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Criminalidad

Una cámara de tortura en un contenedor marítimo

Daniel Heinrich
9 de julio de 2020

Horror en Brabante del Norte: la policía de los Países Bajos encontró un contenedor acondicionado para encerrar y torturar a secuestrados.

Imagen: picture-alliance/dpa/Politie Landelijke Eenheid

La provincia de Brabante del Norte, en el sur de Países Bajos, se anuncia en su web oficial como la más acogedora del país con los visitantes. Pero una operación de las fuerzas especiales neerlandesas en la municipalidad de Wouwse Plantage -de solo 1.200 habitantes- a finales de junio, reveló que el lugar estaba muy lejos de ser un destino vacacional idílico. La escena parecía sacada de una película de terror. En un almacén cercano a la frontera belga se encontraron siete contenedores marítimos. En seis de ellos se habían construido celdas, y el séptimo presuntamente servía para torturar a los presos.

Los planes criminales eran escalofriantes. Thérèse Ariaans, la portavoz de la Policía neerlandesa, explicó a DW el estado actual de las investigaciones. De acuerdo con Ariaans, las celdas estaban aisladas térmica y acústicamente. Había esposas instaladas en el techo y el suelo. En cada contenedor había una cámara que permitiría "vigilar a la persona presa en todo momento”.

Al abrir la puerta del séptimo contenedor, los policías se encontraron con una verdadera cámara de tortura. En el contenedor había una silla de dentista con correas para las manos y los pies. Se confiscaron objetos como un cortasetos, una sierra, unas tenazas, esposas e instrumentos quirúrjicos como un bisturí.

Secuestros profesionales planificados

Además, dijo Ariaans, "se encontraron 24 kilos de éxtasis, pasamontañas y sacos negros”. Se había pensado hasta en los vigilantes: junto al almacén había un anexo con sillas y una cama, además de tres furgonetas robadas y dos BMW. Según parece, todavía no se había hecho uso de estas infraestructuras, pero se habían preparado para secuestros ya planificados.

Imagen: picture-alliance/dpa/Politie Landelijke Eenheid

El descubrimiento de otro almacén cerca de Róterdam demuestra el grado de profesionalidad de los criminales. Allí la Policía encontró más vehículos, chalecos antibalas, varias armas de fuego y un modelo chino de una Kalashnikov AK-47.

Un chat descifrado

Fue un descubrimiento policial lo que evitó que el asunto llegara más lejos. Los investigadores europeos consiguieron descifrar la red digital EncroChat, una especie de WhatsApp para criminales. EncroChat se había especializado en la venta de teléfonos codificados al crimen organizado. A los clientes se les garantizaba el "anonimato total”. Lo que los usuarios no sabían es que las autoridades de investigación criminal se habían infiltrado en la red. Era "como sentarse en la mesa con los criminales”, dijo Janine van den Berg, la policía de mayor rango de los Países Bajos.

En total, según los datos de las autoridades, se interceptaron cientos de millones de mensajes entre criminales en EncroChat. Solo en Países Bajos, el descubrimiento llevó a la detención de unas cien personas y al decomiso de más de 8.000 kilogramos de cocaína y 1,2 toneladas de cristalmetanfenamita. Además, se descubrieron 19 laboratorios de drogas sintéticas, "docenas de armas de fuego automáticas” y "casi 25 millones de euros en efectivo”.

Meses de vigilancia

También en el caso de los contenedores marítimos encontrados fue vital para los investigadores el monitoreo de esta red secreta de comunicación. Un hombre de 40 años de La Haya, miembro de uno de los principales grupos narcotraficantes del país, llevaba siendo vigilado desde abril. Pero solo a través del acceso al chat se llegó a conocer la dimensión de los planes criminales. "Por ejemplo, utilizó su teléfono para enviar fotos de la silla de dentista con correas para brazos y piernas”. También habría explocado algunos de los métodos de tortura y dado detalles sobre los secuestros planeados.

Imagen: picture-alliance/dpa/ANP/openbaar Ministerie

La Policía había vigilando el almacén de Brabante del Norte desde mediados de abril y visto cómo varios hombres trabajaban en él a diario. Al final fue una combinación entre lo descubierto en el chat y las investigaciones sobre el terreno lo que llevó a la identificación de los sospechosos, dice la jefa policial Van den Berg. A finales de junio, justo antes de la conclusión de las celdas, las fuerzas policiales especiales asestaron el golpe.

A ojos de la Policía, lo más pérfido es que los sospechosos habrían planeado disfrazarse de agentes de los cuerpos de seguridad. En total han sido detenidas seis personas. Por suerte, no llegaron a producirse daños humanos. La Policía avisó a las potenciales víctimas a tiempo, y así pudieron esconderse.

(eal/ers)

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