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Una exposición muestra las raíces europeas en la obra de Walt Disney

Eva Usi30 de septiembre de 2008

Una exposición multimedial en Múnich muestra las raíces europeas del universo de Walt Disney y cómo se inspiró y hasta copió las obras de grandes maestros. En Blancanieves y en Fantasía se ven claramente esas huellas.

Escena de la Bella Durmiente.Imagen: Münchner Stadtmuseum


Walt Disney visitó Europa en 1935 y aunque ya había inventado al ratón miguelito (Mickey), preparaba su primera película de dibujos animados: Blancanieves. Acompañado de su mujer, su cuñada y un dibujante de su estudio pasó once semanas en Francia, Suiza, Italia, Inglaterra y Holanda.

El objetivo de su viaje era recibir un premio que le otorgaban los países europeos, sin embargo supo aprovechar el tiempo. A su regreso llevaba en su equipaje 350 libros; cuentos infantiles, clásicos de la literatura europea y varios tomos sobre historia del arte.

El valle frente al Castillo de Wartburg, de Heinrich Döll. 1° y 3er. acto de la ópera Tannhäuser, según el diseño original de 1855.Imagen: Wittelsbacher Ausgleichsfonds, München

La influencia europea en sus dibujos y películas es abordada en la exposición “El maravilloso mundo de Walt Disney y sus raíces en el arte europeo” que abrió sus puertas en la Kunsthalle der Hypokulturstiftung en Múnich. Los organizadores muestran cómo prácticamente todas las películas de Disney producidas hasta su muerte en 1966, tuvieron una fuerte influencia europea.

Autodidacta y curioso

Nacido en Chicago en 1901, Disney pasó varios años de su infancia en una granja en Missouri, un período que sería para él después una fuente de inspiración pues el dibujante no era ni intelectual ni recibió una esmerada educación. Se consideraba a sí mismo un autodidacta curioso, lo cierto es que se apropió de un conocimiento ecléctico que supo aprovechar en su trabajo años después. En los años 20 estudió las posibilidades técnicas de los dibujos de animación y retomó en sus películas las secuencias con movimiento del fotógrafo Eadweard Muybridge.

Dibujo de Henri Rousseau titulado la encantadora de serpientes, 1907.Imagen: Musée d’Orsay, Paris

Muchos de los dibujantes que trabajaban para Disney eran europeos o habían estudiado en el Viejo Continente. Como el suizo Albert Hurter que tuvo una importante participación en “Blancanieves y los Siete Enanos”, basada en uno de los cuentos de los hermanos Grimm. Hurter estudió en Berlín y conocía las ilustraciones de cuentos de Ludwig Richter y del dibujante muniqués Heinrich Kley. Éste último, ahora prácticamente desconocido en Europa, es recordado en la exposición con un dibujo en el que se ve a tres elefantes con esquís haciendo elegantes piruetas sobre el hielo.

Animales en situaciones humanas

Walt Disney compró un centenar de dibujos así como cuadernos de bocetos de Kley que engrosaron su colección privada. La capacidad de Kley de colocar a los animales en situaciones humanas sin que su anatomía se deformara fascinó al visionario de los dibujos de animación.

Una pequeña decepción resultó ser “Destino”, un proyecto conjunto entre Salvador Dalí y Walt Disney. Quedaron unos 150 dibujos y bosquejos pero sólo una escena de 18 segundos fue animada como prueba. En 1946 Disney suspendió el proyecto, que fue reconstruido en el 2001, como se ve en la exposición. La muestra puede verse hasta el 25 de enero de 2009.

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