Un dinosaurio joven
13 de octubre de 2011En Jurassic Park, la sangre absorbida por un mosquito atrapado en ámbar milenario bastaba para reproducir el DNA de un dinosaurio. En la paleontología real, el esqueleto de un terópodo descubierto bajo la tierra sigue siendo una sensación. Sobre todo si éste, como el último hallado en Baviera, está completo en un 98 % y es con toda probabilidad el mejor conservado de los encontrados hasta ahora en Europa. Los restos del animal han sido declarados patrimonio cultural alemán, y quedarán el servicio de la ciencia y la curiosidad del público.
Joven, completo y con pelo
Rastrear el suelo de Baviera parece ser un ejercicio rentable si lo que uno busca son dinosaurios. En esta región del sur germano, entre los municipios de Kelheim y Riedenburg, dio el físico Joseph Oberndorfer en 1858 con los restos de un compsognathus – un dinosaurio bípedo y carnívoro - que durante años fueron los más completos de este tipo en el continente, hasta que en 1972 se localizaran otros similares en Francia. El Juravenator que en 2009 recibió el título de “fósil del año” se desenterró a pocos kilómetros de distancia, en las cercanías de la ciudad Eichstätt. Y el terópodo aún sin nombre que despierta estos días tanta expectación procede del mismo pedazo del mapa alemán.
Unos 72 cm mide el animal, cuya edad se cifra en aproximadamente 135 millones de años pero que, teniendo en cuenta el diámetro de la cabeza, sus proporciones generales y características óseas, debió de ser muy joven cuando empezó a fosilizar. Ésta es una de las razones que explican el entusiasmo de la ciencia: la corta existencia del dinosaurio puede servir ahora no sólo para conocer cuestiones relacionadas con la biología de su especie, sino también para verter algo de luz sobre procesos evolutivos todavía no descifrados.
El que hasta hoy haya llegado el 98 % de su esqueleto es otro de los motivos. “De los tiranosaurios mejor conservados nos queda un 80%, y eso ya es magnífico”, aseguró Oliver Rauhut, de la Colección Estatal Bávara de Paleontología y Geología, a la agencias de noticias dpa. La tercera fuente de euforia es el bello que aún recubre partes de su cuerpo. En los fósiles de arqueópterix, unas aves primitivas que habitaron la Tierra hace unos 150 millones de años, durante el Jurásico Superior, se encontraron por primera vez plumas. Éstas, como el pelo del actual fósil, son un preciado objeto de estudio entre los investigadores.
Un descubrimiento para todos
“En resumen, puede decirse que el nuevo terópodo es probablemente el descubrimiento fósil más importante hecho en suelo alemán desde el hallazgo del arqueópterix”, concluyó Rauhut en sus declaraciones a dpa. El equipo que lo extrajo de la tierra bávara podría haberlo vendido, pero prefirió - en un acto “ejemplar”, domo describe Rauhut - donarlo al patrimonio histórico germano. Eso significa que no abandonará el país, y podrá ser utilizado tanto para el estudio científico como para el deleite popular, ya que, seguramente una vez bautizado, acabará formando parte de los fondos de algún museo.
Autora: Luna Bolívar
Editor: Pablo Kummetz