Rodrigo González toca en la banda alemana Die Ärzte, pero creció escuchando a Violeta Parra y Víctor Jara. Por eso viajó al país donde nació en busca de sus recuerdos, aventura plasmada en el documental “El viaje”.
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Años setenta. Nahuel López y Rodrigo González corren por una habitación en una casa de Hamburgo vistiendo ponchos, cargando bombos, riendo felices. De fondo se oye la banda chilena Inti Illimani, quizás algún clásico de Víctor Jara o Violeta Parra. Son años difíciles, en Chile hubo un golpe de Estado, miles de personas abandonaron el país e intentaron reconstruir esa patria perdida a miles de kilómetros de la tierra que los vio nacer y, en muchos casos, no los verá morir. En las peñas, por ejemplo, donde se reúnen a escuchar música, a hablar de política y tomar vino mientras sus hijos juegan.
Hoy López es director de cine y periodista. González, en cambio, optó por la música: toca el bajo en la famosa banda alemana de punk-rock Die Ärzte. Ambos trazaron parte de su cultura musical a partir de lo que oían sus padres. Casi 40 años más tarde, el director y el bajista se reencontraron para sacar adelante un proyecto ambicioso: volver a Chile, grabar esas canciones que forjaron su infancia y realizar un documental. Así se gestó “El viaje”, estrenado en los cines germanos el 11 de agosto, con buenas críticas de la prensa.
“Ese fue nuestro Chile, así conocimos las peñas, la música, las empanadas, los asados, las locuras, el desorden, la desorganización y la organización de los chilenos” dice entre risas Nahuel López, en conversación con DW. Durante sus viajes a Chile, donde realizó una investigación sobre los mapuches plasmada en el libro “Das Paradies ist die Hölle”, López recuerda que en todas partes sonaba esa música que lo transportaba a la infancia. Le propuso la idea del documental a González. “Y él me dijo ‘tu historia es mi historia. Hagámoslo'. Así empezó esto”, cuenta.
Música que reencarna
“El viaje” relata, pues, el trayecto que hizo González para reencontrarse con esa música antigua que hoy ha reencarnado en músicos más jóvenes. En su recorrido por Chile, donde visita Santiago, Valparaíso, San Antonio, Aysén y el lago Lleu Lleu, el músico punk busca las notas de la Nueva Canción Chilena que fueron la banda sonora de sus padres y su gran conexión con un Chile que vive en sus recuerdos. “Fue un poco encontrarse con los fantasmas de la infancia. Ese Chile ya no existe. Para Rodrigo solo siguió existiendo a través de sus padres en Hamburgo”, dice López.
En ese recorrido, González se reúne con intérpretes chilenos conocidos, como Camila Moreno, Chinoy y la banda Chico Trujillo, así como con verdaderos próceres de la composición, como Eduardo Carrasco (Quilapayún) y Eduardo Yáñez. Se oyen boleros, canciones de protesta, cumbias y obras cercanas a la trova. Todo queda registrado no solo en cámara, sino también en audio, porque el objetivo de “El viaje” es salvaguardar piezas musicales que pertenecen a toda una generación.
El estreno no ha pasado inadvertido en la prensa alemana: Tagesspiegel, Frankfurter Neue Presse, Hamburger Abendblatt, Deutschlandradio Kultur, Die Zeit y otros medios han valorado el intento por reconstruir la patria perdida a través de un viaje musical que, además, intenta mostrar una mirada que López resume como “una imagen de Chile que no sale en las postales”. Eso, porque habla también del conflicto mapuche y, si bien no se adentra en las arenas políticas, también refleja tangencialmente un país que no fue posible debido a un golpe de Estado.
Festivales y un disco
El preestreno de “El viaje” se realizó en Hamburgo, en el famoso Abaton. Y no por casualidad. “El Abaton fue el cine que nosotros conocimos de niños, al lado de la plaza Salvador Allende y cerca de la universidad donde los padres de Rodrigo hacían sus conciertos y peñas”, cuenta López. En la sala hubo interesados en la música y unos invitados muy especiales, que cargaron de emotividad la exhibición.
“Para nosotros fue muy emocionante, porque estaban los viejos. Fue fuerte ver cómo reaccionaron, salir de la duda sobre si les gustó o no la película. Muchos de ellos estaban muy politizados, por eso no estábamos seguros de si el documental, que está centrado en la música, les daría una satisfacción en el sentido político. Pero a ellos les encantó”, revela López, que después fue a ver su obra con su abuelo alemán de 90 años. Allí se dedicó también a evaluar la reacción de los espectadores.
“Les impactó la música, que sirve como puente para interesarse en Chile de una forma más profunda, eso me gustó mucho”, cuenta. Luego de su estreno en Alemania, hay planes para llevar la película también a Chile. “Hay contactos para ir a festivales. El Goethe Institut de Santiago nos llamó. Iremos con Rodrigo y estaremos seguramente en el In-Edit Nescafé. También se puede mostrar en Francia, España y en América Latina”, pondera López. Otro de los planes es musical: con las canciones grabadas en el periplo por Chile sacarán un disco, que de seguro se oirá fuerte y claro en las casas de los exiliados que trajeron un trozo de su patria a Alemania.
Once imperdibles del cine alemán
En los últimos 15 años la industria cinematográfica alemana ha producido decenas de joyas. Acá compartimos algunas con ustedes.
Imagen: picture alliance / dpa
Séptimo arte para todos los gustos
El cine alemán está lleno de joyas del séptimo arte. Si bien es imposible elegir a las mejores sin generar discrepancias, en DW hemos hecho el ejercicio de seleccionar algunas de las más llamativas de los últimos 15 años. ¿Nos falta alguna? ¡Háganoslo saber! Desde "Corre, Lola, corre" hasta "La cinta blanca". Adelante, tome palco.
Imagen: Getty Images
Corre, Lola, corre (1998)
Lola tiene el pelo rojo y pasa casi toda la película corriendo. Ambientada en Berlín, esta obra muestra tres versiones distintas de la misma historia, apelando al efecto mariposa. Un éxito de taquilla y un clásico inmediato del cine alemán, con una estupenda interpretación de la conocida actriz Franka Potente. Director: Tom Tykwer.
Para algunos, una de las mejores películas de guerra de la historia. El teniente de la Wehrmacht Clemens Forell es tomado prisionero por los rusos y llevado a Siberia. Allá pasa muchos años, lejos de todo lo que ama. Es un relato de una lucha contra la adversidad, de porfía y con un final algo dulzón, pero efectivo. Director: Hardy Martins
Imagen: presse
Good bye, Lenin! (2003)
Una película que llevó a miles de personas al cine y despertó la Ostalgie, esa nostalgia por la RDA. Además, terminó de consagrar al actor Daniel Brühl. Narra la caída del Muro de Berlín desde la perspectiva de una familia de Berlín Oriental. Una comedia con tintes de historia y algo de drama. Imperdible. Director: Wolfgang Becker
Imagen: picture-alliance/United Archives
El milagro de Berna (2003)
Una película sensible que mezcla las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial con la esperanza de un pueblo por salir del pozo. Y el fútbol se convierte en una buena excusa para volver a sentir orgullo por ser alemán. Todo eso sazonado con la necesidad de un padre por entender a su hijo. Director: Sönke Wortmann.
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Rosenstraße (2003)
Película basada en las protestas de la Rosenstraße en el año 1943, cuando las esposas alemanas de decenas de judíos detenidos por el régimen nazi decidieron plantar cara a la injusticia y torcieron la mano del gobierno. Una historia emotiva llena de detalles notables que comienza en Nueva York, con una mujer oprimida por su pasado. Directora: Margarethe von Trotta.
La caída (2004)
La soberbia interpretación de Bruno Ganz, quien hace el papel de un Hitler abatido por el peso de los acontecimientos en la batalla final por Berlín, entusiasmó a los críticos. Y también hubo polémica, pues el filme muestra al líder nazi como un ser humano, no como un monstruo. Éxito entre el público y ensalzada por los expertos. Director: Oliver Hirschbiegel
Imagen: picture-alliance/dpa
Sophie Scholl, los últimos días (2005)
Caen los panfletos en la Universidad de Múnich y comienza la tragedia para los hermanos Scholl. Un relato pormenorizado de las últimas jornadas de los miembros de la Rosa Blanca y de cómo la represión nazi, pese a su brutalidad, fue incapaz de acabar con la humanidad de quienes pensaban distinto. El palmarés de esta película es impresionante. Director: Marc Rothermund.
Imagen: picture alliance/dpa
La vida de los otros (2006)
Un espía que dedica su vida a averiguar sobre los movimientos de los demás, un escritor que quiere alzarse contra el régimen socialista de la RDA, una Stasi agobiada por la presión del gobierno. Y ese mismo espía que descubre que no ha vivido más que la existencia ajena. La escena frente a la librería en la Karl-Marx-allee, un clásico instantáneo. Director: Florian Henckel von Donnersmarck
Imagen: picture alliance/dpa
La suerte de Emma (2006)
Para muchos, una película rosa como tantas. Para otros, una muestra clásica de que con una historia sencilla se puede llegar al público y sacarle sonrisas y lágrimas. La solitaria Emma tiene un golpe de suerte cuando recibe la forzada visita de un hombre desahuciado. Emocionante y dirigida con buen pulso, tiene un final obvio, pero demoledor. Director: Sven Taddicken
Imagen: Pandora Filmverleih
La Ola (2008)
Un profesor decide hacer un experimento con sus alumnos para demostrarles lo fácil que es generar comunidad mediante símbolos y normas absurdas. Pero todo se le va de las manos y pierde el control de los hechos, desatando una tragedia. Película basada en un experimento realizado en Estados Unidos, fue un éxito de taquilla. Director: Dennis Gansel.
Una película turbadora dirigida por el mismo hombre de la ganadora del Oscar "Amor". "La cinta blanca" ganó la Palma de Oro y el Globo de Oro con su relato opresivo de una sociedad conservadora, que vive una realidad ficticia haciendo la vista gorda a un extraño crimen y deja abierta la pregunta si no fue esa "enfermedad social" la que abrió el camino al nazismo. Director: Michael Haneke