De Telegraaf, de Amsterdam: “El ministro holandés de Exteriores, Maxime Verhagen, tenía una postura absolutamente clara. Mientras el presunto criminal de guerra Ratko Mladic (uno de los responsables del drama de Srebrenica) no sea entregado al Tribunal de La Haya para la Antigua Yugoslavia, Serbia no podrá ser miembro pleno de la Unión Europea. Pero el político holandés se vio cada vez más aislado en Bruselas. Finalmente tuvo que estampar su firma en el acuerdo comercial que abrió las puertas a Serbia. Esto fue posible gracias al principal juez de dicho tribunal, quien afirmó que Serbia ha colaborado en los procesos. Sin embargo, debe citarse lo dicho por el ministro: la principal prueba de esa cooperación sería el arresto de Mladic.”

¿Un club occidental?

En Varsovia, el Rzeczpospolita: “Culturalmente hablando, Serbia pertenece al Este y no a Occidente, debido a sus vínculos con Rusia y por la presencia de la fe ortodoxa rusa. Pero la Unión Europea ya no es un club occidental, y perderá cada vez más ese carácter de exclusividad occidental. Serbia es responsable de haber provocado el mayor conflicto armado de Europa, después de la Segunda Guerra Mundial. Pero por eso mismo debe dársele la oportunidad de reencontrarse dentro de la Europa unida.”

Asuntos pendientes

La Stampa, de Turín: “Quince años después de la Guerra de los Balcanes, Belgrado da un paso más hacia la normalización. No puede afirmarse aún si tales iniciativas tendrán éxito, ni cuándo lo tendrán. Italia ha demostrado, en todo caso, que apoya a Serbia. Nuestro país ha tenido a las naciones del ex bloque comunista, además de España e Inglaterra, como aliados en este asunto. Renuente, en cambio, se ha mostrado Holanda (sobre todo por el criminal de guerra y antiguo hombre fuerte de los serbobosnios, Ratko Mladic), así como Alemania, mientras que Francia oscila entre una posición y otra. Las negociaciones se dificultarán también por el estatuto de Kosovo. Belgrado ve a éste como parte integral de su territorio, mientras que 22 países de la Unión Europea ya lo han reconocido como Estado independiente.”

Merkel no convence

En Suiza, el Neue Zürcher Zeitung se ocupa del nuevo Gobierno alemán: “Para muchos, es evidente que no todo funciona de modo perfecto en el gabinete negro-amarillo. Pero las diferencias se hacen más obvias en la disputa por el presupuesto. No sólo la oposición, sino también las filas cristianodemócratas, se preguntan por qué el Gobierno de Merkel acordó reducciones fiscales, pese a que las arcas estatales se encuentran vacías. La situación no es tan dramática, y de hecho se vislumbra cierta distensión desde el punto de vista económico. Pero el equipo de la canciller no convence.”

Editora: Cristina Papaleo