Un sheriff se quedó 1,5 millones para comida de inmigrantes
4 de enero de 2019
La ley estatal de Alabama les permite quedarse la mitad del dinero ahorrado en la comida de los presos. El ex sheriff de Etowah les daba a los del centro de detención de inmigrantes alimentos caducados o donados.
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Un sheriff de Alabama, Estados Unidos, se embolsó 1,5 millones de dólares destinados a gastos de alimentación de inmigrantes detenidos en el Centro de Detención del condado de Etowah. "Tenemos una ley que les permite quedarse personalmente cualquier dinero que no gasten en comida para individuos bajo su cuidado. La cual ha tenido resultados desastrosos", declaró este jueves (03.01.2019) a Efe Frank Knaack, director ejecutivo de Alabama Appleseeds, organización que ha denunciado la práctica en repetidas ocasiones.
El sheriff Todd Entrekin, que perdió la última elección para seguir en el cargo, habría aprovechado este resquicio en la ley, remanente de la era de la depresión, para retener 1,5 millones de dólares que quedaron como sobrantes en el presupuesto destinado a la alimentación de los inmigrantes detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), indicaron medios locales.
Todd Entrekin, presuntamente, habría ahorrado en costos al dar a los detenidos alimentos podridos, con fecha de expiración vencida o donados, lo cual le permitió generar un excedente de 3 millones de dólares, de los cuales podía optar al 50%, según lo establecido por la ley. "Lo que vimos en Etowa es solo la punta del iceberg en Alabama, y la Legislatura debe encargarse de este asunto este año para poner fin a esta práctica", indicó Knaack.
La gobernadora de Alabama, Kay Ivey, intentó poner fin a esto en julio pasado dejando de pagar el complemento de salario por gestionar los fondos de alimentación, aunque ya entonces las asociaciones de abogados que trabajan en el tema le advirtieron que esa controvertida práctica no cesaría a menos que se cambiara la ley estatal. "Los fondos públicos deben utilizarse para fines públicos, es así de simple", dijo Ivey entonces en un comunicado.
Algunos otros sheriffs han obtenido también sumas notables. En 2009, un juez federal acusó al sheriff del condado de Morgan, Greg Bartlett, por no alimentar adecuadamente a los reclusos. Había ganado 212.000 dólares en tres años con el exceso de fondos para alimentos.
lgc (efe/ap)
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Deportados por Trump: volver a una realidad desconocida
Bajo el presidente Donald Trump son cada vez más los inmigrantes indocumentados que son deportados. Muchos de ellos han pasado la mitad de su vida en Estados Unidos. Cada semana llegan tres aviones a Ciudad de México.
Imagen: DW/S. Derks
Amarga llegada
Los aviones aterrizan en una zona especial del aeropuerto de Ciudad de México. Los inmigrantes indocumentados son deportados desde los centros de detención en Estados Unidos. Esposados los llevan al avión. Veinte minutos antes de aterrizar los liberan.
Imagen: DW/S. Derks
Illegal alien
George Niño de la Riviera supo que había estado viviendo ilegalmente en Estados Unidos cuando cumplió 18 y postuló a un trabajo. Le dijeron que no tenía número de seguro social. Sus padres lo habían llevado a ese país siendo un bebé. Allí creció. Hace cinco meses fue deportado. Había pasado 34 años en Estados Unidos. Sus cuatro hijos viven con su exesposa en Fresno.
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Un país extraño
María Herrera, de 27 años, fue deportada el 10 de abril. Estaba esperando la renovación de su visa DACA (Acción diferida para los llegados en la infancia) cuando tuvo un accidente automovilístico. Fue detenida y llevada a prisión. Dos meses después la deportaron. Tenía tres años cuando salió de México, un país que le es ajeno.
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Renacer de la herida
Se encontró con George en New Comienzos, una organización sin ánimos de lucro que da asistencia a los repatriados. Comenzaron a salir juntos. “Es lindo tener un amigo especial que haya pasado por todo esto también”, cuenta María. Cuando estaba detenida sufrió de depresión y ataques de ansiedad. Ahora ambos están tratando juntos de abrirse camino en Ciudad de México.
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Detenido y deportado
En 2003 tuvo una pelea con su exnovia. Entonces, Diego Miguel María, de 37 años, fue detenido. Fue deportado en 2016.
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"Dump Trump and his walll"
Junto con otros cinco compatriotas recientemente repatriados, Diego Miguel María ha conseguido un fondo especial del gobierno mexicano para montar una empresa de impresión de textiles. Su marca es “Deportados”. Se especializa en imprimir camisetas y bolsas con lemas como “"Dump Trump and his wall" (abajo Trump y su muro).
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Una mano amiga
El trabajo de Diego no va a volverlo rico, pero le deja tiempo para trabajar de voluntario ayudando a nuevos deportados en el aeropuerto. “Me sentí tan perdido cuando atravesé esa puerta. Me parece importante guiar a aquellos que están tu mismo pellejo”, cuenta. Lo más difícil fue dejar a su hijo. Vivían juntos antes de que fuera deportado. Su exesposa no le permite ahora tener contacto con él.
Imagen: DW/S. Derks
Recomenzar
Daniel Sandoval fue deportado en febrero de 2018. No obstante parece estar tranquilo. “En Estados Unidos nunca hubiese podido invertir en un futuro, porque no tengo documentos. ¿De qué sirve una educación si nadie va a contratarme? Aquí en México tengo la posibilidad de recomenzar. Voy a poder tener una mujer e hijos sin temor a perderlos”, cuenta a DW.
Imagen: DW/S. Derks
Amañándose
Daniel vive en un hogar para refugiados que queda sobre la imprenta de “Deportados”. Un pastor de su iglesia le organizó, al comienzo, un albergue en casa de una mujer de 75 años. Ella lo recogió de la estación de autobuses de Ciudad de México. “Me quedé allí dos semanas, pinté la casa. Luego contacté a “Deportados” y me enteré que ayudaban a inmigrantes. Ahora vivo aquí junto con otros dos”.
Imagen: DW/S. Derks
Del lado de la luz
Aunque la mayoría no sabe a dónde los van a enviar y tienen mucho miedo de perderlo todo en una fracción de segundo, el sacudón que sufren no siempre termina mal. “Ahora me parece que mi vida en Estados Unidos estuvo siempre cargada de temor y tristeza debido a mi situación legal. Ahora tengo un lastre menos, porque al fin soy libre y me siento en casa”, contó María a DW.