Lenin Moreno: presidente, a pesar, y gracias a Correa
José Ospina-Valencia
17 de mayo de 2018
Este 24 de mayo Lenin Moreno cumple un año como presidente del Ecuador. Los avances en la restauración de la democracia y la transparencia económica son loables, pero aún Ecuador no ha superado el autoritarismo.
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Gracias a Rafael Correa hay Lenin Moreno, y gracias a Moreno no habrá más Correa. Esta parece ser la síntesis más importante para la mayoría de los ecuatorianos. "Sin Correa, es imposible analizar la figura y gestión de Moreno”, advierte el analista ecuatoriano José Hernández, cofundador del portal "4pelagatos", el sitio de análisis con mayor tráfico del Ecuador, gracias a su independencia, pero también a su irreverencia.
Sea como sea, el balance de un año de administración de Lenin Moreno es más positivo que negativo. "Ecuador está mejor”, reconoce José Hernández, quien fuera editor general del diario El Comercio, y apunta que con Lenin Moreno, "Ecuador se salvó de entrar en la senda venezolana. Reconocerlo es deber de cualquier demócrata que padeció la década correísta”, es la convicción de José Hernández, quien cree que, gracias a este giro, "Lenin Moreno estará en los libros de Historia”.
La revolución viene por dentro
La paradoja de la democracia en Ecuador se podría explicar con el siguiente caso: tras 50 años de "promover los principios democráticos” en Ecuador, la Fundación Konrad Adenauer (KAS), cercana al partido cristiano-demócrata alemán (CDU), tuvo que salir del país en 2014 por falta de garantías.
Con el argumento de proteger a Ecuador de presuntas "revueltas maquinadas desde el exterior”, el gobierno de Correa obstaculizó y persiguió el trabajo de las ONGs y fundaciones internacionales. Pero la tan temida revuelta no vino del exterior sino desde las mismas entrañas de su partido y gobierno: fue Lenin Moreno, su vicepresidente por seis años, el que echó por tierra la estrategia de Correa de prestar el poder en 2017 para recuperarlo en 2021, "así como Putin lo ha hecho con Médvedev”, reseña Hernández.
Hoy, por varias razones, "Ecuador está indudablemente mejor que hace un año”, agrega en entrevista con DW: primero, porque el mismo Gobierno ha revelado las cifras reales de la difícil situación económica de Ecuador. "Lo que demuestra que Correa no era el gran economista que le hizo hacer creer a la nación ecuatoriana”, concluye el analista.
Segundo: porque "el sistema autoritario de Correa está siendo desmontado, como los aparatos de propaganda”, prosigue, e indica que prueba de ello es que este 18 de mayo el presidente de Ecuador envía a la Asamblea Nacional una Nueva Ley de Comunicación. "Con dicha ley, Lenin Moreno suspende uno de los organismos de represión y violencia usados por Correa contra la prensa: la Superintendencia de Comunicación”.
Transparencia de las cifras económicas y restauración paulatina de la libertad de prensa están propiciando un cierto alivio entre los ecuatorianos, la prensa y la industria. Estos son, sin duda, dos avances bajo el gobierno del presidente Moreno. Hernández destaca además que "ya no hay las cadenas (transmisiones diarias en los medios) llenas de violencia verbal en las que Correa atacaba a sus críticos u opositores; así como ya no hay las "sabatinas” o "Enlaces Ciudadanos” que eran arengas y diatribas de varias horas de duración a lo Fidel Castro, Chávez o Maduro, en las que Correa daba órdenes a fiscales, jueces y la Asamblea, se burlaba de la prensa y rompía periódicos en vivo”. Todo esto difundido por los 30 más grandes medios, en poder del Gobierno de Correa.
Tres tareas prioritarias
¿Pero se puede decir que Ecuador ha aprendido la lección tras ese paso por el autoritarismo? Para José Hernández esta es una pregunta difícil de responder. "En todo caso, el país está más sereno y el pueblo apoya la labor del Consejo de Participación Ciudadana Transitorio”. Este evaluará los organismos del correísmo y, si es necesario, despedirá a sus miembros.
"Esto permite concluir que el país se dio cuenta de lo que estaba pasando, pero uno de los errores de Lenin Moreno y la oposición es creer que con la mera ausencia de Correa la lección ha quedado aprendida y que el electorado ha desechado el populismo y los políticos han superado el caudillismo”, teme Hernández, Y advierte que en "Ecuador hay mucha tarea por hacer por las élites, la prensa y los demócratas convencidos”.
Lenin Moreno tiene ahora tres tareas prioritarias, según Hernández: "Recomponer la economía, después de 10 años de derroche, regresar las instituciones ecuatorianas al cause democrático y enfrentar el narcotráfico, que, hasta ahora, la sociedad ecuatoriana consideraba solo un problema de Colombia y Perú”.
José Ospina-Valencia (er)
La disputa entre Lenín Moreno y Rafael Correa
Se suponía que Moreno continuaría el proyecto político de Correa, pero fue gradualmente distánciandose e incluso ha sido despojado de la presidencia de Alianza País. Ahora, ¿podría Correa rescatar su revolución?
Imagen: DW/dpa/D. Tapia
Presunta garantía de continuidad
Moreno ganó las elecciones presidenciales de Ecuador en abril con solo dos puntos porcentuales sobre su competidor, Guillermo Lasso, quien era el principal opositor de la llamada "revolución ciudadana" y del "socialismo del siglo XXI", el modelo creado por Hugo Chávez. En ese momento, Moreno era la garantía de continuidad del proyecto político de Correa, quien lo apoyó a lo largo de la campaña.
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Una aparente alianza
En mayo se realiza la toma de posesión. Un Correa sonriente le traspasó la banda presidencial a Moreno. Hasta entonces, la revolución ciudadana tiene un heredero. Los asistentes a la ceremonia, entre ellos diputados de la Asamblea Nacional, de mayoría oficialista, gritaron al inicio "¡Rafael, Rafael, Rafael!
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¿"Engaño" desde el principio?
En su discurso, Moreno celebró la gestión del gobierno de Correa: "Hoy, cuando se une la herencia del pasado con el presente y el futuro que estamos construyendo desde hace 10 años, este proceso tiene un pueblo entero y tiene un nombre: revolución ciudadana. Esta revolución tiene un líder: Rafael Correa Delgado, gracias Rafael, hasta siempre hermano querido".
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La paz duraría poco
Pero las relaciones entre los dos líderes políticos comenzaron a deteriorarse rápidamente, en gran contraste con esa aparentemente armónica toma de posesión de mayo. Moreno se empeñó en impulsar un diálogo con la oposición y luchar contra la corrupción, algo que no le agradó a Correa. En Twitter comenzarían las peleas públicas entre estos dos "aliados"...
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Lucha anticorrupción no se hace esperar
Moreno comenzó su prometida lucha contra la corrupción muy temprano. En junio, cinco personas supuestamente vinculadas con el caso de corrupción de Odebrecht fueron detenidas. Moreno lo celebró al decir que no estaba "hablando en el aire" cuando ofreció "hacer una lucha frontal, abierta y una cirugía mayor a cualquier tipo de corrupción".
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La disputa comienza en Twitter
Pero Correa aparentemente quería compartir los créditos y mostrar que su administración también había trabajado en contra de la corrupción. En su cuenta de Twitter escribió: "Creer que las detenciones y allanamientos de esta madrugada son fruto de una semana de trabajo es ingenuidad extrema", lo que se interpretó como un primer roce entre Moreno y Correa.
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Correa no quiere a la ONU en la lucha anticorrupción de Moreno
Pocos días después, Correa criticó la decisión de Moreno de firmar un convenio de cooperación con la ONU para luchar contra la corrupción. En una columna publicada en el diario estatal El Telégrafo, Correa afirmó que le sorprendía que "se pida 'ayuda' a organismos internacionales, claudicando en lo avanzado todos estos años en cuanto a institucionalidad y soberanía se refiere".
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Twitter, la herramienta predilecta de Correa para la crítica
Correa volvió a Twitter días después para criticar de forma más abierta al gobierno de Moreno: "Qué lástima que desde ciertos funcionarios del Ejecutivo, autoridades de control y hasta jueces, se esté siguiendo el discurso de la oposición. El frente externo no me preocupa, sí el interno, donde, por torpeza o deslealtad, se habla de marcar 'distancia' con mi gobierno".
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Movida temeraria
En julio, Moreno le entregó dos inmuebles en Quito en comodato por 100 años a la mayor organización de indígenas del país, la Conaie, la cual no disfrutaba de la simpatía de Correa, quien le había despojado del comodato en 2015. En su cuenta de Twitter, Correa lamentó la movida: "Otro innecesario desaire a mi Gobierno. Estrategia de 'diferenciarse' no sólo es desleal, es mediocre".
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Moreno acepta la batalla en las redes
Al día siguiente, Moreno se unió al desahogo digital de Correa y, aunque sin nombrarlo, atizó la disputa al publicar en su cuenta de Twitter una foto con el mensaje: "Sindrome de abstinencia: reacción provocada por la reducción o suspensión brusca de una sustancia de la que se tiene dependencia como el azúcar, el alcohol, las drogas...o el poder".
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"Cambios de estilo"
El 10 de julio, Correa parte a Bélgica para radicarse y aprovechó el momento para criticar a Moreno, aunque indirectamente: "Yo estoy seguro que el 2 de abril derrotamos a la oposición, no estoy muy seguro si venció la Revolución Ciudadana. Que no me digan que es cambio de estilo las claudicaciones y el entreguismo". Ese mismo día, Moreno había admitido "cambios de estilo" en su gestión.
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"La mesa no está servida"
Correa aseveró en enero que iba a dejar la "mesa servida" a su sucesor. Pero un día después de la partida de Correa a Bélgica, Moreno advirtió que Correa “podía haber sido más mesurado al dejar cuentas en mejores condiciones" y que “no hay tal mesa servida", porque "la condición económica de Ecuador es muy difícil”. Moreno se refería a la deuda del país de más de 40 mil millones de dólares
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Vicepresidente despojado y destituido
En agosto, Moreno emitió un decreto con el que despojó al vicepresidente de la República, Jorge Glas, de todas sus funciones. La decisión de Moreno vino después de que se difundieran audios que supuestamente vinculaban a Glas en la trama de corrupción de Odebrecht. En octubre, la Contraloría General del Estado ordenó la destitución de Glas como vicepresidente por cargos de peculado.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/D. Ochoa
La fractura más evidente
El 1 de noviembre, la dirigencia de Alianza País (AP) destituyó a Moreno de la presidencia del partido por beneficiar a "opositores a la política de la Revolución Ciudadana". En Twitter, Correa escribió. "¡Basta que oportunistas hablen en nombre de las bases! (...) nuestra militancia lo que siente es profunda indignación, al ver cómo en 5 meses nos han regresado al pasado".
Imagen: Getty Images/AFP/R. Buendia
La reelección indefinida aprobada y desaprobada a través de la ley
Correa no participó en las elecciones de 2017 porque la Constitución le impedía gobernar por un tercer periodo. Sin embargo, la Asamblea Nacional aprobó enmiendas en diciembre de 2015 que, entre otras cosas, permiten la reelección indefinida del presidente a partir de 2021. El contrataque de Moreno: una consulta popular para revocar la reelección indefinida cuyas preguntas ya fueron presentadas.
Imagen: Reuters/M. Bazo
¿La vuelta de Correa?
Además de despedir a Moreno, la dirigencia de AP también invitó a Correa a "acompañar el proceso de fortalecimiento orgánico y la reestructuración del movimiento". En Twitter, Correa escribió: "Ahí estaremos, y veremos cuántos de los que han permitido tanta infamia, persecuciones, oscuros pactos con lo peor de la partidocracia, en nombre de la 'gobernabilidad', me pueden mirar a los ojos".
Imagen: DW/dpa/D. Tapia
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