Una decena de tanques turcos y maquinaria pesada entró en territorio sirio dentro de la operación "Escudo del Éufrates" para desalojar a los yihadistas del Estado Islámico (EI) de la ribera occidental de ese río.
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La operación turca está coordinada con la coalición internacional contra el EI que encabeza Estados Unidos y conquistó ayer la ciudad de Yarábulus en menos de 15 horas. El peso del avance lo han llevado unidades del Ejército Libre Sirio (ELS), que sufrieron una baja en la ofensiva, aunque las Fuerzas Armadas turcas les brindan cobertura con fuego aéreo y de artillería.
Ya este 24 de agosto sobre las 08.00 GMT entraron en territorio sirio una veintena de carros de combate turcos para la ofensiva. Según los medios turcos, entre 300 y 500 soldados turcos participan en la operación, la más ambiciosa lanzada por Turquía en suelo sirio desde el inicio del conflicto en el país árabe en 2011.
Según CNNTürk, la calma prevaleció anoche en Yarábulus pero desde territorio turco se pudo escuchar esta mañana una fuerte explosión en la parte superior de un edificio de esa localidad. Se desconoce, por el momento, si se trata de una explosión controlada o de otra naturaleza.
Deniz Zeyrek, un analista del diario Hürriyet, sostiene que tras la caída de Yarábulus ahora los combatientes del ELS respaldados por los militares turcos se dirigirán a Al Bab, una localidad situada al suroeste en la que se han refugiados los yihadistas. Este analista aseguró que tomar esa localidad es importante también para evitar la formación de una franja controlada por los kurdos a lo largo de la frontera meridional turca y abrir una vía de apoyo a la oposición siria que combate en Alepo.
Ataques turcos e EI y la milicia kurdo siria YPG
Según el diario Hürriyet, una "zona colchón" libre de yihadistas del EI de unos 100 kilómetros de longitud y 45 de profundidad en territorio sirio se acordó con EE.UU. hace un año pero Turquía no la aplicó después del deterioro de las relaciones con Rusia por el derribo de un caza ruso en la frontera con Siria, el pasado noviembre. Las autoridades turcas han indicado que la operación se dirige tanto contra e EI como contra la milicia kurdo siria YPG, que cuenta con apoyo de EE.UU. y que recientemente conquistó la ciudad de Manbech, situada al oeste del Éufrates, de manos de Dáesh.
Turquía ha repetido que su línea roja era el río Éufrates y que, si las milicias kurdas conquistaban territorios al oeste de esa vía fluvial, iba a tomar cartas en el asunto. EE.UU. ha solicitado a la milicia kurdo-siria que se retire a la ribera oriental del Éufrates o perderá el apoyo que les brinda.
JOV (efe, CNNTürk)
La nueva Turquía
El 7 de agosto se organizaron concentraciones multitudinarias en ochenta ciudades turcas para condenar el fallido golpe contra el Gobierno; un punto y aparte en el proceso de exacerbación del culto en torno a Erdogan.
Imagen: DW/D. Cupolo
¡A la calle!
Durante la intentona golpista del 15 de julio, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, instó a sus simpatizantes a impedir que los militares derrocaran al partido gobernante, el AKP. El mandatario ha atribuido su permanencia en el poder a quienes salieron a apoyarlo en las calles, y, a lo largo de las últimas tres semanas, ha convocado a vigilias nocturnas para defender la democracia.
Imagen: DW/D. Cupolo
Un aire de reivindicación
El 7 de agosto se organizaron las últimas concentraciones: dos millones de personas se manifestaron en Estambul y 10.000 en Ankara. En otras 78 ciudades, los seguidores del AKP –el primer partido de tendencia islamista en sobrevivir a un golpe– celebraron lo que a sus ojos es un triunfo sobre los cíclicos proyectos de derrocamiento y sobre una Constitución secular.
Imagen: DW/D. Cupolo
Optimismo de cara al futuro
En el discurso que ofreció en Estambul, el presidente prometió “reconstruir a Turquía desde cero”. Lale Alici (que no aparece en la imagen), una agente de bienes raíces asentada en Ankara, ha asistido a todas las concentraciones pro-Erdogan. A su juicio, “el desarrollo de Turquía se acelerará cuando culmine la purga oficial porque los infiltrados ya no serán una carga para el país”.
Imagen: DW/D. Cupolo
“Seremos una potencia”
Atalay no aparece en la foto y no quiso dar su nombre completo a pesar de que su declaración no lo compromete a los ojos del Estado. Al contrario: “Erdogan le está diciendo al resto del mundo que estamos aquí y que seremos una potencia. Y aunque no le guste, tendrá que aceptarlo. El mundo va más allá del G7”, dijo el diseñador de interiores.
Imagen: DW/D. Cupolo
La exclusión del HDP
Aunque la concentración de Estambul fue descrita como un acto en defensa de la democracia, la participación del pro-kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) fue prohibida. “Como kurdo, yo no puedo asistir a esas manifestaciones porque no me siento seguro”, señaló Havva Ozcan (quien no aparece en la foto), codirector de Tuhad-Fed, una organización que defiende los derechos de los presos.
Imagen: DW/D. Cupolo
“Socialismo temporal”
Según Ozcan, las concentraciones pro-Erdogan recibieron respaldo integral del Gobierno, mientras que otras manifestaciones han sido prohibidas. Los seguidores del AKP tuvieron acceso gratuito a agua y alimentos. De hecho, para estimular las movilizaciones, también el sistema de transporte público ha sido gratuito en Ankara y Estambul. “Esta es una suerte de socialismo temporal”, sostiene Ozcan.
Imagen: DW/D. Cupolo
El auge de las redes sociales
Las redes sociales, bloqueadas durante las emergencias nacionales, han tenido un auge desde el golpe. La alocución de Erdogan via FaceTime fue memorable –y le fue políticamente útil–, pero ahora circulan hasta videos de Periscope que muestran episodios de violencia policial. Para la oposición, el Gobierno apenas tolera la actividad en las redes sociales porque le conviene en este instante.
Imagen: DW/D. Cupolo
Lo que está en juego...
La actividad comercial se ha reducido. Algunos bares en el centro de Ankara han tenido menos clientes desde que empezaron las concentraciones pro-Erdogan. “Los negocios han sufrido, desde luego. Pero lo que está en juego va más allá del dinero”, admite Can, propietario de una taberna en Kizilay. “Estas manifestaciones son un indicio de que pronto vendrán cosas peores”.
Imagen: DW/D. Cupolo
“Un entrenamiento”
Algunos perciben las concentraciones como una manera de consolidar la base de apoyo del AKP. Mohammed, un refugiado sirio que fue testigo del último golpe en Egipto y ahora vive en Turquía, dijo creer que las manifestaciones pro-Erdogan eran “un entrenamiento” para sus seguidores y que el presidente no tardaría en pedirles que se organicen contra grupos que su Gobierno desaprueba.
Imagen: DW/D. Cupolo
Rebautizando espacios públicos
Desde la plaza Kizilay de Ankara (la foto la muestra después del golpe fallido) hasta el puente sobre el Bósforo en Estambul, lugares prominentes a todo lo largo y ancho de Turquía están siendo rebautizados para honrar a quienes perdieron la vida durante la intentona. Ahora, quienes crucen del lado europeo de Estambul hacia el lado asiático lo harán transitado el puente “Mártires del 15 de julio”.