Un Times Square casi desierto recibió el año nuevo
1 de enero de 2021
Debido a la pandemia, los neoyorquinos evitaron celebrar las últimas horas de 2020 como marca la tradición desde hace 112 años.
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A diferencia de lo ocurrido en el último siglo, Nueva York marcó a la medianoche del jueves (31.01.2020) la llegada del año nuevo con un Times Square prácticamente desierto, en la que sólo un puñado de trabajadores esenciales y los agentes desplegados en la zona pudieron ser testigos del descenso de la icónica y enorme bola.
Los neoyorquinos hicieron así caso a los llamamientos de la Policía de Nueva York, que un día antes habían insistido en que el público general no debía, ni podía, acudir a Times Square para celebrar las últimas horas de 2020 y las primeras de 2021.
"El año que viene nos reuniremos y llenaremos Times Square. (...) Pero este año, ni siquiera intentes venir a verlo", pidió el jefe de Departamento de la Policía de Nueva York, Terence Monahan, en una rueda de prensa celebrada el miércoles.
Homenaje a trabajadores esenciales
Sin embargo, Nueva York quiso honrar a los trabajadores esenciales permitiendo que unas cuatro decenas de ellos, acompañados por sus seres queridos, vivieran en directo el momento desde pequeños espacios vallados establecidos en Times Square para cada uno de ellos.
Entre los afortunados, un pediatra del hospital de Elmhurst, uno de los más afectados por el coronavirus cuando la ciudad se convirtió en el epicentro de la pandemia en la primavera, un técnico de ambulancia, o un repartidor de pizzas que se enfermó de coronavirus.
Las celebraciones de Nochevieja comenzaron en Times Square a las 18.00 hora local, e incluyeron dos himnos que hacían referencia al duro año vivido en todo el mundo: "I Will Survive" (Sobreviviré), que cantó Gloria Gaynor, mientras que Andra Day interpretó el "Imagine" de John Lennon a cinco minutos de la medianoche, como se ha hecho durante años.
También se subieron al escenario neoyorquino Pitbull, que interpretó "Don't Stop the Party", "I Believe That We Will Win" y "Give Me Everything", y Anitta, que cantó "Downtown", "Me gusta" y "Vai Malandra", aunque tampoco faltó el "New York, New York" de Frank Sinatra en los primeros segundos de 2021, acompañado de fuegos artificiales y confeti.
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112 años de festejos
Normalmente, cientos de miles de personas asisten a la multitudinaria fiesta de fin de año en Times Square, a la que, pese al frío neoyorquino, viajan personas de todo el mundo expresamente para presenciar el evento. Sin embargo, las autoridades de Nueva York se decidieron este año por cientos de figuras hinchables para dar un ambiente festivo a la plaza.
Los festejos en esa plaza se celebran desde hace 112 años, mientras que el descenso de la esfera, que este año ha sido bautizada con el nombre de "The gift of happiness" (El regalo de la felicidad), se ha convertido en todo un icono.
Fueron los dueños del periódico The New York Times, que en 1904 comenzaron a celebrar la entrada del año en la azotea de su edificio, situado en Times Square, quienes en 1907 empezaron a utilizar una esfera iluminada para marcar el cambio de año.
La celebración de Nochevieja de Times Square se remonta a 1904, cuando el entonces editor del periódico The New York Times, Adolph Ochs, quiso organizar por la Nochevieja de ese año un espectáculo de fuegos artificiales en la azotea de la flamante sede del diario para marcar el traslado del medio a sus nuevas oficinas, previsto para un día después.
Sin embargo, no sería hasta tres años después cuando hizo su aparición la mítica bola, que entonces pesaba 317 kilogramos, tenía un diámetro de metro y medio y contaba con un centenar de bombillas blancas adosadas.
Más de un siglo más tarde, y después de haber faltado sólo en 1942 y 1943 como consecuencia de la II Guerra Mundial, la bola está compuesta por 2.668 triángulos de cristal, iluminada por 32.256 bombillas led rojas, azules, verdes y blancas que forman una paleta de 16 millones de colores, y pesa 5.386 kilogramos.
jc (efe, reuters, ap)
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Imagen: picture-alliance/dpa/P. Kneffel
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Después de dos meses de cierre, a fines de marzo la Gran Muralla China fue reabierta al público. Se trata de una imagen que nos da una luz de esperanza: al final del túnel todavía existe la posibilidad de que el mundo vuelva a ser el lugar que fue hasta hace poco.