El Gobierno alemán nombró nueva comisionada para los derechos humanos a la socialdemócrata Bärbel Kofler. A diferencia de su antecesor, la política bávara apoya el endurecimiento de la ley de asilo.
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Tras la sorpresiva dimisión del político socialdemócrata Christoph Strässer como comisionado para los derechos humanos, el Gobierno germano rápidamente presentó una sucesora: la diputada bávara Bärbel Kofler, de 48 años. Desde 2013 fue portavoz de política de ayuda al desarrollo de su fracción parlamentaria.
La comisionada dijo a la agencia dpa que abogará por que Alemania no pierda su cara humanitaria ante la miseria global de los refugiados: “La responsabilidad humanitaria es primordial”. No obstante, a diferencia de su antecesor, Kofler no rechaza el endurecimiento de la ley de asilo, que este jueves (25.02.2016) será sometido a votación en el Parlamento alemán.
Antecesor critica política de asilo alemana
El llamado paquete de asilo II prevé entre otras cosas trámites más rápidos para refugiados con pocas perspectivas de obtener un permiso de permanencia, así como suspender temporalmente la reagrupación familiar de determinados solicitantes de asilo.
Sin embargo, el Partido Socialdemócrata de Alemania impuso que en el caso de los refugiados jóvenes se analice detenidamente si los menores podrán reunirse con sus padres o hermanos. Al respecto, Kofler aboga por “procesos muy generosos”.
El lunes pasado, tras dos años en el cargo, su antecesor Christoph Strässer anunció su dimisión por “exceso de trabajo”. No obstante, más tarde responsabilizó a la actual política de asilo del Gobierno alemán de su renuncia. Según una carta dirigida a los miembros socialdemócratas de su distrito electoral, no podía conciliar las decisiones políticas que debía tomar con su propia posición y su credibilidad.
Strässer criticó entre otras cosas la creación de las llamadas zonas de protección en Afganistán a fin de frenar el flujo de refugiados de ese país. El socialdemócrata señaló que era “absurdo” pensar que existan alternativas para los refugiados al interior de Afganistán.
La segunda mujer en el cargo
En noviembre de 1998 la coalición de Gobierno compuesta por socialdemócratas y verdes creó el cargo. El comisionado para los derechos humanos forma parte del Ministerio de Relaciones Exteriores, y una de sus tareas consiste en hacer propuestas en materia de derechos humanos y ayuda humanitaria al ministro del Exterior. No obstante, no le competen las posibles violaciones de los derechos humanos en Alemania, puesto que estas son asunto exclusivo de los tribunales.
Bärbel Kofler es la segunda mujer en ocupar el cargo. La diputada tiene un doctorado en filología y entre otras cosas estudió ruso y español. Trabajó como maestra de idiomas y lectora en el Servicio de Intercambio Académico Alemán (DAAD, por sus siglas en alemán). Políticamente pertenece al ala de izquierda del Partido Socialdemócrata de Alemania.
Faber-Castell: una familia de condes
En 2016 falleció el conde Anton-Wolfgang von Faber-Castell, la octava generación de una estirpe dedicada a llenar el mundo de color. Esta es la historia de la compañía alemana, una de las más antiguas del país.
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Los orígenes
Fundada en 1761, la empresa Faber Castell es una de las compañías más antiguas de Alemania. Originalmente era un taller de carpintería. El hijo de Kaspar Faber, creador de la empresa, convirtió al lápiz en el primer útil de escritura con marca del mundo. El castillo de Faber Castell, situado en la localidad de Stein, cerca de Núremberg, pertenece a la familia desde hace ocho generaciones.
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Sinónimo de calidad
Cuenta la leyenda que el conde recién fallecido, Anton Wolfgang Graf von Faber-Castell, tenía la costumbre de lanzar lápices desde la torre de su castillo para comprobar si los productos que llevan el nombre de su familia eran resistentes.
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Castillo Faber-Castell
El castillo de la familia tiene una historia muy curiosa. Al término de la II Guerra Mundial fue ocupado por tropas Aliadas y utilizado para albergar a abogados y periodistas internacionales durante los juicios de Núremberg. Los escritores Ernest Hemingway y John Steinbeck, el actor Montgomery Cliff y el más tarde presidente de EE. UU. Dwight Eisenhower fueron algunos de sus ilustres huéspedes.
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Made in Germany
"¿Por qué fabricamos en Alemania?", preguntó el conde en una entrevista. "Por dos motivos: para ser los mejores y para retener el conocimiento en Alemania. No me gusta regalarle el conocimiento para producir nuestros mejores lápices a China". A diferencia de otras compañías, Faber-Castell mantiene parte de su fabricación en el país. En la imagen, una fábrica en la colorida ciudad de Geroldsgrün.
Imagen: Imago
Lápices ecológicos
La empresa dice que todos sus productos se fabrican utilizando procesos y materiales ecológicos y ambientalmente sostenibles. Faber Castell sólo utiliza madera de su propio bosque, situado en Brasil. En su proyecto de reforestación y conservación, la compañía planta y cultiva sus propios árboles e incluso recicla el desecho de la producción de lápices para utilizarlos en abonar el suelo.
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La más grande del mundo
En su antigua planta de Sao Carlos, en Brasil, Faber Castell producía cerca de 1.500 millones de lápices al año, lo que la convertía en la fábrica de lápices de colores más grande del mundo. Ahora, la producción se ha trasladado a otro edificio, situado también en la misma localidad brasileña.
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El más deseado
Con motivo del 250 aniversario de la compañía, Faber Castell organizó una exposición en la galería KaDeWe de Berlín, uno de los centros comerciales más grandes de Europa. Allí presentaron la "Edición especial 250 aniversario", el lote de productos más deseado para todos los amantes del dibujo a mano.
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Comienza una nueva etapa
Anton-Wolfgang von Faber-Castell falleció a la edad de 74 años a causa de una grave enfermedad rodeado de su familia en Houston (Estados Unidos). A pesar de que muchos se empeñaron siempre en ponerle fecha de caducidad a su negocio, el conde aseguraba que "el lápiz seguirá con vida mucho más de lo que creemos".