El ataque parecía dirigido contra el ministro de Defensa afgano, que resultó ileso. Los enfrentamientos y tiroteos posteriores, que se alargaron durante horas, terminaron con la muerte de todos los atacantes.
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Una potente explosión, seguida de un intenso tiroteo que terminó horas después con la muerte de todos los atacantes, sacudió este martes (03.08.2021) una zona residencial de alta seguridad en Kabul, en un ataque que aparentemente estaba dirigido contra el ministro de Defensa afgano, Bismillah Khan Mohammadi, que resultó ileso.
"El general Bismillah Mohammadi está en buen estado", afirmó en Twitter tras la explosión un portavoz del Ministerio de Defensa, Fawad Aman. La explosión tuvo lugar hacia las 20:00, hora local, en un barrio residencial en el centro de la capital, próximo al aérea de alta seguridad conocido como Zona Verde, explicó en un mensaje el viceportavoz del ministerio afgano del Interior, Hamid Roshan.
El portavoz del Ministerio de Interior, Mirwais Stanekzai, anunció posteriormente que el asalto había "terminado y todos los asaltantes fueron abatidos". Stanekzai había indicado anteriormente que "los terroristas detonaron un coche lleno de explosivos" y que varios asaltantes "entraron en casas y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad". Según las autoridades, el ataque se saldó con cuatro muertos, además de los cuatro atacantes, y veinte heridos.
El exvicepresidente afgano Muhammad Younus Qanuni, miembro del partido de Bismillah Khan, aseguró en un comunicado que "un incidente de seguridad" tuvo lugar en una residencia del ministro de Defensa. Bismillah Khan "estaba conmigo (en otro lugar) durante el incidente. Los familiares del ministro han sido también evacuados", reveló.
El ataque, que no ha sido todavía reivindicado, se produce en plena ofensiva de los talibanes en gran parte del país tras la retirada estadounidense. Sin embargo, los enfrentamientos no suelen salpicar a menudo a la capital, en la que también ha habido atentados de Estado Islámico. Estados Unidos condenó el ataque. "No estamos en posición de atribuirlo oficialmente todavía pero, por supuesto, llevan todo el sello de la ola de ataques talibanes que hemos visto en las últimas semanas", dijo a periodistas el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
lgc (efe/ap) Última actualización a las 22:35 con el comunicado del Ministerio del Interior afgano y del Departamento de Estado estadounidense y con el número de víctimas.
La interminable lucha por el poder en Afganistán
A 17 años de la invasión estadounidense, Afganistán sigue sumido en la violencia desatada por los talibanes. Una serie de mortales atentados en el último año sugiere que los radicales son más fuertes que antes.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Una seguridad frágil
Los reiterados ataques que han tenido lugar en 2018 y 2019 han causado la muerte y dejado con heridas a cientos de inocentes, y muestran cuán frágil es la situación del país y el débil poder del gobierno. Los incidentes han provocado desesperación en los ciudadanos, cansados de la guerra, y han puesto en evidencia las limitaciones del Estado para garantizar la estabilidad.
Imagen: Reuters/M. Ismail
Una larga serie de ataques
Los episodios de violencia han puesto nuevameente a Afganistán en el centro de la mirada internacional. Tanto los talibanes como el Estado Islámico se han atribuido distintos ataques, mientras crece la presión para que el gobierno afgano mejore la seguridad y recupere los territorios que están bajo el dominio de distintos grupos insurgentes, incluidos los ya citados talibanes y Estado Islámico.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Hossaini
Ofensiva de primavera
En 2018, los talibanes anunciaron el comienzo de su ofensiva anual de primavera, desestimando una oferta de paz realizada por el presidente Ashraf Ghani. Los milicianos, que luchan para reinstaurar su visión radical de la ley islámica, aseguraron que su campaña fue en respuesta a la estrategia adoptada por EE.UU. en 2017, más agresiva con el fin de forzar a los insurgentes a sentarse a negociar.
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La política para Afganistán de Trump
El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó una nueva estrategia para Afganistán en 2017, prometiendo desplegar más tropas para entrenar a las fuerzas afganas. También aseguró que su país seguiría apoyando a los afganos en su guerra contra los talibanes y que, para ello, la presencia estadounidense se extendería todo lo que fuera necesario. En 2019, sin embargo, cambió de parecer.
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Proceso de paz
Pese a que el presidente Ghani realizó una oferta en febrero de 2018 para que hubiera conversaciones de paz "sin condiciones previas", los talibanes no mostraron interés alguno hasta 2019, desestimando las propuestas como parte de una "conspiración". En 2019 aceptaron negociar, pero directamente con Estados Unidos, pasando por encima de Kabul.
Imagen: Getty Images/AFP/N. Shirzad
Apoyo paquistaní
Pakistán ha sido presionado por Kabul y Washington para que deje de ofrecer refugio a los militantes acusados de realizar ataques en Afganistán, un cargo que Islamabad niega, insistiendo en que su influencia sobre los insurgentes es sobreestimada. Kabul e Islamabad intercambian acusaciones de proteger a milicianos del otro país. El lenguaje áspero ha caracterizado la relación entre ambos vecinos.
Imagen: DW/H. Hamraz
El papel de los señores de la guerra
Además de los talibanes, los señores de la guerra afganos ejercen una enorme influencia en el país. El año pasado, el líder de Hizb-i-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, volvió a Kabul -tras un exilio de 20 años- para jugar un rol activo en la política. En septiembre de 2016, el gobierno firmó un acuerdo con él con la esperanza de que otros señores de la guerra y grupos radicales siguieran el ejemplo.
Imagen: Reuters/O.Sobhani
Un gobierno ineficiente
En medio de una interminable batalla por el poder, los niveles de respaldo al presidente Ghani no hacen más que bajar. La corrupción desenfrenada y el largo tira y afloja dentro del gobierno de unidad nacional respaldado por Estados Unidos han tenido un impacto negativo en los esfuerzos gubernamentales para acabar con el terrorismo.