) con capacidad de sumergirse hasta 6 mil metros de profundidad y están programadas para hacer una relevamiento minucioso del perfil del fondo de marino. Además cuentan con vehículos de operación remota (ROV).
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Ocean Infinity
Rompehielos
El buque HMS Protector es el barco de la patrulla de hielo de la Marina Real de Gran Bretaña y cuenta con equipos de sonar que pueden buscar debajo de las olas. Con base en Plymouth, la nave lleva dos años en el Atlántico Sur y la Antártida realizando estudios hidrográficos del área y brinda apoyo a estaciones de investigación del Reino Unido y el extranjero.
Imagen: Royal Navy United Kingdom
Patrulla costera
El HMS Clyde (P257), de la Marina Real de Gran Bretaña, es un buque de patrulla relativamente pequeño (81,5 metros de largo) diseñado para tareas de defensa costera. Está involucrado en el patrullaje del Atlántico Sur en varios roles de protección fronterizo, por ejemplo contra el contrabando, antipiratería, patrullas pesqueras y aplicación de las leyes inmigratorias.
Imagen: Royal Navy United Kingdom
Hércules
El Hércules C-130, de la Fuerza Aérea Real de Gran Bretaña, es un avión de carga militar y puede transportar hasta 128 pasajeros o 20 toneladas de carga. Asimismo admite operaciones aerotransportadas mediante la entrega aérea de paracaidistas, tiendas y equipos, siendo capaz de operar en superficies no preparadas y semipreparadas de día o de noche.
Imagen: AP
Tecnología científica
Diseñado en 2008 por la empresa noruega Skipsteknisk, el AGS-61 "Cabo de Hornos", de la Armada de Chile, es un buque de investigación dedicado a fines oceanográficos, hidrográficos y de pesca científica. Su tecnología lo convierte en una de las plataformas científico-marinas más modernas de su tipo en la actualidad y cuenta con ecosondas, sonares y subsistemas de posicionamiento acústico.
Imagen: Amada de Chile
Cámara de rescate
La Cámara de Rescate Submarino (CRS), de la Marina de EE.UU., es un dispositivo diseñado en la Segunda Guerra Mundial capaz de alcanzar profundidades de hasta 260 metros. Al localizarse el submarino, puede descender mediante un cable hasta sellarse a la escotilla de la embarcación para eliminar el agua del interior, presurizar la cámara y permitir el rescate de hasta seis personas a la vez.
Imagen: US Navy
Mini submarino
A diferencia del CRS, el Vehículo de Operación Remota (ROV), a bordo del Skandi Patagonia de la Marina de Estados Unidos, es un mini submarino que realiza operaciones de inmersión profunda para rescate de submarinos sumergidos por control remoto. Puede inspeccionar el fondo del mar hasta a 1.200 metros y embarcar, mediante su ensamble a la escotilla, hasta a 16 personas a la vez.
Imagen: U.S. Navy
Transoceánico
El C-5A / B GALAXY es un avión de transporte estratégico de la Fuerza Aérea de Estados Unidos capaz de cruzar océanos enteros sin escalas ni recargar combustible. El C-5 es el avión más grande construido por EE. UU. con 65 pies de alto y con una envergadura de 247 pies. Puede transportar un máximo de 135 toneladas de carga.
Imagen: US Air Force
Vigilancia marítima-militar
El avión de vigilancia marítima-militar Boeing P-8 Poseidón pertenece a la Fuerza Aérea de Estados Unidos y está proyectado para llevar a cabo misiones de guerra antisubmarina, interceptar embarcaciones y ofrecer inteligencia electrónica. Esto involucra carga de torpedos, cargas de profundidad, misiles antibuque AGM-84 Harpoon y otras armas.
Imagen: US Navy
Control y patrullaje
El buque ARA Sarandí (D-13) es un destructor multipropósito de la Armada Argentina construido en los astilleros de Blohm + Voss situados en Hamburgo, Alemania Occidental, en 1982. Su misión incluye vigilancia marítima de la Zona Económica Exclusiva de Argentina, control de naves submarinas y defensa aérea.
Imagen: Armada Argentina
Corbeta multidimensional
El ARA Rosales (P-42) es una corbeta multipropósito de la Armada Argentina construida en los astilleros de Río Santiago, situados en Ensenada, Argentina, con licencia y materiales provistos por el astillero Blohm + Voss de Alemania. Su participación en ejercicios conjuntos y combinados es constante, realizando despliegues en diferentes puntos del Mar Argentino y del extranjero.