Riesgoso diálogo

TAGESANZEIGER, Ginebra: “Las esperanzas de paz en España se han diluido definitivamente. Con la nueva declaración de guerra de la organización terrorista vasca ETA, a España amenaza una nueva ola de violencia. (...) Para el valiente jefe de Gobierno español, Zapatero, el anuncio terrorista es un serio revés. Zapatero había tomado en sus propias manos desde un principio el riesgoso diálogo con ETA, soñando con conducir al éxito un proceso de paz similar al que logró su colega Tony Blair en Irlanda del Norte. En vano. Luego del fin del periodo de paz, lo que queda es un montón de escombros, que puede poner en peligro el futuro político de Zapatero”.

Una secta etnoterrorista

SÜDDEUTSCHEN ZEITUNG, Múnich: “La organización separatista vasca es una secta, que vive en una realidad paralela, como en una celda autoelegida. Sus combatientes cultivan un etnoterrorismo mezclado con lírica socialista. No obstante ello, su mortal acción tiene una enorme influencia sobre el clima político en España. Tanto mayor es por lo tanto el desafío con el que se ven confrontados ahora los dos grandes partidos políticos españoles. Lo más necesario ahora es un entendimiento político de ambos en la lucha contra el terror.”

Maniobra táctica

RHEINISCHE POST, Düsseldorf: “Especialistas españoles en cuestiones de terrorismo advierten ya desde hace tiempo que la supuesta disposición de ETA a dialogar no es más que una maniobra táctica de la organización clandestina, debilitada por varios golpes de la Policía, para poder preparar una nueva ronda de violencia. Honra a Zapatero haber querido aprovechar una oportunidad histórica para terminar con una espiral de violencia que ya lleva 40 años. Ahora, el evidente fracaso de su política conciliatoria en relación con los vascos que ponen bombas se ha transformado en el arma más filosa de la oposición contra el presidente del Gobierno español”.

Demandas maximalistas

LEIPZIGER VOLKSZEITUNG: Los esfuerzos de Zapatero han sido vanos. Sus concesiones políticas a los separatistas extremistas poco han ayudado: de nada sirvió la controvertida puesta en libertad de la figura símbolo de ETA Juana de Chaos. Tampoco la osada legalización parcial del partido de ETA Batasuna en las recientes elecciones comunales. La ETA insiste en sus demandas maximalistas: la independencia de los territorios vascos de España y también de Francia, para formar con ellos un Estado propio”.