El mundo probablemente no vuelva a ser el mismo después de que terroristas utilizaran aviones comerciales y los hicieran impactar contra el World Trade Center y el Pentágono, matando a unas 3.000 personas el 11 de septiembre de 2001.

El terrorismo, que antes del "11-S" era un fenómeno insólito en la mayoría de los países, ahora ocupa un primer plano y muchas veces es el primer asunto a tratar en la esfera de la política nacional y las relaciones internacionales.

Las víctimas del terrorismo

Los actos conmemorativos que se realizan hoy en el “Ground Zero” de Nueva York hacen pensar en los grandes esfuerzos y las sumas millonarias que se han invertido a lo largo de los últimos tres años en la lucha contra el terrorismo. A pesar de las inversiones millonarias la red terrorista de Al Qaeda y otros grupos terroristas han logrado una y otra vez diseminar muerte y desastre en todo el mundo.

En 2003, 625 personas murieron y 3.646 resultaron heridas en ataques terroristas, según el informe anual "Patrones de Terrorismo Global" del Departamento de Estado norteamericano. En el 2002 fallecieron 725 personas. Entre los ataques de mayor mortalidad en 2002 está el atentado con bomba a la discoteca en la isla de Bali que cobró 202 vidas. En noviembre de 2003 al menos 53 personas murieron en dos ataques en Turquía perpetrados en el plazo de cinco días.

2004 se encamina a superar estas cifras. El primero de febrero, un total de 117 personas murieron en ataques contra los cuarteles generales de dos partidos kurdos en Arbil, Irak. Un mes después, 271 personas murieron en ataques en Bagdad y Karbala durante un festival chiita en Ashura. En España, 10 bombas explotaron en cuatro trenes regionales de Madrid el 11 de marzo de este año, causando 191 víctimas mortales. Islamistas marroquíes fueron responsabilizados por el atentado. En mayo murieron en Arabia Saudí 22 personas, en ataques a oficinas utilizadas por occidentales y a un complejo de departamentos.

Debe prevalecer el Derecho y la dignidad humana

“Esta amenaza global nos mantendrá sin aliento durante décadas”, indica el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, con ocasión del tercer aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001. No sólo Fischer hace hincapié en que en la lucha contra el terrorismo no deben ponerse en tela de juicio los valores fundamentales como el respeto del derecho internacional. Sólo sobre la base del Derecho y de la dignidad humana es posible construir un mundo en paz.

Mientras haya bases para la multiplicación de terroristas, como la pobreza, el fanatismo religioso, regímenes tiranos y falta de esperanza, habrá un suministro infinito de jóvenes hombres y mujeres para promover el terrorismo en nombre de una causa.