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Un error histórico de los republicanos

Michael Knigge (CP/ PK)18 de diciembre de 2014

Con su acercamiento a Cuba, Obama da un giro en política exterior que era necesario desde hace mucho tiempo. Que los republicanos hagan todo para que este no fructifique es un gran error, opina Michael Knigge.

Kuba
Imagen: DW/Wulf Wilde

No hace falta ser un conocedor del escenario político de EE. UU. para prever cuál sería la reacción de los republicanos al anunciado giro político en las relaciones cubano-estadounidenses. Solo sería necesario saber que ese giro es una iniciativa de Barack Obama. Con esa información, cualquiera que hubiera seguido, aunque más no fuera de forma rudimentaria, el acontecer mundial desde la elección de Obama, en 2008, podría pronosticar que los republicanos formarían un frente en contra del nuevo rumbo de la política hacia Cuba, ya que eso es lo que siempre hacen, como en un acto reflejo, y esta vez lo volvieron a hacer.

Liderados por Marco Rubio, un senador de Florida, favorito del movimiento Tea Party, los republicanos movilizan contra el acercamiento al enemigo número uno en el hemisferio occidental. Rubio, cuyos padres nacieron en Cuba y a quien se considera un probable candidato para las elecciones presidenciales, en 2016, anunció inmediatamente después de darse a conocer la iniciativa que “el Congreso de EE. UU. no levantará el embargo a Cuba”.

Michael Knigge, de Deutsche Welle.Imagen: DW/P. Henriksen

Crítica al Papa Francisco

Rubio, como muchos estadounidenses católicos de origen cubano, critica abiertamente el rol del Papa Francisco en este acercamiento entre EE. UU. y Cuba, y señaló que le pedirá que abogue por la libertad y la democracia. El futuro líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnel, apoyó el curso frontal de oposición de Rubio. Pero también John McCain acusó a Obama de llevar a cabo una “política de apaciguamiento" con los dictadores.

De hecho, solo el Congreso de EE. UU. puede levantar oficialmente el embargo comercial que afecta a Cuba desde 1960, y que es el núcleo de la política anticubana hasta el momento. Y la anulación del embargo no es plausible en el marco de la actual y futura mayoría en el Congreso. Pero, por debajo de ese límite, el presidente Obama tiene mucho margen de maniobra para, como ya fue anunciado, ampliar las posibilidades de viaje entre ambos países, para normalizar las relaciones diplomáticas y revisar el estatus de Cuba como país que, según EE. UU., patrocinaba el terrorismo. Con todo eso, las relaciones entre ambos países entran en una nueva fase, a pesar de que no se anule el embargo.

Bloqueo político en el Congreso

Los líderes republicanos en el Congreso intentarán entorpecer, bloquear y postergar todo este potencial desarrollo, ya que, siendo mayoría a partir de enero, tendrán incluso más posibilidades de hacerlo que antes. Es de imaginar, por ejemplo, que rechacen ratificar al nuevo embajador estadounidense en Cuba, o que traten de denegar recursos financieros para la nueva orientación de la política hacia Cuba. Marco Rubio tendrá un rol principal, ya que, a partir de enero de 2015, será probablemente el nuevo presidente de la Comisión del Senado para el hemisferio occidental, entre cuyas tareas está ocuparse de la política con Cuba.

Al criticar la iniciativa de Obama como en un acto reflejo, ya conocido, muchos republicanos se niegan empecinadamente a tomar conciencia de un aspecto central de la política con respecto a Cuba que se llevó a cabo hasta el momento: el objetivo del embargo más largo del mundo fue impulsar una apertura democrática en Cuba. Esa es una aspiración loable que, lamentablemente, no se hizo realidad aún después de más de 50 años de aislamiento y bloqueo, y tampoco hay motivos para creer que algo cambie con solo mantener el estatus quo. Los que sufren las consecuencias de esta política, sin embargo, no son los hermanos Castro, odiados por los conservadores, sino el pueblo cubano.

Advertencia de Gorbachov

En lugar de aceptar finalmente que la política anticubana, iniciada hace más de medio siglo, ha fracasado, y discutir acerca de nuevos caminos en pro de la democratización de Cuba, los republicanos se aferran con testarudez al antiguo rumbo. Sin embargo, aquellos que aún actúan de acuerdo con una “Guerra Fría” deberían pensar en la famosa frase de Mijail Gorbachov, el último líder soviético que una vez dijo, en otro contexto, que “al que llega demasiado tarde, la vida se encarga de castigarlo”. Y eso también es válido en este caso.

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