Al final de su viaje de tres días por Estados Unidos, el ministro de Exteriores alemán, Joschka Fischer, se reunió con el secretario general de la ONU, Kofi Annan. Ambos coincidieron en que se debe evitar a toda costa una guerra en contra de Irak. Sin embargo más allá del consenso con Kofi Annan, pueden catalogarse de triunfo los esfuerzos del diplomático alemán?

Fischer mismo afirma que su misión tuvo éxito. En su opinión su visita ha ayudado a reducir las irritaciones existentes. E incluso se atreve a afirmar que se ha reducido también a posibilidad de que Estados Unidos lance una ofensiva militar en contra de Irak. Fischer está seguro de que después de negociaciones que podrían alargarse aún unas semanas, se logrará alcanzar una resolución conjunta que cuente con la aprobación de toda la comunidad internacional. Es sólo cosa de tiempo.

Negociación, la única vía

Especialmente Francia, uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, quiere evitar a toda costa que Estados Unidos cuente con la posibilidad de demandar una intervención armada en caso de que el régimen de Saddam llegara a violar la resolución de la ONU. Interés que Alemania sigue de cerca, pues a partir de enero del 2003 será miembro no permanente del Consejo de Seguridad por un periodo de dos años. Incluso ocupará la presidencia de este organismo en febrero del año entrante; justamente el mes catalogado por muchos especialistas como el más propicio para iniciar una guerra en contra de Irak. ¿Qué sucederá entonces?

Al ministro de Exteriores alemán no le preocupan este tipo de especulaciones. El gobierno alemán ha indicado que colaborará de forma constructiva en el Consejo de Seguridad y evitará cualquier tipo de interés nacional. A pesar de las desavenencias entre Berlín y Washington y la clara negativa alemana a participar en una acción militar en contra de Irak, a decir de Fischer, Estados Unidos no se opone en lo más mínimo a la participación germana en el Consejo de Seguridad.

Labor de convencimiento

El gobierno alemán se mantiene leal a su postura y pretende resolver el conflicto por la vía diplomática. Su principal interés y también del secretario general de la ONU, Kofi Annan, es poner en práctica la resolución de las ONU para que el jefe de inspectores de la organización internacional, Hans Blix, y su equipo puedan reemprender sus labores de forma inmediata en Irak con el fin de evitar una intervención militar.

El ministro de Exteriores alemán, se muestra seguro y resta importancia al hecho de que a parte de la media hora que le coincidiera su homólogo estadounidense, Collin Powell, ningún otro político, ni en Washington, ni en Nueva York, lo quisiera recibir. Optimista hace hincapié en que a falta de encuentros políticos tuvo tanto más tiempo para explicar a los medios de comunicación estadounidenses los motivos de la negativa alemana a una participación en una guerra en contra de Irak.