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Una Carta de Deberes Humanos inspirada en Saramago

31 de mayo de 2018

¿Cómo sería el mundo si en vez de exigir nuestros derechos nos comprometiéramos a cumplir ciertos deberes? Un grupo de intelectuales promueve una Carta de Deberes, inspirada en reflexiones del escritor José Saramago.

Imagen: Secretaría de Relaciones Exteriores Mexico

A 70 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos, ese texto fundamental que buscaba asegurar el respeto a la dignidad de las personas, surgen voces para exigir un compromiso personal y social para que estos derechos no queden simplemente en el papel.

"La idea central de hacer una Carta de Deberes se debe al escritor portugués José Saramago. Cuando recibió el premio Nobel hace 20 años y se celebraban entonces los 50 años de la Declaración de Derechos Humanos, dijo que era momento de que los ciudadanos tomaran la palabra para establecer los deberes que correspondían a los derechos por los que se había luchado tanto tiempo”, relata a DW el escritor mexicano Sealtiel Alatriste, coordinador del grupo que elaboró la Carta Universal de Deberes y Obligaciones de las Personas.

Deberes de forma simétrica a derechos

Retomando esa inquietud, comenzó hace cinco años un proceso conjunto entre la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con el apoyo del entonces rector José Narro, la Fundación José Saramago, presidida por Pilar del Río, escritora y viuda del autor portugués, y World Future Society-capítulo México.

Intelectuales, académicos y representantes de la sociedad civil se unieron en la tarea que concluyó este año y recibió el respaldo de México y Portugal. En su presentación al cuerpo diplomático, el Subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de México, Miguel Ruiz Cabañas, recordó el llamado de Saramago a la comunidad internacional, cuando "destacó el deber de los ciudadanos de exigir que sus derechos sean respetados, de tomar la iniciativa y no esperar a que los Gobiernos actúen”.

La propuesta sentó una idea fundamental. En palabras del Saramago: "ningún derecho podrá subsistir sin la simetría de los deberes que le corresponden. Con la misma vehemencia y la misma fuerza con que reivindicamos nuestros derechos, reivindiquemos también el deber de nuestros deberes”.

Solidaridad y no discriminación

La Carta, de 23 artículos, fue presentada en abril de 2018 ante el Secretario General de la ONU, António Guterres. El texto plantea la obligación de demandar a los Estados el respeto y la garantía de los derechos. Pero también el deber de actuar solidariamente, no discriminar, dar un uso responsable a los bienes, velar por la veracidad de la información transmitida, no incitar a la violencia, participar responsablemente en la toma de decisiones colectivas, respetar lenguas y culturas ajenas y proteger la biodiversidad, los animales y el medio ambiente, entre otros puntos. Esto implica deberes no sólo para con las personas, sino también con el entorno.

Una de las inquietudes de Saramago era que no sólo no se respetaban los derechos adecuadamente, sino que "se había llegado a la exageración de pensar que solamente tengo derechos y que no corresponde ninguna obligación”, indica Sealtiel Alatriste, quien fuera amigo y editor del fallecido autor portugués.

La propuesta "representa una oportunidad de sembrar una semilla que haga florecer la paz mundial, a través del esfuerzo y de la responsabilidad de las personas”, destaca Julio Millán, presidente del capítulo mexicano de World Future Society. La carta apela al compromiso. "Los seres humanos tenemos diferentes facetas y la mejor de ellas es la esperanza, el amor por la vida y la solidaridad”, agrega.

Respuesta ante problemáticas actuales 

"Inspirados en Saramago, pensamos que el mundo no puede seguir así, que es necesario fijar obligaciones para corregir esta falta de derechos”, dice Alatriste. Especialmente con una respuesta actualizada ante estos tiempos de avances tecnológicos, amenazas contra el medio ambiente y cambios en la forma en que se  relacionan las personas.

Imagen: Misión de México ante la ONU

El académico ligado a la UNAM lo clarifica con un ejemplo: "Toda persona tiene derecho a la alimentación, pero ¿quién tiene la obligación de no desperdiciar comida? Solamente el no desperdiciar alimentos alcanzaría para que no hubiera hambre en el mundo entero. Ahí hay una carencia grave: un derecho que no se cumple, pero nadie tiene obligación de cumplirlo”.

Otro tema contingente que aborda la Carta es el de las migraciones. "Es un tema complejo y actual, que exige que lo enfrentemos de una manera nueva. Es totalmente contradictorio que el mundo esté embarcado en poner un libre tránsito a las mercancías, con tratados de libre comercio, pero no de libre circulación de las personas”, afirma.

La hoja de ruta está trazada, ahora la esperanza es que a nivel mundial, personas, sociedades y países adhieran a estos postulados. En lo inmediato, México promueve consultas bilaterales para dar a conocer la Carta. En Alemania, la embajada está difundiendo el documento con sus interlocutores en el tema de Derechos Humanos, el Ministerio de Relaciones Exteriores, organizaciones políticas y de la sociedad civil.

Victoria Dannemann (MS)

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