Un coche bomba en la frontera turco-siria mata a 7 personas
19 de julio de 2020
El atentado hirió también a más de medio centenar de personas, incluidas mujeres y niños. El paso fronterizo era una de las puertas de entrada para la ayuda humanitaria hasta la semana pasada.
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Al menos siete personas murieron y decenas resultaron heridas por la explosión este domingo (19.07.2020) de un coche bomba cerca del paso fronterizo de Bab al Salam, que conecta el norte de Siria con Turquía y está controlado por las facciones armadas sirias proturcas. La agencia de noticias estatal turca Anadolu informó que al menos cinco civiles murieron y 85 resultaron heridos en la explosión, aunque inicialmente todas las fuentes hablaban de cinco fallecidos.
Anadolu añade que ningún grupo reivindicó el ataque, aunque recordó que facciones kurdas han llevado a cabo ataques similares en el pasado. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, sin embargo, señala a células durmientes de Estado Islámico como los posibles autores. El atentado tuvo lugar en el pueblo de Sajo, en el norte de la provincia septentrional de Alepo. La Defensa Civil siria, conocida como los "cascos blancos", que opera en zonas que escapan al control del Gobierno de Damasco, aseguró en su cuenta de la red social Twitter que sus equipos están asistiendo a los heridos, sin dar más detalles.
Bab al Salam era una de las dos entradas para la ayuda humanitaria a las zonas que no están controladas por el Gobierno sirio, pero el Consejo de Seguridad de la ONU votó la semana pasada en contra de mantener el cruce abierto para las operaciones humanitarias por la oposición de Moscú y Pekín. Rusia -principal aliado del presidente sirio, Bachar al Asad- abogó por dejar solo el paso de Bab al Hawa para la entrega de ayuda a las áreas controladas por las facciones armadas opositoras e islamistas.
Los atentados se repiten en esta parte del norte de Siria, zona que está en manos de grupos insurgentes sirios y de las fuerzas turcas que intervinieron en 2016 para expulsar a las milicias kurdosirias consideradas terroristas por Ankara. Las tropas turcas tienen presencia en la franja fronteriza que va desde Azaz a Yarabulus, en el norte de Siria, y también controlan el cantón kurdo de Afrín, situado en la misma región de población mixta árabe-kurda, además de territorio en el noreste del país.
lgc (efe/ap)
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Idlib, Siria: un desastre humanitario
El ejército sirio, apoyado por Rusia, está bombardeando la región de Idlib, en el norte del país. Los refugiados huyen hacia la frontera turca. La ONU advirtió sobre un inminente "baño de sangre".
Imagen: picture-alliance/AA/E. Hacioglu
En pleno escape
El tráfico es fuerte en las carreteras que se dirigen al norte a través de la región de Idlib, hacia la frontera turca. Los soldados del régimen de Al Assad avanzan desde el sur y el este, asistidos por sus aliados rusos e iraníes. Algunos grupos rebeldes sirios son apoyados por Turquía, que también tiene sus propios soldados en la región. Pero la gente común solo quiere llegar a un lugar seguro.
Imagen: Reuters7K. Ashawi
"El horror se ha multiplicado"
Casi 1 millón de personas han sido desplazadas desde diciembre. Según el jefe humanitario de la ONU, Mark Lowcock, "el horror se ha multiplicado" en las últimas semanas. Las líneas del frente se están cerrando y están provocando grandes movimientos de personas en solo unos pocos días. Al Assad quiere expulsar a la población civil de Idlib y se moviliza para capturar este último bastión rebelde.
Imagen: Reuters/K. Ashawi
Bombardeada a pedazos
Maaret Al Numan y sus alrededores han sido en particular gravemente afectados por los ataques. La ciudad ha sido bombardeada a pedazos y está prácticamente desierta. La importante carretera M5 pasa por aquí, desde Damasco, a través de Alepo, y hasta la frontera turca. La mayoría de los que huyen intentan llegar a Turquía, pero la frontera está cerrada.
Imagen: picture-alliance/AA/M. Said
Esperando en la frontera
Alrededor de 100 personas, incluidos 35 niños, murieron en los bombardeos solo en las primeras dos semanas de febrero, según la ONU, que ha denunciado el "desprecio flagrante por la vida y la seguridad de los civiles". La familia de la foto huyó a la frontera turca hace meses. Están viviendo en el campo de refugiados de Kafr Lusin y se aferran a la esperanza de que Turquía los deje entrar.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Medio millón de niños en emergencia
Se estima que alrededor de la mitad de las casi 1 millón de personas que han huido son niños. Del resto, la mayoría son mujeres. No hay suficientes albergues en la frontera turca para todos y muchos refugiados viven en tiendas de campaña. Los campos a menudo se levantan a toda prisa y están muy hacinados. La gente duerme en las puertas y en pedazos de cartón, a veces a temperaturas bajo cero.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Alimento y medicinas escasas
Los que han podido encontrar una tienda de campaña la comparten con hasta una docena de familiares. La medicina se está acabando en muchos de los campamentos, y los alimentos básicos y la ropa también están escaseando. Los médicos informan que muchos niños sufren de malnutrición, algunos incluso mueren de hambre. El frío también está pasando factura: algunas personas se han congelado hasta morir.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Refugio en una escuela
Muchos niños en la región ya no pueden ir a la escuela, por lo que algunos edificios escolares han sido reutilizados. La escuela de la foto fue convertida en un refugio. Incluso los campos de refugiados son a veces blanco de los bombardeos.
Imagen: Getty Images/B. Kara
Tratando de alcanzar la seguridad
La ruta ilegal a través de la frontera con Turquía es costosa y casi nadie puede pagarla. Los contrabandistas están cobrando a las personas hasta 1.800 euros. Los que se atreven a intentarlo arriesgan sus vidas: los guardias fronterizos turcos tienen cámaras térmicas para ayudarlos a detectar las personas que intentan cruzar. Y a veces disparan a los refugiados que intentan escalar el muro.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Buscando dignidad
La ONU ha dicho que la situación en Idlib podría ser el mayor desastre humanitario del siglo XXI. Nadie sabe si habrá o no un alto el fuego. A los refugiados no les importa quién ponga fin a la guerra, solo quieren una vida con seguridad y dignidad para ellos y sus hijos. Una cumbre entre Turquía, Rusia, Francia y Alemania, prevista para el 5 de marzo, está ahora en peligro.