Apasionado por la aviación, que practica como piloto aficionado, Gunter Pleuger tiene ahora la oportunidad de remontar las alturas de la política internacional, desde las altas esferas del Consejo de Seguridad de la ONU. También tendrá que hacer frente a las turbulencias desatadas por los vientos de guerra, que soplan con fuerza cada vez mayor. Por eso, el cargo con el que siempre soñó, constituye ahora un redoblado desafío.

Diplomático de carrera

De gran ayuda para el embajador germano serán, sin duda, sus largos años de experiencia. Ya en los inicios de su trayectoria diplomática trabajó en Nueva York. En la década del 70, participó en los preparativos para el ingreso de Alemania -por ese entonces dividida- en las Naciones Unidas. Luego prosiguió su carrera en Washington, Nueva Delhi, Bonn y Berlín. Su nombramiento como embajador alemán ante la ONU, que tuvo lugar tras la reelección de la coalición del canciller Gerhard Schröder, no fue en consecuencia una sorpresa.

La prensa alemana lo valora como un negociador eficiente, que ha sabido defender los intereses de su país sin provocar fricciones. Lo demostró, por ejemplo, cuando encabezó la delegación negociadora germana en el 2000 en la conferencia de Niza, donde se trazaron las directrices para el futuro de la Unión Europea. Y ahora tendrá la oportunidad de refrendarlo en el escenario diplomático mundial.

Cooperación europea

Gunter Pleuger, de 61 años, apuesta por una política de "conciliación de intereses". Para llevarla a cabo espera contar con el respaldo de los otros países europeos. Al margen de Gran Bretaña y Francia, que tienen la calidad de miembros permanentes- también España integra ahora el Consejo de Seguridad. "Si los europeos consiguen aunar intereses", podrán lograr buenos resultados, indicó recientemente el embajador alemán.

Pero también está consciente de que en el escenario de la ONU no se puede llevar a cabo una política de paz activa y exitosa si no es en cooperación con Estados Unidos. Así lo indicó en un artículo publicado en la revista de las Naciones Unidas recientemente. En consecuencia, tendrá que desplegar toda su habilidad diplomática para que conserve primera prioridad la vía de la búsqueda de soluciones conjuntas, como lo planteara el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer.