El terrorismo islamista fue calificado por Wolfgang Schäuble, ministro federal del Interior, como la “mayor amenaza para la estabilidad y la seguridad” en Alemania y Europa, en la presentación del informe hoy en Berlín. No obstante, investigaciones exitosas “y la cooperación con servicios secretos extranjeros” han evitado hasta ahora atentados con mayores consecuencias.

No obstante, Erich Fromm, el presidente del Organismo de Defensa de la Constitución, advirtió de no bajar la guardia, calificando la amenaza para Alemania como “muy, muy próxima y muy, muy importante”. De las casi 300 páginas del informe, mas de 50 están dedicadas al peligro del extremismo islamista.

Pero a los servicios secretos extranjeros no sólo se refiere con loas el informe. Graves sospechas contra los agentes en las sombras son formuladas sobre todo contra Rusia. “Las empresas alemanas son objeto de creciente espionaje”, dice lapidariamente el informe. El espionaje tiene lugar en forma diferente, según de que país provenga: “los países altamente industrializados se interesan sobre todo por estrategias y políticas económicas, mientras que países con retraso tecnológico quieren acceder sobre todo a productos y resultados de investigaciones”.

Espías modernos: a través de Internet

Los servicios secretos extranjeros no sólo tienen en la mira a los grandes grupos económicos, sino también a empresas medianas, especialmente en las ramas automotriz, energética, química, optoelectrónica, de armas, de máquinas herramientas y de investigación de materiales.

Sobre qué países son los más activos en el robo de datos e informaciones, el informe calla. Con una excepción: Rusia. Sus servicios secretos tienen explícitamente la misión de apoyar activamente a la economía del país, se lee en el Informe de Defensa de la Constitución. Una grave acusación, que los autores no han levantado seguramente sin contar con pruebas que la avalen.

La mas grave amenaza actual son “ataques a través de Internet sobre empresas e instituciones oficiales”. Particularmente explosivo es que el análisis de ese espionaje ha llevado a los especialistas a sacar la conclusión de que se trata muy a menudo de ataques “de origen estatal”, dado sus objetivos, intensidad, estructura y dimensiones. La “calidad de la técnica utilizada” y la coordinación son indicios de que se realizan con “un considerable potencial financiero y grandes recursos personales”.

Un vasto abanico: ultraderechistas, comunistas y cientólogos

El número de actos violentos de extrema derecha disminuyó ligeramente el año pasado. Los casos de daños corporales registrados bajaron a 845, de 919 en 2006, mientras que el número de incendios provocados aumentó de 18 a 24. Para el ministro del Interior, el peligro proveniente de la ultraderecha no radica tanto en su violencia, sino en que ahora intenta “infiltrarse en el medio de la sociedad”, ofreciendo por ejemplo actividades de tiempo libre a los jóvenes o ayuda para hacer los deberes escolares. De cualquier forma, los cancerberos de la Constitución la tienen en la mira.

Bajo observación tienen también al partido La Izquierda, una unión de ex socialdemócratas y poscomunistas, que incluye a miembros, si bien muy pocos, del Partido Comunista Alemán y de la Plataforma Comunista, seguramente no muy convencidos seguidores de la división de poderes, las libertades civiles y la libertad de opinión. Dirigentes del partido, la cuarta fuerza política del país, han protestado a voz en cuello por la mención de su nombre en el informe, exigiendo dejar de ser observados.

Otro grupo en la mira de los defensores de la Constitución es la organización Cientología. Ésta “continúa influyendo con intenciones anticonstitucionales sobre las opiniones políticas de sus miembros y difama a quienes la critican, calificándolos de criminales y enfermos”, se lee en el informe. Un juicio sin duda nada halagüeño.

El Organismo de Defensa de la Constitución (BfV), con sede en Colonia, 2500 funcionarios y un presupuesto anual de 145 millones de euros, es la autoridad central de Alemania para la defensa contra extremistas y espías. Junto con el Servicio Federal de Inteligencia (BND) y el Servicio de Inteligencia Militar (MAD) es una de las tres instituciones encargadas de velar por la seguridad y el orden constitucional en el país. El BfV fue creado en 1950, está subordinado al ministerio del Interior y es controlado por el Gobierno federal, el Bundestag (Parlamento federal) y el Delegado Federal para la Protección de Datos.