Un G20 amenazado por la política proteccionista de Trump
20 de julio de 2018
Este fin de semana se reúnen en Buenos Aires los ministros de Finanzas del G20 y los presidentes de bancos emisores. Argentina, el país anfitrión, quería una agenda propia, pero todo girará otra vez en torno a Trump.
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En esta reunión que precede a la cumbre del G20, Argentina quería tratar temas como el futuro del trabajo en un mundo digitalizado y las nuevas herramientas para atraer más la inversión privada internacional en infraestructura. Pero no podrá hacerlo, ya que las guerras comerciales entre EE. UU. y el resto del mundo dominan el panorama económico mundial.
China y EE. UU. ya se impusieron mutuamente aranceles a la importación por valor de cerca de 34.000 millones de dólares. El presidente de EE. UU., Donald Trump, amenaza ahora con más aranceles por un valor que supera los 500.000 millones de dólares. Esa cifra corresponde aproximadamente al valor de todas las exportaciones de China hacia EE. UU.
Y Trump también entró en disputa con los europeos. Los aranceles estadounidenses al acero y al aluminio de la Unión Europea ya están vigentes. Como contramedida, la UE introdujo el jueves (19.07.2018) aranceles de protección para importaciones de acero. Además, la UE está elaborando una lista de productos estadounidenses a los cuales podría aplicar aranceles especiales, en caso de que EE. UU. concrete sus amenazas de aumentar los impuestos a las importaciones de automóviles europeos, algo que afectaría especialmente a las automotrices alemanas.
Peligro para el comercio mundial
En vista de la escalada de amenazas, medidas y contramedidas, una alianza internacional de asociaciones económicas llamó a los países industriales y emergentes más importantes a comprometerse a defender el libre comercio.
"Estamos profundamente preocupados por la estabilidad de las normas que regulan el sistema global de comercio”, enfatiza una declaración de la Global Business Coalition, de la que, además de la Asociación de la Industria Alemana (BDI), también forma parte la Cámara de Industria y Comercio de EE. UU. (USCC).
El Comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, por su parte, abogó de cara a la cumbre del G20 por una "modernización” del sistema internacional de comercio. Además, dijo al periódico alemán "Augsburger Allgemeine” que la Comisión de la Unión Europea está elaborando propuestas para reformas comerciales "que queremos poner en marcha con aquellos con los que estamos de acuerdo”. Y añadió que rechazaba la reducción unilateral de aranceles de la UE, por ejemplo, a automóviles de EE. UU. Eso sería "una bofetada para socios comerciales como Japón y Corea, con los cuales hemos negociado acuerdos equitativos de libre comercio”. El acuerdo con Japón (JEFTA) fue firmado por la Comisión Europea el martes pasado (17.07.2018).
Una mezcla explosiva
También el Fondo Monetario Internacional (FMI) muestra su preocupación por el rumbo del comercio internacional y por la influencia negativa de las guerras comerciales sobre la economía mundial. Cada vez hay más nubes negras opacando el horizonte económico: ese es el tenor del FMI. Pero no solo la espiral ascendente de aranceles y contraaranceles es un dolor de cabeza para los expertos de Washington. El FMI también considera que la estabilidad financiera mundial está en peligro debido a una combinación de las consecuencias de una política monetaria hiperlaxa de los últimos años, el alza de tipos de interés por parte de EE. UU. y una deuda históricamente alta en varios países. Todo eso hace que crezca el temor a turbulencias, que podrían producir caídas abruptas en las bolsas, así como sacudidas en los mercados de divisas.
Para armarse contra la inestabilidad de los mercados, desde el punto de vista alemán, solo ayuda una política financiera sólida que cree márgenes de maniobra en tiempos difíciles. Ahora, en la reunión de ministros de ministros de Finanzas del G20 en Buenos Aires, tampoco es de esperar que se llegue a tratar algo más que la amenaza en ciernes del proteccionismo.
Autora: Danhong Zhang (CP/ERS)
Las amenazas comerciales de Donald Trump (julio de 2018)
A la retórica de la campaña electoral de Donald Trump, le siguieron amenazas por Twitter, que luego se conviritieron en aranceles. Entre tanto, el mundo está al borde de una guerra comercial.
Imagen: picture-alliance/Zumapress/C. Levy
America first! Ahora va en serio
Antes de convertirse en presidente, Donald Trump advirtió que nunca eludiría un conflicto siempre y cuando fuese a favor de los intereses de EE. UU. Después de un año, su lema es: lo prometido es deuda.
Imagen: picture-alliance/Photoshot/Yin Bogu
Aranceles a la importación de acero y aluminio
Rodeado de trabajadores del acero, Trump dio a conocer al mundo la primera de sus medidas arancelarias el 8 de marzo de 2018. Impuso aranceles a la importación de aluminio y acero. China fue el país más afectado por dicha medida. La UE y otros socios comerciales obtuvieron entonces una prórroga.
Imagen: Reuters/Leah Millis
El conflicto comercial llega a Alemania
Entretanto, la exportación de acero de la UE, como estas láminas de acero de Salzgitter AG, se ve afectada por los aranceles estadounidenses. Las pérdidas para la industria alemana de exportación son, no obstante, razonables. Sin embargo, eso podría cambiar si Trump hace realidad su próxima amenaza: aplicar a las importaciones automotrices de la UE aranceles del 20 por ciento.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Lübke
Amenazas a los fabricantes de autos por Twitter
Desde el principio, Donald Trump usó Twitter para presentar su visión de las cosas, para amenazar y plantear ultimátums. Su proyecto central es la reorganización de las relaciones comerciales de EE. UU. con sus principales socios, China, la UE y los países miembros del NAFTA, Canadá y México. Casi todos los días, Trump envía tuits desde la Casa Blanca.
Imagen: Twitter/realDonaldTrump
Los fabricantes alemanes tienen mucho que perder
Coches nuevos de Mercedes-Benz esperando a ser embarcados en Bremerhaven. Cuando amenaza con imponer a un auto de la UE un arancel del 20 por ciento, el presidente de EE. UU. apunta principalmente a Daimler y a otros fabricantes de automóviles alemanes. Sus éxitos de ventas en los EE. UU. son, según Trump, el principal culpable del gigantesco déficit comercial de los Estados Unidos.
Imagen: picture-alliance/dpa/I. Wagner
Nuevo acuerdo con Canadá y México
Un nuevo acuerdo con Canadá y México estaba en la lista de tareas de Trump desde el principio. El objetivo del presidente de los Estados Unidos es, ante todo, lograr una mayor protección de las empresas estadounidenses y acabar con la reubicación de la producción, como la fabricación de automóviles en México, donde es más barata.
Imagen: Judi Bottoni/AP Photo/picture alliance
México, víctima de la política comercial de EE.UU.
No solo los fabricantes de automóviles estadounidenses también están construyendo vehículos en México. Volkswagen y otros fabricantes de automóviles también han estado produciendo durante décadas en el país vecino de Estados Unidos. Por la presión de Trump, empresas como Ford han cancelado recientemente sus planes de abrir nuevas plantas de fabricación en México.
Imagen: picture alliance/dpa
También Canadá nota la política de Trump
Canadá también está experimentando los efectos de la política comercial de EE. UU. Además del acero y el aluminio canadienses, las importaciones de madera del país vecino del norte son particularmente criticadas por Trump. Sin embargo, los aranceles impuestos a la madera blanda canadiense en abril de 2017, han originado el aumento masivo de los precios de las viviendas en EE. UU.
Imagen: picture alliance/dpa/R.Ryan Remiorz
Pekín responde también con aranceles
Los aranceles impuestos como represalia por el gobierno chino afectan también a productos de la industria alimentaria estadounidense. Como resultado, los frutos secos, la fruta y la carne de EE. UU. se han vuelto considerablemente más caros, como se aprecia en un supermercado especializado en productos estadounidenses en Hong Kong.
Imagen: picture-alliance/ZUMAPRESS/M. Candela
Los todoterreno de EE. UU., también con aranceles
Si dependiese de la voluntad del gobierno de Pekín, los vehículos de los fabricantes de automóviles estadounidenses deberían costar una cuarta parte más en China. En cualquier caso, se aplicarán aranceles adicionales de importación del 25 por ciento en el futuro.