Un británico al timón del Deutsche Bank
30 de junio de 2015 Mientras Anshu Jain abandona el banco, su copresidente, Jürgen Fitschen, permanecerá un año más. Ambos habían dirigido en conjunto el mayor banco privado alemán desde junio de 2012, sin éxito. El proclamado “cambio de mentalidad” no se operó, los beneficios fueron escuálidos; las numerosas multas y los procesos judiciales provocaron crecientes problemas al banco.
Ante el disgusto de los accionistas, el jefe del Consejo de Supervisión presentó en mayo a John Cryan como nuevo copresidente; a partir de mayo de 2016 será él quien tenga todas las riendas en su mano. Le espera una ardua tarea.
“Cryan debe recuperar la confianza de los inversionistas, elaborar los detalles de la nueva estrategia y, sobre todo, restablecer la calma”, indica Helmut Hipper, gerente de portafolios del fondo Union Investment, que se cuenta entre los 20 mayores accionistas del banco.
Etapas de una carrera
Después de realizar sus estudios en Harvard, el británico, de 54 años de edad, trabajó como auditor y luego entró en el banco de inversiones londinense S.G. Warburg. Tras una serie de fusiones, éste pasó a manos del UBS suizo, donde Cryan se desempeñó como jefe de Finanzas en los turbulentos años entre 2008 y 2011.
Según insiders, en esa época logró poner en marcha un cambio de mentalidad, alejándose de los negocios rápidos de alta rentabilidad, pero también de alto riesgo, para adoptar un modelo de negocios más serio. Tras una disputa con el jefe del UBS, Cryan se cambió al Temasek Holding, en calidad de jefe para Europa. En esa función ocupó desde 2013 un puesto en el Consejo Supervisor del Deutsche Bank.
Plan de reestructuración
A diferencia de su antecesor Anshu Jain, Cryan habla bien alemán y se lo considera cauteloso, pragmático y hasta un poco aburrido. Debido al tiempo que pasó en el Consejo, conoce bien el Deutsche Bank. Pero también tiene al menos parte de la responsabilidad por su desolador estado actual. Como controlador, aprobó la “Estrategia 2020”, el plan que ha de conducir al banco hacia un futuro mejor pero que ha sido criticado por los inversionistas, que lo consideraron poco concreto.
En lo medular, éste apunta a una reestructuración: contempla la venta del Postbank, el cierre de muchas filiales y el refuerzo de la banca de inversiones. El programa, anunciado por Jain y Fitschen, deberá ser puesto en práctica por Cryan. Por otro lado, tendrá que conseguir nuevo capital por un monto de hasta 12.000 millones de euros, según calculan algunos analistas. En consecuencia, es posible que poco después de su llegada tenga que pedir a los accionistas un aumento de capital. A cambio, deberá estar dispuesto a aplicar una severa política de ahorro. “El banco podría prescindir fácilmente de unos 100.000 empleados”, dijo un representante de los diez mayores inversionistas institucionales del Deutsche Bank, citado por la agencia Reuters. En consecuencia, Cryan no puede contar con que se le otorgue mucho plazo de gracia tras asumir su cargo.