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PolíticaColombia

Un nuevo intento por despenalizar la hoja de coca

13 de marzo de 2025

El Gobierno de Gustavo Petro busca que la hoja de coca deje de ser considerada un estupefaciente por la ONU. Bolivia respalda la iniciativa, mientras expertos debaten sus implicaciones.

Planta de coca.
Planta de coca: ¿medicina o droga?Imagen: blickwinkel/IMAGO

Colombia ha solicitado ante la ONU la exclusión de la hoja de coca de la lista de estupefacientes de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961. La iniciativa, impulsada por el Gobierno de Gustavo Petro y respaldada por Bolivia, busca reconocer la importancia cultural y tradicional de la planta y diferenciarla de la cocaína.

Durante la reciente sesión de la Comisión de Estupefacientes en Viena, la delegación colombiana defendió la necesidad de una nueva visión sobre la hoja de coca, argumentando que su inclusión en la lista de sustancias prohibidas no solo afecta a las comunidades indígenas que la han utilizado durante siglos, sino que también limita su potencial para el desarrollo económico y medicinal.

El tema es delicado. Una decisión en este sentido tendría consecuencias en la lucha contra el narcotráfico y la economía de los países productores. Colombia es el mayor productor de cocaína del mundo. Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Colombia representa entre el 60 % y el 70% de la producción mundial de cocaína.

A pesar de los esfuerzos de erradicación de cultivos ilícitos, como la aspersión aérea con glifosato (suspendida en 2015) y la erradicación manual, la producción de cocaína ha seguido aumentando. El Gobierno de Gustavo Petro ha promovido una estrategia que prioriza la sustitución voluntaria de cultivos y la regulación del uso de la hoja de coca en lugar de medidas punitivas.

Un tema de política antidrogas y desarrollo rural

Para Oliver Dalichau, representante de la Fundación Friedrich Ebert en Colombia, la solicitud de Colombia es "un paso en la dirección correcta", hacia una política de drogas más diferenciada y culturalmente sensible.

"La hoja de coca en sí no es dañina", afirma Dalichau en entrevista con DW. "La lucha contra el narcotráfico ha fracasado durante 50 años, y es hora de considerar alternativas basadas en el desarrollo y la regulación". También señala que la exclusión de la hoja de coca podría significar la reducción de la criminalización de los pequeños cultivadores en Colombia y permitir su integración en una economía formal.

Sin embargo, advierte que el proceso será largo y enfrentará resistencia en la comunidad internacional: "Colombia y Bolivia no pueden cambiar esto por sí solos. Debido a las normas internacionales, no es posible que los países actúen por su cuenta. Y hasta ahora, desgraciadamente, no hay consenso a nivel internacional. Y ahora, con la nueva administración estadounidense, es sin duda mucho, mucho más difícil que hace un año. ¿Pero quién, si no Colombia, que es el mayor productor de cocaína podría liderar un debate así?", sostiene Dalichau.

La hoja de coca es una parte importante de la cultura, forma parte de muchas ceremonias religiosas y se mastica para ahuyentar el hambre y la fatiga en las alturas.Imagen: Felipe Abondano/DW

El punto de vista de la UNODC

A preguntas de DW, la vocera de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Sonya Yee, subraya que la organización con sede en Viena busca "promover respuestas globales unificadas a los retos de las drogas que ningún país puede afrontar por sí solo". Según la vocera, "la Comisión de Estupefacientes evaluará la recomendación del Comité de Expertos de la OMS, considerando factores económicos, sociales, legales y administrativos antes de tomar una decisión".

La posición de Bolivia

Bolivia ha intentado varias veces sacar a la hoja de coca de la lista de estupefacientes. Según la politóloga Ana Soliz de Stange, de la Universidad Helmut Schmidt de las Fuerzas Armadas alemanas, en Hamburgo, desde los años 90, al menos tres Gobiernos bolivianos han hecho esta solicitud: los de Jaime Paz Zamora, Evo MoralesLuis Arce. En 2009, Morales logró la despenalización del masticado de la hoja de coca en Bolivia, pero el cultivo sigue estando restringido internacionalmente.

Actualmente, Bolivia ha encargado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) un nuevo informe para evaluar los beneficios de la hoja de coca y fundamentar su exclusión de la lista. Si esta iniciativa avanza, podría abrirse una oportunidad económica significativa para los países andinos.

"La producción de productos basados en la hoja de coca podría multiplicarse, no solo con fines medicinales, sino también en la industria alimentaria", explica Soliz de Stange. "Se podría comercializar el té de coca y otros derivados a nivel mundial".

Además, según Soliz de Stange, sacar a la hoja de coca de la lista de estupefacientes "tendría repercusiones simbólicas que tiene que ver con un reconocimiento de la cultura andina". Según la experta boliviana, "para Petro y Arce, ambos con Gobiernos que están con tan baja aprobación popular, de lograrlo, sería un éxito".

¿Un cambio realista o una batalla cuesta arriba?

La despenalización de la hoja de coca podría cambiar el panorama del narcotráfico en Colombia y Bolivia, pero sigue siendo un desafío diplomático considerable. Mientras los Gobiernos de Petro y Arce buscan transformar la política global de drogas, los expertos coinciden en que la batalla será larga.

"Si hoy no empezamos, en 15 años seguiremos igual", concluye Dalichau. "Pero si damos el primer paso, tal vez logremos una regulación más efectiva y justa".

(rml)

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