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Una herencia sangrienta

chp12 de enero de 2004

En enero del 1904, Samuel Maharero encabezó a los Hereros de Namibia, a levantarse en contra de las fuerzas de ocupación alemanas. Se desató un combate que duró tres años y costó la vida a unos 75.000 africanos.

Un grupo de Hereros marchan en el aniversario de la batalla de Okahandja.Imagen: dpa

Se trata de uno de los capítulos más tenebrosos de la historia colonial germana, pero en Alemania a esta guerra se le da poca atención.

Al contrario en Otumborombonga, en donde nadie desconoce la guerra que comenzó el 11 de enero de 1904. El pueblo nómada de los Hereros se levantó ese día en contra de los ocupantes germanos que les quitaban sus tierras y derechos. Durante los primeros días los Hereros lograron imponerse. 125 colonos y soldados alemanes fueron asesinados en el pueblo de Okahandja. Pero su suerte duro poco. El Emperador alemán Guillermo II encomendó cientos de soldados al sur de África. El 11 de agosto se registró en Waterber la batalla definitiva entre los Hereros y las tropas alemanas, bajo el mando del general Lothar von Trotha. Con el apoyo de artillería, Trotha logró rodear a los Hereros. Estos decidieron huir con su ganado por el desierto de Oamheke en dirección a la actual Botswana. Un error fatal. Más de la mitad no sobrevivió la huida.

Las tropas alemanas se preparan.Imagen: dpa

Las palabras pueden costar caro

Durante su más reciente visita a Namibia, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, expresó su profundo pesar por este pasaje de la historia colonial alemana. Pero a 100 años de la cruenta guerra, el gobierno alemán no ha presentado una disculpa oficial. A primera vista, esta omisión parece incomprensible pues fueron 75.0000 africanos los que murieron entre 1904 y 1907. La omisión se explica si se toma en cuenta que una declaración equivocada podría ser usada posteriormente para exigir indemnizaciones. Las palabras pueden costar oro, algo que sabe bien un político del calibre de Fischer.

Historiadores de la Universidad de Hamburgo, indican que lo acontecido hace cien años fue genocidio. El general von Trotha tenía un mandato escrito del Imperio Alemán para erradicar al pueblo de los Hereros. Más del 70 por ciento de los 100.000 miembros de este pueblo, así como la mitad de los 20.000 integrantes del pueblo de los Nama, no sobrevivió la campaña punitiva de los alemanes.

Aun cuando los colonizadores alemanes no fueron más brutales que otros en esa época, tampoco fueron, como les gustaba hacer creer, ejemplares en el impulso de la ayuda al desarrollo. El profesor Ludwig Gerhardt, de Hamburgo, incluso cree que la raíz del genocidio se encuentra en el sentimiento de superioridad muy marcado y racista de los alemanes, el preámbulo del posterior Holocausto en contra de los judíos.

100 años de espera por una disculpa

En septiembre de 2001 la "Herero Peoples Reparation Corporation" demandó frente al Tribunal Supremo de Washington al Gobierno alemán al pago de 2.000 millones de dólares de indemnización. Desde entonces el gobierno alemán trata de afrontar su pasado colonial evitando cualquier declaración que pudiera lejanamente parecer un reconocimiento de culpa.

Mujer Herero en traje tradicional.Imagen: dpa

Cien años después del levantamiento, la mayor parte del territorio de los Hereros se encuentra en manos de campesinos alemanes. Cerca de 25.000 descendientes de alemanes viven en Namibia y representan el 1,2 por ciento de la población.

"Reconocer la culpa y asumir la responsabilidad histórica, puede devolver a las víctimas la honra robada". Histórica frase dicha por el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, en la Conferencia de las Naciones Unidas contra el Racismo en la ciudad sudafricana de Durban en marzo de 2001, unos meses antes de que el pueblo de los Hereros levantara una demanda colectiva en contra del Gobierno de Berlín.

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