El festival berlinés Interfilm llega a su 33 edición consolidado como uno de los escaparates internacionales de mayor prestigio. No cualquier trabajo logra entrar en la selección. Este año los organizadores eligieron 600 cortometrajes de entre unas 6.000 propuestas de más de un centenar de países. A lo largo de seis días y divididos en 60 distintos programas, el festival toma el pulso a nuestro tiempo a través de una enorme diversidad de temas, técnicas, visiones y culturas.

El cineasta hondureño Jurek Jablonicky, llegó a la capital alemana con su cortometraje "Todos bailaban”, (Honduras 2017, 19:54 minutos), que aborda una historia de acoso escolar.  Fernando, un estudiante de secundaria, va por la calle dando enormes saltos, pasos de ballet. Se le ve feliz, pero su semblante cambia cuando llega a la escuela.  Sus compañeros se burlan de él, lo llaman "afeminado" por su pasión por la danza.  El asedio sube de tono y el joven sufre, pero no se defiende, hasta que la agresión llega a un punto en el que estalla.

 ¿Puede  el bullying detonar una masacre escolar?

"Me interesaba explorar cómo se desarrolla una enfermedad mental, en este caso en el protagonista. Porque la víctima suele convertirse en verdugo. El personaje no se defiende ante los constantes ataques y agresiones de sus compañeros y compañeras de clase, hasta que la presión es tal que explota”, afirma Jurek Jablonicky.

El filme es el trabajo de graduación del joven director y fue estrenado en Cannes. Desde entonces ha participado en 25 festivales. En Berlín fue exhibido en la 10° edición del Festival Kuki para adolescentes bajo la serie "Teenage Riot! – Exit Strategy”, que muestra una selección cuyo común denominador es un suceso que cambia todo en un día. "Siempre me han interesado esos temas que tienen que ver con el madurar, con un momento en el que puede cambiar la vida de una persona, para bien o para mal”, afirma.

A Jablonicky le interesa el cine de autor. Dice ser un apasionado que analiza las películas al detalle, que sigue las biografías de los directores, es un "freak” del cine.  Al ser preguntado por sus tres cineastas favoritos, sufre. "El francés Louis Malle, porque aborda los temas que me interesan, sus películas Lacombe Lucien, El fuego fatuo, Adiós muchachos, son todas historias que me marcaron", reconoce.

Otro imprescindible es el alemán Rainer Werner Fassbinder. "Me parece que Almodóvar y otros más no existirían sin él. Me horroriza lo desconocido que es en nuestra generación", advierte. El tercer cineasta que cita es el tailandés Apichatpong Weerasethakul, que ganó la Palma de Oro 2010 en Cannes con su película El Tío Boonmee que recuerda sus vidas pasadas. "Es un ejemplo de cómo un cineasta puede usar su propia cultura para contar y refrescar historias que se han contado mil veces. Sus películas son fantasmagóricas”.

La primera herida es la más profunda

La primera decepción amorosa, máxime tratándose de un despertar sexual lésbico, puede conducir a una crisis tan fuerte en una adolescente que incluso puede acabar en suicidio. Ese es el tema de "Aire” (México 2015, 17:00 minutos), el primer cortometraje de la mexicana Kami García, que fue exhibido en el programa de cine en español titulado ¿Qué Onda?, para adolescentes. 

"Estaba en mi cabeza desde hace mucho. Quería explorar un tema que conociera y que de esa manera resultara genuino”, dice la egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) de México. "Me pareció importante contar esta historia simple que pudiera conectar con la gente que ha vivido algo así, que ha estado en esa situación”. La protagonista, Dafne Sabag, en el papel de Alma, es una actriz no profesional. "Es una chica muy talentosa, pero fue difícil trabajar con ella", cuenta la cineasta que convocó a un taller de siete días en el que participaron diez jóvenes, entre las que la adolescente fue elegida para interpretar el papel.

El corto fue estrenado en el Festival Internacional de Cine de Morelia en 2015 y desde entonces sigue dando la vuelta al mundo. Kami García fue una de las 15 seleccionadas entre unos 500 aspirantes de su generación en ingresar al CCC, que junto con el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), de la UNAM, son las dos grandes escuelas de cine en Latinoamérica. La cineasta reconoce que es muy difícil entrar en ambos, pero ya hay muchas otras escuelas de cine. "Cada vez hay más gente joven queriendo hacer cine. Hay mucha competencia, pero eso está bien porque así podemos ver más visiones", afirma.

Cortometrajes extravagantes en Eject!

"Alergia", del colombiano radicado en Buenos Aires, Juan Manuel Galvis Zúñiga, fue parte de la selección de 20 cortos que muestran escenarios raros y absurdos. Fueron exhibidos en la gran pantalla en el emblemático Volksbühne de Berlín en la "noche larga de la extravagancia": un clásico de Interfilm que en esta edición celebró su 20° aniversario.

El público es dotado de trompetas, globos y diversos accesorios con el que se manifiesta haciendo mucho ruido después de cada corto. Dependiendo de la reacción del público es seleccionado un ganador.

Con dibujos animados el corto alude a la alergia que siente el protagonista al paso del tiempo y se manifiesta en la fragmentación de su cuerpo. "En su cerebro y en sus entrañas aparecen ácaros que son los que provocan la alergia, es una relación visual literal de lo que sería la alergia, un conflicto que todos sentimos ante la sociedad, la industria, el trabajo, con el viajar en el colectivo", afirma Juan Manuel Galvis Zúñiga.

El cortometraje reúne las inquietudes del cineasta, que explora el dibujo, la pintura y la experimentación audiovisual. Originario de Medellín en donde estudió publicidad, decidió trasladarse a Buenos Aires para estudiar imagen y sonido. "Argentina tiene una industria cinematográfica ya formada desde hace mucho y se convirtió en un imán para estudiantes de Sudamérica atraídos por la educación gratuita, que no existe en otros países", afirma.

El Trump piñata

Uno de los cortometrajes que causó sensación en la selección para niños y adolescentes, Kuki, fue el multipremiado cortometraje "La Madre Buena" (Gran Bretaña-México 2016, 05:36 mins), de la británica Sarah Clift. Se ve a un niño mexicano en su modesta vivienda que dice una sola palabra. "Trump". "Ese señor no entra a mi casa", responde su madre. "Es sólo una piñata", dice el padre. "¿De dónde sacó esa idea? Trump es el diablo", asegura la madre. A bordo de su motocicleta, la madre busca el inusual deseo de cumpleaños de su hijo: una piñata del hombre que quiere construir un gran muro fronterizo. 

Interfilm se consolida una vez más como el segundo festival berlinés, después del Festival Internacional de Cine de Berlín, la Berlinale, por lo menos en lo que se refiere a la afluencia del público.

Autora: Eva Usi / EL