El formato de programa con políticos que responden las preguntas del público no suele tener buena acogida en Alemania. Pero, sobre todo los más jóvenes, han demostrado que también pueden ser de otra manera.
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Los mítines electorales de Angela Merkel están siendo muy contestados por la oposición más radical, con abucheos y boicoteos incluidos. Una de las dudas era si esta situación se viviría también en la televisión. Por cuarta vez, la canciller participó en vivo en un programa en el que el público, 150 hombres y mujeres, le podía hacer libremente preguntas. Los participantes se sentaron en un octágono, en el centro, la canciller y dos moderadores. El público se suponía que debía ser proporcionalmente representativo de la sociedad alemana, como habían anunciado los organizadores. Sin embargo, se veían demasiados jóvenes para una sociedad envejecida con una edad promedio de 45 años.
Pero no había rastro de timidez juvenil. Ya desde la primera pregunta, en la que un joven bávaro inquirió a Merkel sobre las cuotas máximas para refugiados, se pudo ver esto. La canciller tuvo la oportunidad de formular su rechazo a esta forma de control de la inmigración, que defienden sus socios de Baviera. El joven dijo no poder creerla, porque hace cuatro años también había rechazado un peaje para las carreteras que ahora está instaurado, aunque sólo sea para los conductores extranjeros. Merkel trató de hablar, pero el joven estaba tan bien informado acerca de las declaraciones de entonces de la canciller que esta casi llegó a titubear.
¿Cómo tratar con Erdogan?
Otro joven, vendedor de automóviles, contó que sus amigos de raíces turcas, bien integrados, pensaban sin embargo votar por Erdogan. "¿Qué hemos hecho mal?", preguntó. Es decisión suya, dijo Merkel, pero eso indica, para ella, que "a la hora de la verdad" no se sienten bien integrados. La Turquía de Erdogan se ha desarrollado "a un ritmo bastante rápido", quitando en lo que al Estado de Derecho se refiere. "Y a eso lo llamamos nosotros por su nombre".
Los participantes no eran sólo del público objetivo de Merkel
Un estudiante de Múnich con padres persas, que llevan 40 años viviendo en Alemania, se quejó del racismo que sufría. De que a veces se le impedía subir al autobús o se le pregunta que a qué célula terrorista pertenece. Merkel le pidió coraje. Otro joven de Bremen discutió con Merkel aspectos relacionados con la financiación de los partidos y las reglas sobre donaciones. Preguntó por qué la política había estado hablando de los coches diésel durante años. Aunque Merkel negó que fuera así.
Para la canciller, no fueron 75 minutos fáciles. Sin embargo, como de costumbre, tenía respuestas para casi todas las cuestiones políticas planteadas y desplegó detalles sobre cada decisión tomada. Sólo no estaba bien informada sobre el tema de investigación con animales, aunque se comprometió a asesorarse y dar una respuesta posteriormente. No conduciría a nada hablar por hablar. Tampoco sabía el precio de la leche para los ganaderos.
Apelación para abrir los corazones y contra el racismo
Fue respecto a la inmigración y la integración en lo que Merkel se mostró más convincente. Un participante le expresó su miedo a que Alemania pierda su identidad ante la llegada de refugiados de otras culturas. La mayoría del público lo abucheó, ante lo que ella salió en su defensa: Alemania es un país de libertad de expresión. Al mismo tiempo, sin embargo, subrayó que no habría que darle oportunidades al racismo en Alemania. Y advirtió contra los estereotipos, porque de alguna manera la mitad de la población sería tratada "de manera diferente". Sin olvidar que los incumplimientos de la ley serían castigados. Merkel defendió su decisión de abrir las fronteras en la crisis de refugiados. Se trataba de una emergencia humanitaria, que no volvería volver a ocurrir.
Al final Merkel se sorprendió de que llegara la "última pregunta". Se había ido el tiempo y quedaron fuera las preguntas por correo electrónico que habían planeado los organizadores. No habían contado con que se estableciera un auténtico debate, en forma de pequeños diálogos entre los jóvenes participantes y la canciller Merkel, algo rara vez visto en la televisión alemana. Habrá quien se queje de los jóvenes, algo que gustan de hacer en Alemania. En el programa Wahlarena, no obstante, los representantes de esta juventud protagonizaron un encendido debate al mejor estilo democrático.
El próximo lunes, el programa contará con Martin Schulz, el rival de Merkel por el SPD.
Elecciones alemanas 2017: una guía básica
Tres elecciones regionales y las generales de septiembre marcan este 2017 como un año decisivo para la política alemana. Acá vemos las fechas claves de todo este importante proceso.
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El gran año electoral alemán
Ya está todo listo para el gran año electoral en Alemania. Con la canciller Angela Merkel lista para postular por un cuarto mandato y los populistas de Alternativa para Alemania (AfD) intentando explotar el sentimiento antiinmigración, lo único claro de todo esto es que la política alemana no será la misma a fines de 2017. Veamos las fechas más importantes de este particular año.
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26 de marzo: elección en el Sarre
El año electoral comenzó en el pequeño estado de Sarre, en la frontera con Francia. Allí la CDU de la canciller Angela Merkel se quedó con más del 40 por ciento de los votos, asegurando un tercer mandato para la ministra presidente Annegret Kramp-Karrenbauer. Los populistas de Alternativa para Alemania entraron al Parlamento regional por primera vez al sumar el 6,2 por ciento de las preferencias.
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7 de mayo: nueva victoria para la CDU
Con gran sorpresa, las elecciones en el estado de Schleswig-Holstein determinaron un nuevo triunfo para la CDU de Merkel. Los cristianodemócratas, encabezados por Daniel Günther (en la foto), obtuvieron el 32 por ciento de los votos, mientras que los socialdemócratas, que gobernaban allí, se quedaron con el 27 por ciento. Alternativa para Alemania también entró al parlamento regional.
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14 de mayo: todos miran a Renania del Norte-Westfalia
El triunfo de la CDU en Renania del Norte-Westfalia ha sido una de las grandes sorpresas electorales de los últimos años. La región es, además del estado más populoso del país con 17,5 millones de habitantes, una zona con marcada tradición socialdemócrata. Para muchos, esta elección es como un barómetro bastante preciso de lo que podría ocurrir en las federales de septiembre.
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19 de junio: llegan las solicitudes
El día 97 antes de las elecciones es la fecha límite para que los partidos anuncien su intención de disputar un cupo al Bundestag. Tienen que enviar sus solicitudes hasta las 18 horas al Presidente Federal de la Mesa Electoral. Roderich Egeler (arriba) supervisa las elecciones y dirige la Oficina de Estadísticas de Alemania.
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7 de julio: ¿quién sí, quién no?
El día 79 antes de la elección, se anuncia qué partidos han sido autorizados a participar en las votaciones. Si algún partido queda descalificado y desea protestar por ello, tiene cuatro días para presentar su queja ante el Tribunal Constitucional de Alemania.
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17 de julio: ¿quién hizo la lista?
Los partidos políticos en Alemania tienen hasta el día 69 antes de la elección para determinar qué candidatos participarán en las elecciones, y en qué distrito. Estos irán en la primera mitad del voto. Los partidos también deben enviar una lista de candidatos para el voto del partido que figurará en la segunda sección de la papeleta de sufragio.
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27 de julio: queremos participar
Los partidos más pequeños que presentaron sus solicitudes ante el Tribunal Constitucional para que se les permitiera participar en las elecciones recibirán la respuesta este día. Esta posibilidad está disponible solo desde la última elección al Bundestag, en 2013. Entonces, 11 partidos presentaron el recurso; ninguno tuvo éxito.
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13 de agosto: comienza oficialmente la campaña
A diferencia de otros países, los partidos en Alemania no pueden hacer campaña electoral en la calle ni pasar avisos por televisión hasta seis semanas antes de la elección. Esa veda termina el 13 de agosto, y no habrá poste de alumbrado público que se salve de ser adornado con la cara de los candidatos.
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20 de agosto: ¿quién puede votar?
Casi un mes de la elección, se elabora la lista más importante: el registro electoral de votantes. En Alemania, cada ciudadano de 18 años o mayor puede participar en las elecciones generales, lo que para 2017 significa que casi 62 millones de personas podrían participar en las votaciones.
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3 de septiembre: a solo tres semanas
En estos momentos, ya todos los ciudadanos en condiciones de votar debieron haber recibido una notificación por correo. La gente que aún no está inscrita en la lista de electores, todavía tiene tiempo para hacerlo. Los que deseen votar por correo, pueden ya pedir que les manden la cédula de votación.
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18 de septiembre: todo preparado
A menos de una semana para las votaciones está todo en marcha: los votos, las casetas de votación y las urnas para introducir los sufragios comienzan a distribuirse y los trabajadores electorales empiezan a recibir el entrenamiento necesario. Las autoridades locales informan a los votantes dónde deben votar. Los vecinos pueden inscribirse hasta 36 horas antes de la elección.
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24 de septiembre: el gran día
Finalmente llegó el gran día: escuelas, centros comunitarios y otros recintos se transforman en locales de votación. Las mesas abren a las 8 am y cierran a las 18 pm. Los votos son contados y los primeros resultados son anunciados esa misma noche por la Oficina Federal de la Mesa Electoral.
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25 de septiembre: ganadores y perdedores
Solo una vez que todos los votos para representantes y partidos son contados, se anuncia el resultado final. Si un candidato no ganó su cupo, todavía puede llegar al Bundestag si es que forma parte de la lista regional de su partido.
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24 de octubre: se convoca al nuevo Parlamento
El Parlamento recientemente elegido se reúne por primera vez, no más allá de un mes después de las elecciones. Luego viene el complicado trabajo de negociaciones para formar una coalición, seguido por una votación secreta para elegir al nuevo/a canciller.
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24 de noviembre: ¿todo bien?
Si alguien quiere cuestionar la validez de la elección, tiene dos meses para hacerlo. Todos los electores, los supervisores electorales regionales, el presidente del Bundestag y el comisionado federal de elecciones (arriba) están autorizados para apelar los resultados.