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Energía 2050: nuevo concepto energético alemán

27 de agosto de 2010

Angela Merkel concluye una visita a diversas centrales energéticas el día que se presenta un estudio sobre las ventajas de la prolongación de las centrales nucleares. Un nuevo concepto energético está en juego.

Protestas en contra de la energía atómica durante la visita de la canciller a la central de Lingen.Imagen: AP

El Energiereise de la canciller alemana Angela Merkel -un periplo por diversos puntos de interés de la producción y la comercialización de la energía en Alemania- concluye justo el día en que se presenta un informe acerca de las ventajas y desventajas de la prolongación de la vida de las centrales nucleares en el país. Este “viaje educativo”, como lo denominó la canciller antes de emprenderlo, la ha llevado a centrales carboeléctricas, a plantas hidroeléctricas, a centrales eólicas y también a a la bolsa de Leipzig para observar el proceso de los precios de la energía.

Aunque el espaldarazo a la energía atómica se da por sentado, a la pregunta clave de por cuánto tiempo se prolongará la vida de las centrales nucleares se suma ahora la discusión en torno a una posible tasa de contribución a las energías renovables; ésta se añadiría al impuesto planeado a los consorcios de energía atómica en caso de prolongarse la vida de los reactores. “Naturalmente tenemos que pensar en la forma en la que la industria energética efectúe una contribución a las energías renovables", declaró la canciller después de su visita a la central nuclear de Lingen, en Baja Sajonia.

En la central nuclear de Lingen.Imagen: AP

En el apretón de manos con los gerentes de Eon y RWE –los dos mayores consorcios energéticos alemanes- se enfocaron las miradas: los consorcios habían lanzado una campaña mediática a favor de la prolongación de la vida de los reactores nucleares y en contra de mayores gravámenes. La visita de la jefa de la coalición gubernamental justo a ese reactor –uno que no ha llamado demasiado la atención- pretendía, así Spiegel online, demostrar que en el concepto energético de Berlín, la energía atómica tiene cabida, por lo menos como una tecnología puente.

Abandonando el abandono nuclear

Sensible como casi en ningún otro país europeo es el tema de la energía nuclear en Alemania: en el año 2000, los consorcios energéticos firmaron un acuerdo con el Gobierno de coalición socialdemócrata-verde en el cual se limitaba el período de producción de las centrales a 32 años; también se prohibía la construcción de nuevas instalaciones de este tipo en Alemania. En 2003 se clausuró la primera planta nuclear; la más joven de todas se cerraría, según ese acuerdo, en 2024.

Sin embargo, con la salida de los ecologistas de la coalición gubernamental, “el abandono del abandono de la energía atómica” estaba cantado. Así, en el acuerdo de coalición del Gobierno conservador-liberal que asumió el mandato en 2009 se estipula que la vida de los reactores debe prolongarse “hasta que puedan ser reemplazados por energías renovables”. Mayores precisiones no se da. Y tras los detalles -¿8, 15, 28 años más? ¿las medidas de seguridad adicionales?- se atricheran políticos e industriales. También la población civil y ni hablar de los medioambientalistas.

“La prolongación de la vida de los reactores nucleares existentes bloquea la necesaria reestructuración de la infraestructura energética en dirección hacia la creación de mayores fuentes de energías renovables”, reza un comunicado de WWF, el Fondo Mundial para la Naturaleza. Por otro lado, de ganancias adicionales anuales de entre cuatro y siete mil millones de euros por la prolongación de la vida de los reactores habla Claudia Kemfert, del Instituto Alemán de Investigación Económica, quien ve con buenos ojos que los ingresos adicionales a las arcas gubernamentales se empleen en el fomento de las nuevas fuentes energéticas.

Concepto energético 2050

Aunque la prolongación de los reactores está en el centro de la polémica, de lo que se trata es del nuevo concepto energético para Alemania, Energiekonzept 2050, que se tiene que enmarcar en los nuevos objetivos nacionales y europeos de reducción de emisiones de dióxido de carbono: lograr un 40 por ciento menos que las emisiones de 1990 hasta el año 2020 y un 85 por ciento menos para el año 2050.

En un parque eólico en Rostock.Imagen: AP

Berlín quiere alcanzar “lo más rápido posible –basándose en energía a precios accesibles- la era de las energías renovables”, aseveró la canciller antes de su viaje. No obstante, “ver las cosas en su contexto –seguridad energética, rentabilidad y bienestar de las personas- es tarea del Gobierno”, declara la canciller que favoreciendo la prolongación de las centrales nucleares e imponiendo gravámenes al combustible nuclear, quiere poner un pie en cada orilla sin disgustar demasiado al poderoso lobby atómico.

Un septiembre energético

A lo largo del mes de septiembre, el Gobierno de Berlín elaborará el concepto; oposición y medioambientalistas no se cansarán de resaltar lo peligroso de la energía atómica y sus residuos radioactivos; los consorcios atómicos, lo módico de la producción de esta energía y su baja emisión.

Como fuere, el informe conjunto de varios institutos de investigación alemanes revela, así adelantan agencias, que Alemania podría abastecerse muy bien de energía a precios razonables sin pasar por la prolongación de la vida de los reactores nucleares.

Autora: Mirra Banchón
Editor: Enrique López

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