Un poema sobre Navidad: Belén de Judea
18 de diciembre de 2012 Tan pocas casitas,
tan pocos senderos.
Poquitos pastores,
muy pocos labriegos.
Poquitos guardianes
ya que hay poco riesgo.
Pocas provisiones
para poco pueblo.
Y una nochecita
de grandes luceros,
un niño pequeño
que es un gran misterio
eleva tu nombre,
te inscribe en los textos
que en muchos idiomas
a través del tiempo,
hablan de esperanza
para el mundo entero.
Y las madres nombran
como tú, a sus niñas.
Belén, la morena
o la rubiecita,
la de hermosas ondas
o lacios cabellos,
la de ojos bonitos
y voz cantarina.
Estás en la Biblia,
aldea pequeña.
Tu nombre se nombra
junto a las ovejas,
el campo y el cielo,
la noche de estrellas,
¡el coro de ángeles,
la gloria del cielo!
Tu nombre se nombra
en toda la tierra.
¿Cuál es el milagro?
El mismo de siempre.
Unidos a Cristo,
lo poquito es mucho,
como el poco aceite
dio mucho alimento,
como ya ha ocurrido
con panes y peces.
Navidad con Cristo.
¡Qué idea tan ingenua!
¡Qué relato antiguo!
¡Qué verdad eterna!
Navidad con Cristo,
con el Dios del cielo.
Y esta triste aldea,
que fue mi existencia,
tomará tu brillo,
Belén de Judea.