Le Monde, de París, escribe: "Juan Pablo II, un Papa extraordinariamente político, buscó más allá de las fronteras caminos para cultivar un diálogo entre las religiones. Es lo que hoy recuerdan los no católicos que manifiestan su duelo por la muerte del Papa. Este jefe de la Iglesia se dirigió a los otros con los brazos abiertos. El mundo entero hace suyo ahora este gesto y rinde homenaje a Juan Pablo II a su medida, es decir, de forma universal."

Constructor de puentes

El periódico alemán Neue Osnabrücker Zeitung apunta: "Nunca antes la muerte del jefe de la Iglesia Católica había conmovido de esta forma también a protestantes y ortodoxos, judíos, musulmanes y ateos. ¿Por qué? Porque el misionero Juan Pablo II se diferenció radicalmente de sus antecesores. Nunca se replegó temeroso tras los reverendos muros del minúsculo Estado del Vaticano. En la era de la globalización, interpretó literalmente el ser católico, que significa universal. Uno de los títulos del Papa es 'Sumo Pontífice', término que quiere decir 'máximo constructor de puentes. En efecto, Juan Pablo II intentó tender puentes entre culturas, religiones y pueblos. Se mostró abierto al mundo, sin tener miedo al contacto, incluso en sus últimos años, cuando las limitaciones físicas se hicieron perceptibles en el Papa viajero. Como eco de ello resuena ahora el adiós de millones de personas de todos los continentes."

El Papa mediático

El Westfälische Nachrichten, de la ciudad alemana de Münster, comenta: "Nunca antes en la historia la muerte de un Papa había tenido tanto eco en los medios de comunicación. Cuando murieron Paulo VI y Juan Pablo I, en el año 1978, en Alemania existían tres canales de televisión. Hoy se pueden captar cerca de 40 canales, por cable o satélite. Juan Pablo II fue un Papa mediático. En la era de los medios de comunicación, las honras fúnebres deparan a Roma una enorme avalancha de peregrinos y gigantescas cuotas de sintonía a las estaciones de televisión. Pero, desde ya, la atención se vuelve hacia el cónclave. Con la elección del próximo Papa, para la Iglesia se plantea un nuevo posicionamiento en un mundo multifacético."

¿Canonización?

El Kurier, de Viena, comenta las especulaciones sobre una eventual canonización de Juan Pablo II. "Ciertamente está fuera de discusión la función ejemplarizadora de Karol Wojtyla en cuanto a llevar una vida verdaderamente cristiana (un criterio para la santidad). Otra cosa es si también realizó milagros (un segundo criterio). Sea como fuere, los responsables deberían conservar la mesura en medio de toda la 'Papa-manía' que se agudizó con la muerte de Juan Pablo II. Pese a todas sus magníficas obras, no todo lo que brilla es oro: la reconciliación con los protestantes no avanzó, sectas evangélicas socavan a la Iglesia Católica en América Latina, en Europa se vacían los templos y, en asuntos de sexualidad y mujeres, Roma se aferra a posiciones de comienzos de siglo pasado. Juan Pablo II fue más un monarca rígido que un reformista participativo. Aun así, su pontificado marcó una época. ¿Es por eso un santo? Puede ser. No obstante, habría que examinarlo a fondo. A menudo se dice que la Iglesia piensa en siglos. ¿Qué son, en ese contexto, un par de años o décadas?"