1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Una huelga incomprensible

25 de junio de 2003

Las huelgas metalúrgicas en el Este de Alemania empiezan a tener repercusiones en todo el país. Fábricas centrales, como BMW, han tenido que parar su producción por falta de piezas. Las críticas aumentan.

Los obreros de la metalurgia en el Este alemán quieren trabajar sólo 35 horas semanales.Imagen: AP

Más de 10.000 trabajadores de las plantas de BMW en Ratisbona y Múnich están obligados desde hoy a quedarse en casa porque las plantas en las que se fabrica la serie 3 han tenido que suspender la producción al faltarles las cajas de cambio que suministra una empresa con sede en Brandeburgo.

Según una portavoz del grupo automovilístico bávaro, el cese forzado se podrá prolongar hasta diez días, pues el comité de empresa del proveedor germano-oriental ha decido continuar la huelga por lo menos hasta el sábado 28 de junio. La compañía no ha querido desvelar cuál será el volumen de pérdidas que acarreará una huelga, que hoy entró en su cuarta semana y cuyas reivindicaciones, en principio, son totalmente ajenas al oeste del país.

Pérdidas millonarias

Algunos expertos hablan de que el retroceso de los beneficios puede alcanzar hasta cuatro millones de euros al día. Una situación similar se podrá producir en los próximos días en las plantas de Volkswagen si la patronal y el sindicato IG-Metall no alcanzan un acuerdo para entonces.

Imagen: AP

En esta ocasión no se trata de una reivindicación de tipo salarial sino exclusivamente para reclamar que la semana laboral se reduzca en el Este a las 35 horas habituales en el oeste. Actualmente, los 310.000 trabajadores del sector metalúrgico del Este alemán trabajan tres horas más a la semana, lo que muchos empresarios ven como una ventaja a la hora de invertir.

¿En dónde invertir?

La posible reducción del horario laboral ha llevado a BMW a pronunciar abiertamente la amenaza de replantear todos sus proyectos en el Este de Alemania si se recorta la jornada. La presión sobre el sindicato se está haciendo cada vez más patente, no sólo por parte de los empresarios, sino también de los políticos, que - en contra de lo que es habitual en este país – han abandonado en mayor o menor medida su imparcialidad para criticar abiertamente la actitud de los sindicatos.

Pero las críticas llegan incluso de los propios trabajadores germano-orientales que en parte no entienden por qué el sindicato se ha obcecado con una reivindicación que - aunque plausible 13 años después de la reunificación - llega en plena crisis económica.

¿Luchar en el Este para ganar en el oeste?

El canciller, Gerhard Schroeder, emplazó a ambas partes a alcanzar rápidamente un acuerdo pues de lo contrario, alertó, la huelga acabará dañando el desarrollo económico. El primer ministro de Sajonia, Georg Milbradt, aseguró que en parte las huelgas tan sólo han podido llevarse a cabo por la determinación de piquetes llegados desde el oeste del país.

La reivindicación se produce justamente en un momento en que se ha abierto una discusión sobre cómo salir de la crisis y sobre las fórmulas más acertadas para devolver a Alemania la competitividad que ha ido perdiendo en la última década. Parte de la discusión es la reciente propuesta del ministro de Economía y Trabajo, Wolfgang Clement, quien cree que todos los alemanes deberían trabajar más.

Más - y no menos trabajo tanto en Este como oeste

Imagen: AP

Entretanto, ambas partes han manifestado su disposición a reanudar el diálogo aunque sin acordar una fecha concreta para el reinicio de las negociaciones. El vicepresidente del IG-Metall, Jürgen Peters, señaló que una posible solución podría consistir en llegar a un acuerdo similar al alcanzado en la siderurgia, donde se ha decidido introducir la semana de 35 horas de forma paulatina.

En una dura crítica a los huelguistas, Christoph Keese, jefe de redacción del diario Financial Times Deutschland advierte que "los alemanes no quieren darse cuenta de que Alemania no tiene los salarios más bajos sino más altos del mundo". Keese hace un llamado a volver al trabajo y dice que lo que hay que introducir no son las 35 horas en el Este sino volver a las 40 en oeste. Esto salvaría miles de plazas de trabajo y crearía unos cuantos más.

Ir a la siguiente sección Tema del día DW

Tema del día DW

Ir a la siguiente sección Más de DW