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¿Una hoja de ruta para el acuerdo UE-Cuba?

25 de abril de 2017

El acuerdo entre la UE y Cuba debe ser ratificado pronto por el Parlamento Europeo. La oposición y el bloque conservador ven la oportunidad de poner condiciones.

Kuba Politik Reformen Parteikonferenz
Imagen: Reuters

La silla destinada a Berta Soler quedó vacía. Tenía asistir a la conferencia sobre las perspectivas del acuerdo sobre cooperación y diálogo político que organizaba la Fundación Konrad Adenauer y el Partido Popular Europeo, pero no pudo. Soler, una de las Damas de Blanco que fueron galardonadas con el premio Sájarov a la libertad de conciencia en 2003, había estado en Bruselas en 2013 para recoger el galardón del Parlamento Europeo.

 

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Ahora, al tratarse de las dudas que suscita el acuerdo con La Habana, que no le permitan salir de su país es para los organizadores de la conferencia algo inadmisible y nutre el fuego de las críticas al gobierno cubano. Ante un acuerdo ya firmado por la Comisión Europea, aceptado por el Consejo de los 28 jefes de Estado y de Gobierno y rubricado por La Habana, que el Parlamento Europeo tenga que ratificarlo –decir sí o no sin cambiar una coma– es la última oportunidad que ven los que hubiesen preferido conservar las viejas medidas restrictivas para apretar tornillos.

La silla de Berta Soler quedó vacía. Imagen: DW/M.Banchon

Paso de poder a poder

"Que Soler no pudiera salir es un ejemplo más de que la sociedad civil ha estado excluida. No podemos aceptar que se llame proceso de apertura a una serie de aperturas que han excluido a la oposición como interlocutores válidos, como se ha hecho a lo largo de 58 años”, decía en la conferencia Rosa María Payá, hija del opositor Osvaldo Payá (1952-2012), premio Sájarov del 2002.

A este respecto, Jaroslav Walesa, eurodiputado polaco del bloque conservador e hijo del legendario Lech Walesa, acentuaba que "al tiempo que negociamos con Cuba deberíamos insistir en que las autoridades deben autorizar los viajes a Cuba y desde Cuba. Que se debe permitir visitas de delegaciones extranjeras”. A él mismo, según informa, no se le permite la entrada a la isla.

Acuerdo sí, con hoja de ruta

Si bien ni Payá ni Walesa ven con malos ojos el acercamiento del bloque europeo a la isla, echan en falta que los europeos exijan nuevas señales del gobierno de La Habana. Una hoja de ruta, previa a la ratificación del acuerdo, por ejemplo.

En su opinión, este instrumento debería contener señas claras de avances en libertades y derechos humanos. Cabe recordar que el acuerdo que firmó el bloque europeo con Colombia y Perú también tuvo una hoja de ruta, que si bien no era vinculante, logró que el acuerdo pasara la condición de la propia Unión Europea de no hacer tratados con países donde no se respeten los derechos humanos.

Rosa María Paya.Imagen: DW/M.Banchon

Por otro lado, Evita Schmieg, especialista de la Fundación para Ciencia y Política (Stiftung Wissenschaft und Politik) advierte de la dificultad de comparar éste con el acuerdo de Colombia y Perú, "pues tiene poca sustancia en comercio e inversión. Solo destaca la importancia de los principios de la Organización Mundial del Comercio”. En el caso cubano, recuerda la especialista, si bien existe el autoempleo y las cooperativas, el comercio exterior –es decir el comercio con las empresas europeas– es una competencia del Estado.

Así las cosas, ¿para qué serviría a un acuerdo de cooperación un instrumento como el de la hoja de ruta? "Para dos factores imprescindibles”, explicó Payá a DW. "Esa hoja debería servir para evitar la represión y limitar la impunidad del régimen cubano. En ese sentido, debe ser muy clara para poder proteger las vidas de todos los cubanos, pero especialmente la de aquellos que pertenecen a la sociedad civil”, dijo Payá haciendo referencia al aumento de detenciones arbitrarias en el último año.

"El segundo elemento es que este acuerdo no tiene ningún sentido si los cubanos no pueden ser parte de él. Y los cubanos no pueden ser parte de él porque no pueden elegir libremente el sistema. Por lo tanto, en esta hoja de ruta tiene que estar presente el derecho de los cubanos a elegir. La herramienta debe ser un plesbicito vinculante para que pueda haber elecciones libres en Cuba”, concluye Payá.

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