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Un libro recoge la agonía de los glaciares mexicanos

Judit Alonso
4 de mayo de 2023

La publicación recopila la situación crítica de los glaciares mexicanos a partir de saberes científicos transdisciplinares e imágenes de reputados fotógrafos de montaña del país, en un homenaje antes de que desaparezcan.

Glaciar Iztaccihuatl, en México.
“Un glaciar es un cuerpo de hielo formado en tierra como resultado de la compactación sucesiva de las precipitaciones sólidas después de varios años consecutivos”, recuerda el experto Guillermo Ontiveros.Imagen: María Paula Martínez

Grandes desconocidos para la ciudadanía, pero de vital importancia para los ecosistemas y sociedades próximas a los que abastecen de agua, los glaciares latinoamericanos, al igual que en otras partes del mundo, están en retroceso. No obstante, en el caso de los glaciares tropicales, que se concentran mayoritariamente en el continente americano, el panorama es todavía más desalentador, siendo Venezuela y México los países más perjudicados.

Ante esta crítica situación, la organización Cumbres Blancas México ha publicado ‘Un homenaje a los glaciares mexicanos’ antes de que desaparezcan. “Como los vamos a perder, queríamos que los glaciares pudieran entrar en las casas de las personas. Es como un álbum fotográfico”, explica a DW Rocío Gómez, coordinadora de la edición. Para ello, se ha valido de diversas disciplinas: vulcanología, glaciología, arte y “otras voces para que cuenten su experiencia”, agrega. Además del conocimiento científico, la obra también incorpora las vivencias de las comunidades que habitan en sus proximidades y la visión de Enrique Barquet, María Paula Martínez y Alfredo Morán, reputados fotógrafos de montaña del país.

“El reto principal ha sido cómo tejer toda la información, que es amplísima. También hablar de la tristeza que conlleva la desaparición de los glaciares, de las trasformaciones de la montaña. Es una especie de duelo”, dice a DW Mónica Ponte, escritora de dicha publicación. Gracias a este proyecto, que ha requerido de un gran trabajo de investigación, la también montañista reconoce que “las conversaciones que he tenido con científicos, caminantes y gente que vive por las montañas, me han dado nuevas maneras de comprender la montaña”.  

Entre esas voces destaca la de Guillermo Ontiveros, glaciólogo y cofundador de Cumbres Blancas México, organización que se inspira en la creada en Colombia para el mismo fin, en 2018. “El estudio de glaciares es algo muy nuevo”, apunta a DW, lamentando la falta de recursos y atención que han recibido durante estas últimas décadas. “En México no tenemos una cordillera completa de glaciares, son puntos separados por cientos de kilómetros”, aclara.

Un camino sin retorno causado por la actividad humana 

Aunque en 1958 un estudio cifraba la existencia de entre nueve y once glaciares, en el siguiente reporte que se llevó a cabo, a principios de los 2000, se detectó que solo quedaban tres, ubicados en el Eje Volcánico Transversal. Uno de ellos, el Popocatépetl, con alta actividad volcánica, se extinguió en 2001. “Ahora solo quedan dos, cercanos a la Ciudad de México, y que tienen influencia directa de la contaminación de la capital”, explica Ontiveros, recordando los efectos perjudiciales del carbono negro que se originan con la quema de combustibles fósiles.

Se trata del Iztaccihuatl y el Citlaltépelt. Mientras el primero “es el tercer volcán más alto de México y está en una situación muy delicada”, del segundo “queda un 20% de la superficie de lo que tenía en 1958, y puede llegar a fragmentarse en esta década y dejar de ser un glaciar”. “Se va a convertir en el último glaciar de México”, advierte, lamentando que “en 2050 no va a quedar ni proporción de hielo” ya que este retroceso es un “proceso irreversible”.

A pesar de ello, Ontiveros confía en que el libro “sea alentador para hacer cambios y aprender a adaptarse, que la pérdida de los glaciares no sea en vano y que permita rescatar lo que sí es rescatable, como, por ejemplo, los humedales”, subraya, responsabilizando a la sociedad de esta pérdida. “Todos hemos contribuido. La industria, pero no solo los productores, sino también los consumidores”.

Por ello, espera el libro que sirva para concientizar y brindar nuevas pautas de hábitos de consumo en la sociedad. Un objetivo que también comparte Ponte, quien con sus textos plantea preguntas sobre nuestra relación con el entorno y la naturaleza.

(cp)