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"Un nuevo portador de esperanza"

11 de enero de 2005

Los editoriales de la prensa europea se dedican en su mayoría a las perspectivas que abre la asunción de Mahmud Abbas a la presidencia de la Autoridad Nacional Palestina.

El diario Salzburger Nachrichten, de Viena, comenta: "En su acto de acrobacia, Abbas podría perder rápidamente el equilibrio. Concesiones `simbólicas`de los israelíes no le ayudan. Solamente un relajamiento del gobierno de ocupación puede granjearle autoridad en su pueblo. También la comunidad internacional, que ha aplaudido tanto la madurez democrática de los palestinos, tiene una tarea que cumplir. Esperar ahora por Estados Unidos sería un error. Si el presidente Bush continúa, sobre la línea del área, siendo un observador locuaz pero poco activo, también este juego se perderá".

El periódico Il Messagero, de Roma, opina: "El entusiasmo es latente, pero no puede eclipsar la realidad. El presidente Bush habla de una oportunidad para la paz e invita a Mahmud Abbas a la Casa Blanca. El viceprimer ministro israelí, Ehud Olmert, lo felicita, y Sharon se prepara ya para un encuentro con el nuevo presidente palestino. Arafat ya no existe. Y Mahmud Abbas estuvo y está consciente de que las armas no les devolverán a los palestinos su patria. Pero sus exigencias son las mismas que las de Arafat. Bush y Sharon, los otros protagonistas de esta obra, tienen que aprender que son ellos los que tienen que decidir ahora si gana la paz".

El rotativo ruso Kommersant, de Moscú, analiza: "El mismo día de las elecciones, Bush invitó al nuevo dirigente palestino a Washington. Llama la atención que George W. Bush, contrariamente a su antecesor Bill Clinton, en realidad nunca haya mostrado interés por el Cercano Oriente. Era el presidente Clinton, quien soñó, vanamente, con cosechar los laureles de haber sido el pacificador de la región. Ahora es muy posible que se los gane Bush – y con mucho menos esfuerzo".

El diario Financial Times en su edición alemana, escribe: "Es un diminuto punto en el planeta, ni siquiera un Estado, en donde se eligió el domingo un nuevo presidente. Sin embargo, el mundo entero mira hacia Palestina: y es que, con la victoria en las urnas de Mahmud Abbas como dirigente de la Autoridad Palestina, se ha abierto un poquito la puerta para la tan ansiada paz en Cercano Oriente. En los próximos meses se decidirá si Abbas y su contraparte, Sharon, logran abrirla completamente y cruzarla. Con esto de que las elecciones han tenido lugar sin fricciones, casi se olvida cuán real era el peligro de caos y cruentas luchas de poder después de la muerte de Yaser Arafat. El cambio de poder pacífico y democrático es un gran logro de los palestinos. Puede servir de ejemplo para todo el mundo árabe (…) El mundo entero mira hacia un nuevo portador de esperanza."

El Tagesspiegel de Berlín comenta: "La elección de Abbas es una señal de que la mayoría quiere arriesgarse a un nuevo comienzo – también hacia el interior. Abbas se halla ante una tarea poco menos que sobrehumana. Tiene que unificar los doce servicios de seguridad y ponerlos bajo su control. Tiene que ocuparse de que la vida de los palestinos mejore ostensiblemente (…) Abbas ha dejado claro que no busca un conflicto armado con los radicales. Ahora le toca mostrar su poder de convencimiento. El 17 de julio los palestinos elegirán un nuevo Parlamento. Es una buena oportunidad para que Yihad y Hamas se conviertan en un partido político. Hasta ahora se han negado a participar en las elecciones. Política o puños, parlamento o clandestinidad, Abbas es lo suficientemente fuerte para poner en la encrucijada a los extremistas. En todo caso, está claro que con terrorismo no habrá un Estado palestino."