El acuerdo entre la UE y Cuba debe ser ratificado pronto por el Parlamento Europeo. La oposición y el bloque conservador ven la oportunidad de poner condiciones.
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La silla destinada a Berta Soler quedó vacía. Tenía asistir a la conferencia sobre las perspectivas del acuerdo sobre cooperación y diálogo político que organizaba la Fundación Konrad Adenauer y el Partido Popular Europeo, pero no pudo. Soler, una de las Damas de Blanco que fueron galardonadas con el premio Sájarov a la libertad de conciencia en 2003, había estado en Bruselas en 2013 para recoger el galardón del Parlamento Europeo.
Ahora, al tratarse de las dudas que suscita el acuerdo con La Habana, que no le permitan salir de su país es para los organizadores de la conferencia algo inadmisible y nutre el fuego de las críticas al gobierno cubano. Ante un acuerdo ya firmado por la Comisión Europea, aceptado por el Consejo de los 28 jefes de Estado y de Gobierno y rubricado por La Habana, que el Parlamento Europeo tenga que ratificarlo –decir sí o no sin cambiar una coma– es la última oportunidad que ven los que hubiesen preferido conservar las viejas medidas restrictivas para apretar tornillos.
Paso de poder a poder
"Que Soler no pudiera salir es un ejemplo más de que la sociedad civil ha estado excluida. No podemos aceptar que se llame proceso de apertura a una serie de aperturas que han excluido a la oposición como interlocutores válidos, como se ha hecho a lo largo de 58 años”, decía en la conferencia Rosa María Payá, hija del opositor Osvaldo Payá (1952-2012), premio Sájarov del 2002.
A este respecto, Jaroslav Walesa, eurodiputado polaco del bloque conservador e hijo del legendario Lech Walesa, acentuaba que "al tiempo que negociamos con Cuba deberíamos insistir en que las autoridades deben autorizar los viajes a Cuba y desde Cuba. Que se debe permitir visitas de delegaciones extranjeras”. A él mismo, según informa, no se le permite la entrada a la isla.
Acuerdo sí, con hoja de ruta
Si bien ni Payá ni Walesa ven con malos ojos el acercamiento del bloque europeo a la isla, echan en falta que los europeos exijan nuevas señales del gobierno de La Habana. Una hoja de ruta, previa a la ratificación del acuerdo, por ejemplo.
En su opinión, este instrumento debería contener señas claras de avances en libertades y derechos humanos. Cabe recordar que el acuerdo que firmó el bloque europeo con Colombia y Perú también tuvo una hoja de ruta, que si bien no era vinculante, logró que el acuerdo pasara la condición de la propia Unión Europea de no hacer tratados con países donde no se respeten los derechos humanos.
Por otro lado, Evita Schmieg, especialista de la Fundación para Ciencia y Política (Stiftung Wissenschaft und Politik) advierte de la dificultad de comparar éste con el acuerdo de Colombia y Perú, "pues tiene poca sustancia en comercio e inversión. Solo destaca la importancia de los principios de la Organización Mundial del Comercio”. En el caso cubano, recuerda la especialista, si bien existe el autoempleo y las cooperativas, el comercio exterior –es decir el comercio con las empresas europeas– es una competencia del Estado.
Así las cosas, ¿para qué serviría a un acuerdo de cooperación un instrumento como el de la hoja de ruta? "Para dos factores imprescindibles”, explicó Payá a DW. "Esa hoja debería servir para evitar la represión y limitar la impunidad del régimen cubano. En ese sentido, debe ser muy clara para poder proteger las vidas de todos los cubanos, pero especialmente la de aquellos que pertenecen a la sociedad civil”, dijo Payá haciendo referencia al aumento de detenciones arbitrarias en el último año.
"El segundo elemento es que este acuerdo no tiene ningún sentido si los cubanos no pueden ser parte de él. Y los cubanos no pueden ser parte de él porque no pueden elegir libremente el sistema. Por lo tanto, en esta hoja de ruta tiene que estar presente el derecho de los cubanos a elegir. La herramienta debe ser un plesbicito vinculante para que pueda haber elecciones libres en Cuba”, concluye Payá.
Los problemas de La Habana, "Ciudad Maravilla"
La capital cubana se enfrenta a una serie compleja de asignaturas pendientes en lo que respecta a su rescate urbanístico.
Imagen: DW/A. Valle
Los problemas de la Ciudad Maravilla
Este 2016 La Habana recibió el título de “Ciudad Maravilla”, elegida por miles de personas entre las siete ciudades a visitar, en el tercer concurso anual que convoca la fundación suiza New7Wonders. ¿Razones?: Su “atractivo mítico, lo cálido y acogedor de su ambiente, y el carisma y jovialidad de sus habitantes”. Pero, ¿qué problemas ven los urbanistas y arquitectos en esa Ciudad Maravilla?
Imagen: DW/A. Valle
Primer problema: Grave situación del Fondo Habitacional
El último censo de la población y la vivienda reveló que apenas el 61% de ese fondo se encuentra en buen estado, y el resto estaba en regular o mala condición. A finales de 2015, La Habana tenía 33.900 familias (133.900 personas) que estaban albergadas o vivían en locales en estado crítico, o no tenían dónde vivir.
Imagen: DW/A. Valle
Segundo problema: Altos niveles de insalubridad
En La Habana, con 2,2 millones de habitantes y deficientes servicios básicos de abastecimiento de agua potable y recogida de desechos líquidos y sólidos, se multiplican los basureros, crece el número de salideros de aguas albañales y empeoran las condiciones sanitarias en las viviendas, ocasionando así sucesivas epidemias de dengue, cólera, rabia o leptospirosis.
Imagen: DW/A. Valle
Tercer problema: Pérdida de la tipicidad de los barrios
Desde su fundación, los barrios en La Habana eran arquitectónica y urbanísticamente
diferenciables. El deterioro por la cercanía al mar, paso de ciclones y extensas temporadas lluviosas, la falta de reparación y del control técnico en las nuevas edificaciones, provocan numerosos derrumbamientos que desfiguran los rostros múltiples de la ciudad.
Imagen: DW/A. Valle
Cuarto problema: Desaparición de los espacios verdes
Salvo en sitios específicos de algunos barrios, La Habana es una ciudad sin árboles.
Originalmente se alternaban espacios arbolados, ríos, parques verdes y estilos arquitectónicos distintos, pero la desatención y la necesidad de cubrir arbitrariamente el crecimiento de la población, han hecho desaparecer más del 60% del verde original habanero.
Imagen: DW/A. Valle
Quinto problema: Superpoblación
"El reto del futuro va a ser resolver el gigantesco problema de una ciudad con un tamaño físico para 1.400.000 habitantes, en la cual ahora viven 2.100.000", dijo hace unos años Nicolás Quintana, considerado el Patriarca de la Arquitectura y el
Urbanismo en Cuba. Hoy son 2,2 millones, y cerca de un millón de población flotante.
Imagen: DW/A. Valle
Sexto problema: Contaminación ambiental
Aunque no se llegue a la altura de otras capitales latinoamericanas, especialistas de la Academia de Ciencias alertan de los preocupantes niveles de la contaminación del aire. Las industrias y asentamientos urbanísticos, las tecnologías atrasadas del transporte y la producción, y la baja calidad del saneamiento básico contaminan cada vez más las aguas de ríos y bahías.
Imagen: DW/A. Valle
Séptimo problema: Rescate de la historia
El VII Congreso de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, en 2014, alertaba sobre la necesidad de rescatar los sitios históricos de la ciudad que se perdían por el deterioro, los derrumbes y la falta de conciencia histórica. En la foto, la esquina de Prado y Neptuno, inmortalizada en el famoso Cha-Cha-Chá "La Engañadora" de Enrique Jorrín.
Imagen: DW/A. Valle
Octavo problema: Infraestructura vial deteriorada
El deterioro de calles, avenidas y carreteras es cada vez más alarmante. Las únicas grandes reparaciones de algunas de las vías principales de la ciudad fueron en 1998 y 2012, con las respectivas visitas de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI. Por ello los habaneros se refieren a esas calles reparadas como "La Ruta de los Papas".
Imagen: DW/A. Valle
Noveno problema: Turismo versus "habanidad"
En 2002 el arquitecto Mario Coyula advertía que la permisibilidad oficial a empresas turísticas extranjeras o nacionales propiciara la pérdida de "lo habanero" y afectara las costumbres e historia del pueblo. En la foto, el edificio en la Plaza Vieja de los propietarios negados a ceder sus casas al proyecto de reconstrucción turística de La Habana Vieja.
Imagen: DW/A. Valle
Décimo problema: Canalización hidráulica antigua
Cuba y Kuwait firmaron en 2015 tres convenios para el financiamiento con 21 millones de dólares del Proyecto de Rehabilitación de las Redes de Acueducto y Alcantarillado de La Habana. Actualmente se pierde más del 30% de toda el agua que se destina a la ciudad, debido aldeterioro de esas redes (Acueducto de Albear) construidas en 1893.
Imagen: DW/A. Valle
No hundirse en sus ruinas
El "Plan Maestro para La Habana del Siglo XXI", idea del arquitecto y urbanista Julio César Pérez Hernández propone encauzar proyectos y propuestas para cada barrio, zona o lugar, como vía segura de lograr una urbe contemporánea que honre su condición histórica, exprese su devenir y arribe a un futuro glorioso donde hoy la ciudad empobrecida no se hunda nunca más en sus ruinas.